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Que el amor se vive y se demuestra día a día puede sonar a frase hecha, llena de sentido, pero lo cierto es que es un axioma que todos tenemos perfectamente interiorizado. Pero cuando llegan fechas como San Valentín, hay algo que nos impulsa a pensar que en ese día debemos hacer algo especial para celebrarlo con esa persona que tanto significa para nosotros. Entonces nos lanzamos a una de las búsquedas más recurrentes y apetecibles: el restaurante romántico perfecto. Si estás en esta situación vamos a ayudarte porque el restaurante Zíngara, uno de los últimos locales abiertos en Madrid, reúne todo lo que buscas: para devorar el Día de los Enamorados, pero también para el resto de días del año. Porque las ganas de comer bien y disfrutar, como el amor, también se extienden al día a día.
El nombre de Zíngara ya ye habrá llamado la atención, pero todavía va a impactarte más cuando te contemos que es el nuevo vegetariano de la capital, pero no uno de esos que se te acaban de pasar por la cabeza. Es el vegetariano para los no vegetarianos, donde vas a comer de fábula y no echarás nada de menos nada por muy carnívora que seas. Esto lo primero, lo segundo es que ofrece un encanto mágico, que te conquistará a ti y a quien lleves contigo.
La propuesta que vas a disfrutar en Zíngara hace honor a su nombre. Este restaurante obtiene una parte de su inspiración -y de su nombre- en la característica principal de la cultura gitana: la de ser pueblo nómada y de espíritu libre, donde las normas son laxas y se pueden retorcer a tu antojo. En este caso al suyo, gastronómicamente hablando y en cuanto al ambiente.
Un restaurante del país de 1910 con alma gitana
Ubicado en el barrio de las Salesas, en una zona donde el color, las mentes abiertas y las nuevas tendencias están en su espacio natural, este restaurante es un soplo de aire fresco. Eme Carranza, que ha arrasado en Argentina con la decoración de algunos de los restaurante de moda que triunfan allí y firma con Zíngara su primer trabajo en Europa, es la interiorista a cargo del diseño del espacio.
El restaurante apuesta por una imagen bohemia, oscura, misteriosa pero llena de encanto y magia, con un toque "chic" que lo eleva. Es un espacio con estilo propio y un punto de sofisticación muy cuidado con elementos muy comunes en la cultura popular gitana. Abanicos, candelabros, objetos antiguos y madera dotan de personalidad al espacio junto con elementos como los respaldos de las sillas, con la forma de panderetas. Mesas de madera, alfombras en tonos ocres y rojos en las paredes junto a papel estampado, lámparas con flecos, piedras, metales preciosos de intenso brillo, elementos que recuerdan a astros y hasta una bola de cristal... terminan por cerrar un círculo que te sitúa en un lugar como si estuvieras rodeado de caravanas cíngaras que pertenecen a todos per a ningún lugar.
El restaurante cuenta con dos espacios, en dos plantas. A pie de calle vas a encontrar una preciosa barra de piedra que resplandece y el salón principal, que no puede ser más acogedor. Bajando unas escaleras, casi "secretas" va a llegar a un reservado con una de las mesas más bonitas de Madrid, de mármol blanco que resplandece gracias a que está retroiluminada. Es para ocho comensales. Y a su lado, a unas cortinas de separación, el reservado del reservado: una pequeña sala con un comodísimo sofá lleno de cogines y puffs, que te trasladan directa a una jaima.
Qué comer en Zíngara
Ya te hemos advertido de que Zíngara no es un vegetariano al uso. Sus sabores potentes en platos sorprendentes lleno de color donde el sabor y la delicadeza van de la mano, son su apuesta ganadora. La carta es obra de Maximiliano Rossi, que ha diseñado una propuesta en la que los productos de temporada y de cercanía son protagonistas, para disfrutarlos en su máximo esplendor.
La carta es bastante corta, de solo dieciséis platos, postres incluidos. Pero te aseguramos que vas a quedar más que encantada porque en ella vas a encontrar todas las opciones para que la comida o la cena -por cierto, te recomendamos que vayas por la noche por su ambiente brujo- sea para recordar.
Nuestra sugerencia es que empieces por la Chipá, unos panes de yuca de queso Mimolette y Provolone con agridulce de tomate y que sigas con su particular Saam Coreano -que es un paté de almendras en hoja de sisho, salsa de tamarindo y cacahuete-; y el Aguacate quemado sobre tahini verde y pan caliente de yogur de coco.
Imprescindible entre los principales es su milanesa de berenjena, que está gratinada con provolone y que es una auténtica delicia; y también sus Cogollos planchados con cremoso de girasol y miso y pipas especiadas o la Remolacha y yogur en ensalada con queso boffard, eneldo y anarcardos.
Te aseguramos que toda la comida es muy ligera, y no te sentirás nada pesada al terminar de comer. Por eso, en esta ocasión no hace falta que tengas disponible el "estómago de los postres", porque tendrás hueco y ganas para ellos. Tienen 3 opciones que se abren con un flan de huevo con nata montada que en realidad casi podría ser un Dulce de Leche; un refrescante cremoso de aguacate con lima y leche condensada de coco que va a dejarte ojiplática por riquísimo e inesperado; o un golosísimo Chocolate cremoso sobre cookie y helado de cacahuete.
Nuestra recomendación es que pidas los platos para compartir, para probar más. Porque te aseguramos que vas a querer más y más, y antes de salir ya estarás planeando repetir la visita. A ello también invita su carta de cócteles, lo primero que encuentras en la mesa nada más sentarte, y que están pensados para acompañar toda la comida de una forma inapelable.
La coctelería está a cargo de la popular Angelita Madrid, una de más icónicas del centro de Madrid a cargo de Mario Villalón, y de Amarguería, la asesoría de coctelería de François Monti y Roberto Castán. Juntos han diseñado una carta de corte clásica y reconocible con sabores complejos y profundos por una parte, y de sabores ligeros y cítricos por otra, que encaja a las mil maravillas con su propuesta gastronómica vegetariana.
Algunos de los cócteles que debes probar son el Rose, el cóctel parisino más popular de los años 10 del siglo XX en la capital francesa, que en Zíngara sirven acomodado a su versión original como un Dry Martini de baja graduación pero con mucha presencia aromática. Este es ideal para comenzar la velada e ir 'in crescendo' conforme avance. Luego puedes apostar por otro tipo de tragos como el Zingara Mauresque -un combinado con absenta popular a finales del siglo XIX- o la dulce Zíngara para los que buscan un cóctel de sabores dulces con miel, piña y el toque picante de la lima y el jengibre. Y si quieres algo más potente: el Amores perros, hecho con mezcal, coñac en mandarinas, lima, tamarindo, bitter de chile y canela.
Hay muchos más cócteles, pero lo mejor es que te animes a probarlos allí. Nosotros encantados de contarte nuestra experiencia, pero lo mejor es que la disfrutes en primera persona. Merece la pena.
Zíngara
C/ Pl. de las Salesas, 8. Madrid.
Tel. 652 18 80 63
Web: www.zingaramadrid.com
IG: @zingaramadrid
Precio medio: 45 euros.
