En las últimas semanas, Úrsula Corberó se ha encargado con sus discursos y entrevistas de darnos lecciones acerca del amor propio y del ego. "Para nuestro oficio, es muy importante tener confianza en uno mismo, pero una cosa es tener seguridad y otra, tener el ego mal colocado. Cuando rodaba ‘La Casa de Papel’, tenía cierta sobredosis de ego. Era tan increíble todo lo que me estaba pasando que necesitaba hablar de esto constantemente", reconocía la actriz en ‘Collapse’, el programa de TV3.

"La autoestima está infravalorada"

"Lo que creo es que la autoestima está infravalorada. Creer en ti misma no quiere decir que no tengas complejos, que no tengas traumas, que no te hayan pasado cosas y que no sufras", añadió. Y para reforzar ese canto a la autoestima, al recoger el Premio Ondas a la 'Mejor Intérprete Femenina en Ficción de Televisión', terminó su discurso de agradecimiento con un autoaplauso que se ha viralizado. “Me lo dedico a mí por ser tan trabajadora, tan valiente y tan maja”, dijo Corberó.

"El narcisismo sano se refiere a un nivel saludable de autoestima y autoconfianza"

Por más que es habitual asociar al narcisismo con una personalidad egocéntrica, arrogante y excesivamente centrada en una misma, en psicología se considera que el narcisismo existe continuamente, con el narcisismo sano en un extremo y el narcisismo patológico en el otro. Sí: hay un narcisismo sano, y precisamente es el que se refiere a un nivel saludable de autoestima y autoconfianza. Quienes poseen un adecuado grado de este tipo de narcisismo son quienes tienen una actitud positiva hacia sí mismas, pueden reconocer y apreciar sus fortalezas y debilidades y alcanzar sus objetivos de crecimiento personal y establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias respetando los límites de los demás.

autoamor
Juan Naharro Gimenez//Getty Images
El complicado arte de amarte

Lo que pensamos sobre nosotras mismas es realmente importante. “El valor personal es la autopercepción en base a los valores y estándares de vida que cada uno posee. Es el concepto cualitativo que tienes sobre ti mismo en referencia a tus propios valores. Es decir, cuánto valgo yo con respecto a otros seres humanos. Por supuesto, todos sin excepción, tenemos valor tan solo por el hecho de existir. Sin embargo, en base a los pilares que rigen el particular ‘debe ser’ de cada uno y aquello a lo que damos valor, nos calificamos en términos de suficiente o insuficiente”, explica Inma Brea, experta en comportamiento humano y coach. Señala que el amor propio “es la acción que corresponde al valor personal. Es un concepto basado en la relación que se tiene con uno mismo; cómo te tratas, de qué manera te hablas, en qué posición te colocas con respecto a los demás, los sanos límites que te marcas a ti mismo y los que marcas a otras personas para proteger tu estabilidad física y emocional. Es decir, tiene que ver con cuidar de uno mismo”.

Sí a la autoestima, no al ego

Comenta también que la autoestima es esencial para nuestro desarrollo emocional y personal. “Se podría decir que es el resultado y la consecuencia de la suma de las anteriores. Es decir, según yo me valoro (valor personal), así me trato y permito que otros me traten (amor propio) y de ahí la alta o baja autoestima. Se podría decir que es un termómetro, un medidor. La autoestima no es algo estático, sino que varía dependiendo de las circunstancias en las que nos encontremos”, explica. Sin embargo, como aclara Silvia Congost, referente mundial en relaciones, dependencia emocional y autoestima, basándose en su experiencia en consulta, una persona con poca autoestima no se prioriza y pondrá por delante las necesidades de los demás. “La falta de amor propio nos lleva a comer mal, a tener atracones, a no hacer deporte, a abandonarnos y a vivir con sobrepeso, lo que nos lleva a hablarnos mal, haciendo más grande la herida en nuestra autoestima, dificultando mucho salir de esa rueda tan destructiva”, advierte.

"Debemos entender que somos una pequeña parte de un universo interconectado"

En ‘El ego es tu enemigo’, el filósofo Ryan Holiday explica que el ego no es otra cosa que una creencia malsana sobre nuestra propia importancia que obstaculiza el verdadero éxito, pues señala que impide que tengamos una conexión directa y honesta con el mundo que nos rodea. Por más que nuestra cultura nos anima a ensalzarnos y envanecernos, explica que no podemos reconocer ni crear oportunidades si vivimos dentro de nuestra propia fantasía. "El éxito es embriagador: sin embargo, para mantenerlo necesitamos estar sobrios. No podemos seguir aprendiendo si creemos que ya lo sabemos todo. No podemos creernos los mitos que inventamos sobre nosotros mismos, ni el ruido y la cháchara del mundo exterior. Debemos entender que somos una pequeña parte de un universo interconectado. Pero, sobre todo, tenemos que construir una organización y un sistema en torno a lo que hacemos, un sistema acerca del trabajo, no acerca de nosotros”, escribe.

Resulta esencial recordar la importancia de la autoconfianza a la hora de hablar del desarrollo personal, pues es algo vital, como comenta Inma Brea, para “superar los retos personales y permitir el crecimiento y el desarrollo personal”. Por eso las palabras de Úrsula Corberó importan y se han viralizado: porque nos han recordado la importancia de hablar bien de nosotras mismas y de aplaudir nuestros logros. Y porque para que nos quieran los demás, hemos de empezar a amarnos a nosotras mismas.

“Cuando tú te ordenas por dentro, todo se ordena por fuera. Y cuando tú encuentras tu lugar, el mundo también te lo da. Y cuando tú te aprendes a amar, los demás también saben cómo hacerlo”, escribe Laura Chica en ‘Autoamor’. En un mundo en el que la autocrítica es deporte nacional y en el que el odio prima, aprendamos a dejar de lado la validación externa y a querer a quien más tiempo pasa contigo a quien es la reponsable de tus éxitos y de tu alegría: tú. ¿Me ha quedado este cierre un poquito Mr Wonderful? Culparé a las malditas luces de Navidad y sobre todo, a Úrsula Corberó. Además, si el Grinch aprendió a amar la Navidad, ¿cómo no vamos nosotras a aprender a querernos a nosotras msimas?