Existe una época ideal para organizar una escapada a Europa Central: el mes de diciembre. Sus bellos mercadillos navideños, sus paisajes nevados de postal, su gastronomía a prueba de bajas temperaturas y una infinidad de planes para todos los gustos que ofrecen durante este mes, son sólo algunas de las razones para que se convierta en tu próximo destino. Y, para facilitarte la vida a la hora de escoger qué zona visitar, te proponemos un tandem infalible: Viena y Budapest. Sólo necesitas 4 días para conocer lo esencial de estas dos impresionantes ciudades y quedarte prendado de ellas para siempre. ¿Empezamos la ruta?

palacio hofburg viena
Noelia Hermida
Exterior palacio Hofburg, en Viena.

Día 1: Viena

Recién aterrizados, la primera parada será para dejar el equipaje en el que será nuestro alojamiento en la capital de Austria, el majestuoso Hotel Imperial, a Luxury Collection Hotel (Kärntner Ring, 16), que este año celebra su 150 aniversario. Construido originalmente como residencia privada del duque Phillipp de Württemberg y su mujer, la archiduquesa María Teresa, este palacio se convirtió en hotel para la Exposición Universal de Viena, en 1873. Desde ese momento, por sus imponentes pasillos y escaleras cubiertos de mármol, tejidos nobles, lámparas de cristal de Murano y obras de arte, y por sus lujosas y palaciegas habitaciones que te teletransportan al siglo XIX, han pasado reyes, actores, músicos, diseñadores, escritores, top models, políticos, deportistas... un listado de nombres que forman parte de la historia mundial y que, muchos, han dejado su mensaje en los libros de firmas que el personal del hotel guarda con sumo cuidado.

escalera hotel imperial viena
Noelia Hermida
Escalera Hotel Imperial Viena. 
pasillo hotel imperial viena
Matthias Hamel
Pasillo Hotel Imperial Viena
royal suite imperial viena
Matthias Hamel
Royal Suite Imperial Viena
imperial junior suite hotel imperial viena
Matthias Hamel
Imperial Junior Suite Hotel Imperial Viena.

Las siguientes paradas tienen un importante tono musical, ya que Viena es considerada la capital de la música, ya que en ninguna otra ciudad del mundo han vivido y trabajado tantos compositores de fama mundial, desde Mozart a Beethoven, pasando por Schubert, Strauss, Haydn, Mahler y Schoenberg, entre otros. Justo enfrente del Hotel Imperial, se encuentra el Musikverein, cuya sala principal acoge los conciertos de la Filarmónica de Viena y de las principales Sinfónicas del mundo, y donde cada 1 de enero se celebra el clásico Concierto de Año Nuevo. Disfrutar de un tour por sus salas y pasillos y rematar con un concierto, es un plan redondo. A pocos metros, se encuentra la Ópera de Viena, una de las más importantes del mundo. Su edificio, construido entre 1861 y 1869 y de diseño neorrenacentista, fue muy criticado por los vieneses en su momento. Ahora, es uno de sus tesoros más preciados.

opera viena
Noelia Hermida
Ópera de Viena.

Aunque conseguir un ticket para una de sus óperas y ballets con antelación es una misión complicada y no apta para todos los bolsillos (se pueden consultar los horarios y el programa en su web: wiener-staatsoper.at), a diario ponen a la venta en su taquilla entradas sueltas o sin asiento asignado a precios más asequibles que te permitirán disfrutar de un espectáculo inolvidable.

Antes de continuar el recorrido por el centro histórico, haz una parada rápida en Bitzinger Würster & Co. (Albertinaplatz, 1) para probar uno de los platos clásicos de Austria: las salchichas. Su CurryWurst acompañada de patatas fritas o su hotdog con salchicha al grill y queso te darán las fuerzas para continuar.

wurst viena
D.R.
Quiosco Bitzinger en la plaza Albertina de Viena.
currywurst
Noelia Hermida
’Currywurst’ de Bitzinger Albertina.

Justo al lado se encuentra el museo Albertina, que acoge una de las colecciones de arte moderno más importantes de Europa, con obras de Picasso, Monet, Renoir, Degas, Matisse, Miró, Magritte y Kandinsky, entre otros; en un edificio palaciego que merece una visita y que fue habitado por la familia imperial en el pasado. Tras empaparnos de arte y belleza, llega la hora de la merienda. Y, si hay un dulce que sí o sí hay que probar en Viena es la tarta Sacher. Y a escasos metros del museo se encuentra el lugar que posee la receta original el Café Sacher (Philharmonikerstrasse, 4), situado en los bajos del hotel que lleva su nombre.

exterior cafe sacher viena
Noelia Hermida
Exterior Cafe Sacher
interior cafe sacher viena
Noelia Hermida
Interior Cafe Sacher Viena.
tarta sacher
Noelia Hermida
Tarta Sacher Viena

Inventada en 1832 por Franz Sacher, esta tarta de fama mundial se compone de un bizcocho de chocolate relleno de mermelada de albaricoque y recubierto de un glaseado de chocolate negro. Aunque se podrán encontrar diferentes versiones en la ciudad e incluso en este café, el Hotel Sacher presume de ser el único que sirve la original.

interior cafe sacher viena
Noelia Hermida
Interior Cafe Sacher Viena.

