"Cada vez es más común hablar de la intolerancia a la lactosa y se tiene más en cuenta en la alimentación. Tener información sobre dicha intolerancia nos ayudará a saber qué precauciones se deben tomar y qué dieta seguir", dice la health coach Rocío de la Loza.

Como explica esta experta, "la lactosa es un tipo de azúcar, llamado disacárido o carbohidrato simple, presente en la leche de vaca y el resto de los mamíferos, incluyendo la leche materna". "Al descomponerse en glucosa, la lactosa funciona como una fuente de energía para las células de nuestro organismo. Se encuentra en productos lácteos como el yogurt, la leche entera, la nata y el queso. También está en productos elaborados a base de estos como helados, salsas para pastas, sopas, panes y postres", explica.

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¿Cómo se digiere la lactosa? Gracias a la lactasa, una enzima que se produce en el intestino delgado y que es la responsable de digerir la lactosa, convirtiéndola en dos azúcares más simples: la glucosa y la galactosa. "La hipolactasia, conocida comúnmente como la intolerancia a la lactosa, se refiere a la deficiencia de esta enzima", apunta de la Loza.

Según el Dr. Hyman el 75% de la población no es genéticamente capaz de digerir la lactosa. Aproximadamente el 20% de las personas que sufren de intolerancia a la lactosa son también alérgicos a la caseína, que es la proteína presente en la leche de vaca. Esto quiere decir que una persona con intolerancia a la lactosa puede consumir productos etiquetados como "deslactosados" (ejemplo "leche deslactosada", a la cual se le ha quitado el azúcar), pero aquella que sufre de ambas cosas debe dejar de consumir productos lácteos de vaca por completo.

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Cómo detectar una intolerancia a la lactosa

En la actualidad hay disponibles muchas pruebas de laboratorio y estudios médicos que pueden realizarse para el diagnóstico, por lo que si tienes sospechas de que puedes sufrir este problema, debes consultar directamente a tu médico. Rocío Río de la Loza, especialista en nutrición, afirma que una forma que ayuda a identificar una intolerancia alimentaria como esta, es siendo consciente de tu propio cuerpo, llevando un diario y apuntando qué es lo que comiste y cómo te sentiste después.

"Existe la creencia popular de que los lácteos son la mejor fuente de calcio y que al no consumirlos pueden generarse problemas como la osteoporosis. Sin embargo, la intolerancia a la lactosa no altera la capacidad del tracto digestivo para absorber el calcio ni la producción de hueso", subraya de la Loza. "Lo importante, como en cualquier plan de alimentación, es consumir una gran cantidad de alimentos ricos en este mineral esencial", añade.

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¿Qué alimentos aportan calcio? Algunos ejemplos son las semillas como el sésamo y la chía, las hojas verdes como la berza, las legumbres, algunos granos enteros, las sardinas (con sus espinas) y los alimentos enriquecidos. "Tal es el caso de algunos productos de panificación, cereales para el desayuno, batidos, leches vegetales (almendra, soja, arroz, avena, etc.), yogures de soja, quesos veganos, etc.", apunta la experta. "Y además del calcio, es necesario tener niveles adecuados de vitamina D, lo cual se consigue tomando el sol de forma segura diariamente, consumiendo hongos, alimentos enriquecidos o tomando suplementos", añade.

¿Quieres preparar tu propia leche de almendras? Esta experta en nutrición nos da la receta:

Ingredientes. 1 taza de almendras (remojadas desde la noche anterior), 1 litro de agua pura, 1 pizca de sal, 4 dátiles sin hueso, 1 cucharadita de vainilla y 1 pizca de canela.

Preparación. Moler todo en la licuadora, pasar por una bolsa para leche vegetal o tela fina, exprimir bien y guardar en el refrigerador un máximo de tres días.