Es simpática. Una mujer genial. Nos la encontramos en leggings y zapatillas deportivas, y descubrimos esa figura esbelta que, ahora mismo, rebota apoyada en unas muletas después de una lesión. Victoria Beckham (Harlow, Reino Unido, 1974) está lejos de ser ese tiburón de los negocios impasible y obsesionado con el control detrás de unas grandes gafas oscuras que suele retratar la prensa. ¿Será porque por fin se siente como en casa? Este mes cumple los 50 y podemos asegurar que la madurez le sienta bien. Tiene un sentido del humor muy británico (sus muletas llevan la frase Let’s Twist Again), se toma con filosofía los acontecimientos («¿Mi pie roto? Hay cosas peores») y se burla de los errores de gusto que han hecho vacilar a los árbitros de la moda («¿Mis looks coordinados con David? Los asumo»). Ha vivido todas las épocas con el mismo aplomo, desde sus inicios como Spice Girl hasta la creación de su marca de lujo, con la que desfila en París. Su nueva colección en colaboración con Mango lo demuestra una vez más: 53 piezas con un aire masculino-femenino que gustarán a todos. Incluyen el traje perfecto, un sofisticado vestido lencero, mules de día y clutches para la noche... Un armario completo que está disponible desde el 23 de abril. Repasamos con la diseñadora los diferentes episodios de su vida y su obra.


Capítulo 1: LA MODA

«La descubrí bastante tarde. Mi madre era ama de casa, no leía revistas femeninas y no podía permitirse ropa de diseño. La primera vez que oí hablar de Coco Chanel fue por un perfume en miniatura. Los coleccionaba, ¡eran los únicos artículos de lujo que había en mi habitación! Más tarde, me aficioné a las compras a través de la moda a pie de calle, y no me avergüenza decirlo. Recuerdo coger el tren a Oxford Street, en Londres, con mi hermana Louise, y asaltar Topshop, Mango... Siempre he expresado mi personalidad a través de las prendas. He pasado por todos los estilos... ¡y no me arrepiento! Años de fotos en la alfombra roja me han dado una idea clara de lo que es una pieza favorecedora. Cada detalle cuenta: la calidad de los materiales, el corte, el diseño... Cuando creé mi marca en 2008, me impliqué a fondo. Por supuesto, cuando Marc Jacobs, Roland Mouret o Tom Ford me daban consejos, me sentía muy privilegiada. Pero mantuve la cabeza fría. No pretendía decir: “¡Me llamo Victoria Beckham y voy a hacer un gran show!”. Por eso empecé con una presentación de diez vestidos. Pienso que mi frescura me ayudó. De lo contrario, la presión habría resultado infernal. No era consciente de lo que estaba en juego, de lo que significaba poner tu nombre en el mapa. Pero tomé una decisión muy pronto: cada producto tenía que ser el mejor de su categoría. Lo mismo ocurre con la colección que he diseñado para Mango: todo está aprobado por VB».

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Sofia Sanchez & Mauro Mongiello
‘Trench’ de Victoria Beckham x Mango.


Capítulo 2: LAS SPICE GIRLS

«Nuestra banda de chicas cumple 30 años. Es vertiginoso y mágico al mismo tiempo, porque cuando hablamos de girl power, seguimos pensando en las Spice Girls. Muchos grupos femeninos de K-pop se inspiran en nosotras, y eso resulta muy halagador. En la banda, yo era Posh Spice. Mi nicho era la chica a la que le gustaban los buenos restaurantes y los hoteles elegantes, pero sobre todo era la que seguía la moda. Llevo el amor por las cosas bonitas en las venas, no puedo hacer nada para evitarlo. Por aquel entonces, a las demás no les importaba mucho la ropa, así que utilizaba su dinero para comprarme modelos de Tom Ford para Gucci. Era exactamente lo que quería para mi vestuario. Tom Ford fue uno de los primeros en vestirme, junto con Donatella Versace. Recuerdo que ella hacía las cosas a lo grande. En una ocasión, me envió en avión privado a Milán con mi mejor amiga. Me ofreció la posibilidad de elegir lo que quisiera en su boutique. Esa tarde, asistí al desfile. Estaba sentada al lado de Demi Moore, ¡era una locura!».

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Sofia Sanchez & Mauro Mongiello
Vestido de Victoria Beckham x Mango. Pendientes, pulsera y cadena de tobillo de la diseñadora.



