Uno de los últimos perfumes cítricos que recibí, Citrus Soleil, de Rochas, fue el último también en repetir las mismas sensaciones cuando lo olí. Es súper fresco, muy muy chispeante, con un limón que casi te está salpicando la cara y te despierta, te alegra y te carga las pilas como pocas notas aromáticas lo consiguen.

No es el único. Entre todos mis perfumes, tengo claro cuáles elegir en un mal día en los que necesito remontar. Y comparten las mismas notas: limón, mandarina, naranjo, bergamota e incluso menta o ese característico “olor a verano” que muchas fragancias destapan en esta época estival. Pues bien, todo tiene una explicación que, a pesar de ser ciencia pura, a mi me sigue pareciendo magia.

Rochas Eau de Rochas Citron Soleil EDT

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Crédito: Primor

El recorrido en el cerebro

Todas esas sensaciones, emociones y recuerdos que resurgen tras estos impactantes aromas, siempre tienen algo en común: son positivos, placenteros y relajantes. Tienen el poder de impactar de forma beneficiosa en nuestro estado de ánimo e incluso en cómo percibimos nuestro alrededor o en nuestra concentración. Son olores con un fuerte poder sobre nuestro sistema límbico, concretamente.

Y es que aquí está la clave de todo esto. Nuestro sentido del olfato está directamente conectado con este sistema límbico, la región del cerebro también asociada con las emociones y nuestra memoria. Cuando inhalamos un olor fresco o cítrico, las moléculas aromáticas llegan a la mucosa olfativa y activan las neuronas receptoras.

Estas señales se transmiten inmediatamente al bulbo olfatorio, que luego se conecta con el sistema límbico. Y como resultado, se desencadenan esos recuerdos emocionales y se despiertan esos sentimientos de bienestar que, si te paras a pensar, a nadie le desagradan cuando huele un perfume fresco.

La psicóloga Amparo Calandín, explica que todo esto no es más que la base de la aromaterapia: “determinados estímulos olfativos provocan que el cerebro incremente la secreción de determinadas sustancias, lo que es la base de su eficacia. Por ejemplo, oler esencia de lavanda libera activos relajantes que tranquilizan al organismo, los olores cítricos aportan vitalidad, etc."

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¿Y por qué afectan tanto a nuestro estado de ánimo?

Pues bien, la razón está demostrada y es que estos aromas estimulan la liberación de neurotransmisores como la famosa serotonina, conocida como la "hormona de la felicidad", y la norepinefrina, relacionada con la atención y la concentración.

Estos olores frescos, como el aroma a hierba recién cortada o a bosque, logran que nuestro cerebro reciba señales de calma y relajación. Y sí, puede ayudar a reducir tu estrés o ansiedad y a promover más sensaciones de bienestar sobre tu estado emocional.

Pero además, los olores cítricos en particular, como los de limón o naranja, tienen un efecto estimulante y revitalizante extra. Y estos son capaces de aumentar la energía, mejorar el estado de ánimo y aumentar nuestra sensación de vitalidad.

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Concentración y productividad: ¿puede un perfume ayudarnos a aumentarlo?

No sólo estas notas pueden ayudar a mejorarnos emocionalmente, sino que además impactan también en nuestra concentración y la productividad. Al inhalarlos, el sistema nervioso central se activa, favoreciendo la claridad mental y la agudeza cognitiva.

Mejoran la fatiga mental y la falta de concentración. De ahí que muchos ambientadores en centros de estudio u oficinas, tengan estas notas en su carta olfativa.

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Artur Debat

El por qué del “olor a limpio”

Las sensaciones físicas y emocionales de placer a través de estas notas, se conectan directamente con recuerdos revitalizantes, al aire libre, a la naturaleza… de ahí esa conexión tan mágica con la pureza y la limpieza, con el inmenso poder que puede tener para nuestra mente, el visualizar un campo verde en pleno verano con unas sábanas blancas, frescas y limpias, secándose al sol.

Son recuerdos infantes, alegres, felices. De ahí que estos aromas sean tan optimistas, tan refrescantes y sobre todo, tan brillantes. Pocos pueden evocar tanta vitalidad como un buen perfume cítrico.

El ser humano recuerda el 35% de lo que huele

El mercado del olor a limpio

Pero cuidado, porque aunque todo suena precioso en nuestra cabeza, la industria también sabe que es precioso para los negocios. Y es que, según una investigación de la Universidad de Rockefeller sobre las capacidades de afectación y recuerdo recuperada por el gabinete de Amparo Calandín Psicólogos, “concluyó que el ser humano recuerda el 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye, el 1% de lo que toca y el 35% de lo que huele”.

Es decir, estos olores tan emocionales son la vaca lechera de las grandes empresas perfumistas. Poco más puede hacer el departamento de marketing de un perfume de estas características para atraer al comprador que no sea a través de la forma en que le trasladará a sus años más felices. Porque a eso, nadie puede negarse.

Haz la prueba. ¿Mal día? Busca tu perfume más cítrico. Y si no… siempre te quedará el frutero.