Acercarse la mano a la boca, a la barbilla o al mentón se ha asociado desde siempre con la incredulidad. Sin embargo, en el diccionario de la comunicación no verbal existen muchas más razones por las que este gesto tan común como inconsciente no es tan simple.

Jesús Enrique Rosas, Director Ejecutivo de la Universidad Corporativa - Fundación Lengua Corporal, explica en Lenguajecorporal.org todos los matices de este gesto tan revelador.

Para empezar, la primera observación es establecer el rol de la persona: oyente o hablante. Taparse la boca con la mano o acercársela se considera un gesto defensivo y si en este caso es el oyente el que lo hace, es porque su opinión difiere de la del hablante.

Si el bloqueo bucal sucede en el hablante, denota cierto nivel de inseguridad. El verdadero líder jamás se acerca la mano a la boca en sus discursos.

Esa inseguridad viene dada por la ansiedad que genera el momento porque, o bien no cree de verdad en lo que está diciendo o bien se encuentra en mitad de una improvisación. La mentira bloquea con fuerza la expresividad y es entonces cuando surgen los bloqueos, en este caso bucal, como señal de defensa.

¿Con qué mano te tapas la boca?

Hacerlo con la mano izquierda o la mano derecha es importante. Hay que recordar que todos nuestros movimientos están controlados por los dos hemisferios. El izquierdo, más diplomático, controla al lado derecho del cuerpo. Y el hemisferio derecho, más impulsivo y menos racional, controla al lado izquierdo.

Así, bloquear la boca con la mano izquierda denota frustración y hasta impotencia. Hacerlo con la mano derecha, sin embargo, es un gesto analítico que indica que quien lo realiza, sopesa la situación en la que está involucrado.

Taparse la boca con las dos manos también es un indicativo. Este gesto, mucho más dramático, es para Jesús Enrique una señal de angustia en un momento en el que ambos hemisferios están tratando de trabajar juntos para superar un obstáculo.

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También dice mucho de la personalidad de la persona el bloqueo con un dedo, con varios o con la palma de la mano. Concretamente, habla de su introversión o extraversión.

Así, hablamos de personas introvertidas cuando estas disimulan este gesto usando tan sólo la punta de los dedos. Por el contrario, el contacto palmar es propio de personas extrovertidas, a las que no les importa demostrar estos gestos defensivos.

Taparnos la boca con el dorso de la palma hacia fuera también dice mucho de las personas. Las más reservadas se están mostrando al mundo con este inconsciente gesto indicando que prefiere guardar sus opiniones.

El tiempo que la persona realiza este gesto también es clave. Para el experto, el tiempo de lo que dura el bloqueo revela la confianza o incomodidad de la persona. "Si el contacto es corto e interrumpido bruscamente, quiere decir que el hemisferio derecho se encargó de "silenciar" el gesto para evitar revelar más de lo necesario", afirma.

Si la acción es más larga (más de un segundo o permanente), puede relacionarse con que la persona está realizando un análisis y ponderación de lo que sucede.

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Picores

Cuando nuestro cerebro está a pleno rendimiento, cosa que sucede cuando no se está diciendo la verdad, se liberan catecolaminas, las cuales provocan picor en la nariz y zonas circundantes.

Si no estamos nerviosos por lo que decimos, jamás notaremos estos micro picores ya que nuestra credibilidad se mantiene intacta. En el momento en el que se ve comprometida, nuestro cerebro comienza a funcionar, se desencadenan los picores y este gesto será un claro revelador de nuestro comportamiento: rascarnos la cara ligeramente denota que nos estamos arrepintiendo (aunque sea poco), de lo que estamos diciendo.