Asturias es una de tantas comunidades autónomas españolas en las que unas vacaciones dan mucho de sí; las perspectivas en esta región del norte son caleidoscópicas, tanto si buscas solo turismo cultural como si lo que quieres es playa, naturaleza, gastronomía o incluso hacer el Camino de Santiago del Norte, que transcurre en buena parte por aquí.

Como concepto, 'pueblo de Asturias' nos evoca pequeñas aldeas rodeados de valles y de montañas verdes, con sus vacas, sus quesos y su fabada; pero también localidades de mayor tamaño con cascos antiguos encantadores, museos sorprendentes, huellas culturales que se remontan a la prehistoria y preciosas playas urbanas.

Nosotros hemos elegido cuatro pueblos conocidos para comenzar a explorar Asturias. Villas en las que 'quemarás' tu carrete de la cámara y en la que pondrás a prueba tu capacidad de encajar en el el planning mil visitas, baños en playa, excursiones por la montaña y reservas

Cudillero

cudillero
japatino//Getty Images

Empezamos con el plato fuerte, Cudillero, que para muchos es el pueblo más bonito de Asturias e, indiscutiblemente, es uno de los más turísticos. Este colorido pueblo con casas colgantes en la montaña es muy estético, muy fotografiable y sobre todo muy 'recorrible' de arriba abajo para explorar todos los rincones de este conjunto histórico-artístico. Al pasear por Cudillero descubrirás las dos partes en las que visiblemente se divide: la mariñana, la zona de los pescadores y agricultores de la parte baja del pueblo, más cercano al mar; y la zona de los caízos, que viven en la calle principal, zona de oficios y comerciantes. Cuando termines de conocer Cudillero, explora sus alrededores, con preciosos valles, playas, ríos y cascadas.

Luarca

el puerto de luarca
By Lionel Arnould//Getty Images

Para ver bien Luarca necesitarás mínimo un fin de semana, porque es una localidad caleidoscópica con dosis de cultura, historia, naturaleza y algunos museos que valen la visita. Luarca, ciudad del Camino de Santiago del norte, cuenta con numerosas casas de indianos (Villa Rosario, Villa Barrera, Villa Excelsior...), lugareños que hicieron fortuna en América y luego se construyeron mansiones al volver. De la misma época (principios del siglo XX) son el encantador casino y el ayuntamiento y en esos años nació Severo Ochoa, el luarqués ilustre, del que hay una ruta para seguir sus huellas de infancia y un museo sobre su importancia en la historia de la medicina. No te pierdas sus restaurantes, miradores, faros y espacios naturales para que la visita a Luarca sea completa.

Ribadesella

vista de ribadesella al atardecer
by R.Duran (rduranmerino@gmail.com)//Getty Images

Ribadesella es uno de esos pueblos que no te cansan jamás, en los que te gustaría quedarte días y días atrapado para explorar todos los rincones de su precioso casco antiguo, con huellas de los días gloriosos de los siglos XVI, XVII y XVIII. El ayuntamiento y la iglesia son notables, al igual que la Casa de Collados, lugar natal del pintor Darío Regoyos. Que no te sorprenda las fortificaciones que hicieron fuerte a la localidad en la Guerra de la Independencia, los toques modernistas del Hotel Marina o el racionalismo de la lonja. Un viaje a Ribadesella no estará completo sin visitar las pinturas rupestres de la cueva de Tito Bustillo, sin disfrutar en playas como la de Santa Marina o sin recorrer las rutas de senderismo por las montañas cercanas.

Tazones

pueblo pesquero de tazones en asturias
Miguel Sotomayor//Getty Images

Terminamos nuestro repaso con el pueblo más pequeño de todos, en superficie y también en número de habitantes (apenas 200). Dice ¿la leyenda? ¿la crónica? que fue el puerto al que arribó Carlos V en su primer viaje a España, en 1517, y si fue así eligió un sitio perfecto. Sus dos barrios principales, San Roque y San Miguel, son conjunto histórico-artístico, pero por lo que Tazones es un pueblo muy conocido es por sus múltiples opciones gastronómicas, ya que está lleno de riquísimas tabernas donde probar comida marinera.