Capítulo 3: DAVID

«Mi marido es una inspiración para mí. ¿Nos parecemos a la pareja que se ve en el documental de Netflix? Sí. Nos gusta divertirnos, charlar, bailar, beber. Y reírnos el uno del otro. A veces es bueno. Siempre encontramos una oportunidad para hacerlo. Eso es lo que se necesita para ser feliz. Creo mucho en la risa, la familia y la amistad. Me doy cuenta de que nos hemos convertido en un modelo. A la gente le gusta ver relaciones que duran. En el fondo, los dos compartimos los mismos valores. Venimos del mismo entorno. Nuestras familias trabajaron mucho para criarnos. Mi padre ganó dinero y luego quebró. Ni David ni yo nacimos con una cuchara de plata en la boca. Tenemos una regla de igualdad, ya sea en el cuidado de la casa o de los niños. Lo único que no se me da bien es cocinar, así que delego en él. Yo me ocupo de las bebidas. Nunca digo que no a una copa de Borgoña, a una piscina de champán, a un tequila Don Julio 1942... ¡Él tampoco! Es nuestro pasatiempo. Creamos momentos para nosotros. Siento decepcionarte, pero somos una pareja normal: cenamos y nos acostamos temprano. A los 20, nunca fuimos de discotecas, y a los 50, ¡eso no ha cambiado!».

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Sofia Sanchez & Mauro Mongiello
Traje y ‘mules’ de Victoria Beckham y, en la mano derecha, en el dedo anular, anillo ‘Trinity’ de Cartier. Pendientes, pulsera y el resto de anillos son de la diseñadora.



Capítulo 4: LA MATERNIDAD

«Estoy muy orgullosa de mis hijos y de la relación que he mantenido en todo momento con ellos. Es uno de mis mayores éxitos. Pienso que les he transmitido algunos principios importantes. Una buena educación significa saber convivir con los demás. Reconozco que no siempre ha sido fácil llevar mi vida personal y mi carrera al mismo tiempo. A veces he tenido que hacer sacrificios y no he estado tan presente como me hubiera gustado. El consejo que más me conmovió al respecto fue el que me dio Diane von Fürstenberg. Como yo, ella es una autodidacta que ha trabajado duro para construir su firma, pero sobre todo es madre. Un día me dijo: “Nunca me he sentido culpable como madre, porque lo he hecho lo mejor que he podido. La culpa no te lleva realmente a ninguna parte. No te voy a mentir, es más sencillo decirlo que hacerlo... Yo les aconsejo lo mismo a todas las mujeres jóvenes: que no sacrifiquen su carrera”. Hoy mis hijos son mayores y han levantado el vuelo. Han comprendido que soy su madre, pero también alguien que tiene cosas que hacer. Aunque Cruz está aquí de vez en cuando, Harper es la única que sigue viviendo bajo nuestro techo. Está a punto de cumplir 13 años y de momento no es una adolescente petulante. Todavía puedo abrazarla y nos hablamos sin discutir. Esta mañana me ha llamado emocionada: “¡Mamá, hay un póster enorme de tus perfumes en el centro de Londres!”. ¿No es genial tener hijos que piensan que eres guay? Verlos crecer es un verdadero regalo. Ellos me enseñan tanto... Brooklyn vive ahora con su mujer, Nicola. No nos vemos tan a menudo como antes, lo cual es normal. No soy una de esas madres posesivas con sus hijos. ¡Y me alegro de no serlo!».

victoria beckham elle mayo
Sofia Sanchez & Mauro Mongiello
‘Trench’ y sujetador, ambos de Victoria Beckham x Mango, ‘culotte’ de Eres y ‘mules’ de Victoria Beckham. La pulsera y la cadena del tobillo son de la diseñadora.

Capítulo 5: LOS CINCUENTA

«El 17 de abril celebré mi 50 cumpleaños. No tengo ningún problema en decirlo. No me asusta envejecer. Por supuesto, soy muy disciplinada. Me cuido, practico deporte una vez al día, como sano, duermo todo lo que puedo... Pero soy positiva por naturaleza. Por ejemplo, ¡he aprendido que usar muletas es estupendo para ejercitar los brazos! Y sigo teniendo muchos sueños. Acabo de lanzar una línea de perfumes y cosméticos. Estoy rodeada de mujeres a las que considero mis hermanas. Sin este pequeño mundo a mi alrededor, la vida no sería tan bonita. Pero esto no significa que el camino haya sido de color de rosa. Ha habido momentos difíciles. De niña, me acosaban en la escuela, se burlaban de mí por mi aspecto. Era raro que dijera: “Esta mañana quiero ir al cole”. Llegaba a la escuela con dolor de estómago. Era una alumna mediocre. Y, evidentemente, no era la chica popular. Sufrí mucho, aunque también me endureció. Me hice cargo de muchas cosas. Y aprendí a controlar mi miedo. Mis padres fueron un gran consuelo, y hoy mi éxito suena a venganza: la pequeña Victoria Adams que fui, insegura y tímida, estaría muy orgullosa de la Victoria Beckham en la que se ha convertido».