Lo barato sale caro, dice el refranero popular. Y es que, quizás no lo has pensado, pero si una prenda de ropa te cuesta una cantidad de dinero ridícula, entonces, el precio se está cobrando por otro lado: explotación laboral, contaminación ambiental o prácticas poco éticas. El ‘fast fashion’ no sólo contamina en su proceso de producción sino que, además, su ropa suele ser de una pésima calidad y, como consecuencia, tenemos la necesidad de comprar frecuentemente, atrapados así en un círculo vicioso de consumismo. Todo esto ha provocado que la industria textil se convierta en la más contaminante del mundo después del petróleo. Esto debería ser suficiente argumento como para que te motives a ser un consumidor más responsable pero, ¿por dónde empezar? Comienza con pequeños gestos y aplica el mantra de las cuatro erres: reduce, reutiliza, recicla y recupera.

RECUPERA. Alarga la vida de tu ropa.

No tires a la primera de cambio una prenda a la basura, porque casi siempre es posible enmendarla. Por ejemplo, si se trata de la rotura de un cierre, la pérdida de un botón, suelas desgastadas o alguna costura rota, ¡no lo deseches! Lo más probable es que sea un trabajo sencillo para el zapatero o el taller de costura del barrio. Y ahora más que nunca, nos toca apoyar al pequeño comercio local.

moda sostenible cómo conseguir un armario más ético
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REDUCE. Di adiós a las compras compulsivas, elige mejor.

No tienes que dejar de salir de compras pero, hazlo mejor. Invierte en prendas de mayor calidad para que puedan durar más tiempo. Si te paras a pensarlo seguro que sólo usas una pequeña parte de tu armario y aún así sigues comprando ropa que no usas. Evita las compras por impulso. Cuando decidas hacer nuevas adquisiciones piensa en qué necesitas y céntrate en comprar sólo eso (bueno, está permitido darse un caprichito de vez en cuando). Un consejo para tener un armario práctico es localizar tus básicos infalibles, es decir, prendas atemporales, que te sienten genial y que resistan el paso de los años, no sólo por su estética sino también por su calidad. Y por último, elige marcas sostenibles. En España hay un sinfín de firmas que combinan el buen diseño con prácticas responsables a nivel social y medioambiental.

RECICLA. Dale un nuevo aire a tus prendas, ponte creativa.

Selecciona aquellas prendas del armario que no usas y plantéate la razón. Seguro que a muchas de ellas podrías darle una nueva vida. ¡Actualízalas! Internet está plagado de mil y una ideas para reavivar tu ropa y adaptarla a las últimas tendencias. Ponte creativa, además de contribuir con el cuidado del planeta desarrollarás tus habilidades artísticas y más ingeniosas.

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REUTILIZA. Compra vintage o alquila y, de paso, ¡ahorra!

Invertir en ropa de segunda mano o vintage no solo es una tendencia, sino que además se trata de la mejor opción para hablar de compras con conciencia. Esta práctica apenas genera ningún impacto ecológico. De hecho, con esta dinámica estarás prolongando el ciclo de vida de prendas que ya llevan años en circulación. Y también hay un buen motivo para invertir en ropa vintage, vestirás ropa única y no tendrás que preocuparte por llegar a un evento y coincidir con alguien. Otra opción para alargar la vida de las prendas es alquilar. ¿De verdad te compensa gastar dinero en ese vestido de fiesta que solo usarás un día? Apuesta por el alquiler, además siempre será una opción más asequible para tu cartera.

Para lograr un vestidor más responsable con tu entorno, el planeta y tu bolsillo no hace falta romper de golpe con todo y empezar de cero. Basta con replantearnos nuestra forma actual de consumo. Comienza por las 4 erres: reduce, reutiliza, recicla y recupera e inicia el cambio hacia una nueva forma vestir.