Tras esta breve parada, el siguiente destino es el Palacio Imperial de Hofburg, el más gran de la ciudad y que fue residencia de la mayor parte de la realeza austríaca, con especial mención a los Habsburgo. Es enorme conjunto arquitectónico está compuesto por varios edificios, separados por bellas plazas, entre los que se encuentran los Apartamentos Imperiales, el museo dedicado a Sisí Emperatriz, la Biblioteca Nacional, la Escuela Española de Equitación, la Iglesia Agustina -donde se casaron Sisí y Francisco José y Napoleón con María Luisa y Schubert dirigió su misa en fa mayor- y hasta el despacho del presidente de Austria. La elección de qué se va a visitar no es fácil, porque abarcar todo es imposible, pero hay opciones para todos los gustos.

palacio hofburg viena
Noelia Hermida
Palacio Hofburg Viena.

Al atardecer, nos acercamos a la zona comercial de la ciudad. Por las calles Grabben, Tuchlauben, Kohlmarket... encontrarás las mejores boutiques de las firmas de lujo y de imperios lowcost.

grabben viena
Noelia Hermida
Calle Grabben, en la que se encuentra la columna Pestsäule, que fue creada después de la gran peste de Viena de 1679.

La calle Grabben nos lleva hasta la catedral de San Esteban, con su gran torre de estilo gótico y sus tejados de azulejos, y hasta el mercado de Navidad que está en la plaza que lleva su nombre. Degustar un vino caliente bajo sus guirnaldas de luces, comprar algún adorno para el árbol o alguna pieza de artesanía es el plan perfecto para ir abriendo boca.

mercadillo san esteban viena
Noelia Hermida
Árbol del mercadillo navideño de la plaza de San Esteban (Stephansplatz), al lado de la catedral de Viena.

Antes de cenar, otra de las paradas obligatorias en Viena es alguna de sus cervecerías. Una céntrica, de ambiente local, buena música y cervezas artesanas de calidad es 1516 Brewing Company (Schwarzenbergstrasse, 2).

cerveceria viena
Noelia Hermida
Interior de 1516 Brewing Company, en Viena.

De vuelta al Hotel Imperial, escogemos entre sus dos opciones para cenar: el restaurante Opus y el Café Imperial. Opus (Kärntner Ring, 16) es un restaurante gastronómico, en el que el emblemático estilo vienés de los años 30 del arquitecto Josef Hoffmann armoniza a la perfección con la modernidad más vanguardista de sus dos menús -el primero a elegir entre 5 (150 €), 7 (175 €) o 9 pases (200 €) y el segundo vegetariano-, que fusionan recetas austríacas tradicionales con toques de diferentes cocinas del mundo, con una especial influencia de la francesa. El brioche de trufa blanca, el waguy con caviar austríaco o su vieira con col y bergamota son algunos de los platos que podrás probar.

restaurante opus viena
Noelia Hermida
Restaurante Opus Viena

El Café Imperial es una la mejor opción para probar grandes clásicos de la gastronomía de la ciudad como el Wiener Schnitzel -un fino escalope de ternera que presume de ser el mejor de la ciudad- acompañado de patatas y ensalada, el ragout, el goulash o el Tafelspitz -ternera hervida-.

wiener schnitzel cafe imperial
Noelia Hermida
Wiener Schnitzel Cafe Imperial.


Para terminar, no hay duda, una porción de la Imperial Torte; una tarta que, según cuenta la tradición, fue creada para el emperador Francisco José I en 1873, con motivo de la inauguración del hotel. Aunque la receta original es un secreto y sólo se puede probar aquí, este delicioso postre -que hoy está disponible además de la versión clásica en otros tres sabores: naranja amarga, frambuesa y café vienés- es en realidad un bombón de tamaño XL compuesto por finas láminas de almendra separadas por crema de chocolate, y envueltas en mazapán y glaseado también de chocolate. Una delicia que tiene una edición especial por el 150 aniversario y que te podrás llevar a casa o pedir a tu regreso, ya que hacen envíos a todo el mundo.

tarta imperial
Noelia Hermida
Tarta Imperial 150 aniversario. 
imperial torte
Inge Prader
Elaboración Tarta Imperial. 


Día 2: Viena

Después de disfrutar del desayuno a la carta en el Café Imperial, ponemos rumbo a uno de los museos imprescindibles de la ciudad, el Belvedere (Prinz-Eugen Strasse, 27). Este conjunto palaciego de estilo barroco, construido como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, posee en sus paredes y salones una de las colecciones artísticas con más valor de todo el país, que incluye 24 obras de Gustav Klimt -la más numerosa del mundo- con su famoso "El beso" entre ellas, que se puede ver en lo que se conoce como Alto Belvedere. Y, hasta el 11 de febrero de 2024 también se puede admirar el "Retrato de Adele Bloch-Bauer", una de las obras más conocidas de Klimt, realizada en su última etapa, y que actualmente está en propiedad privada.

museo belvedere
Noelia Hermida
Frescos Sala de Mármol Museo Belvedere.
el beso de klimt
Noelia Hermida
"El beso" de Klimt en el Museo Belvedere.

Al otro lado de sus impresionantes jardines, que posee más de 4.000 plantas que concentran la flora de los Alpes, se encuentra el Bajo Belvedere, un pequeño palacio junto a las caballerizas y el invernadero, que acoge obras del barroco austríaco y del arte medieval. Las entradas se pueden comprar en taquilla o en su web (belvedere.at).

Antes de arcercarnos a orillas del Danubio, hacemos una parada técnica en el café del Magdas Lokal (Ungargasse, 38), dentro del hotel Magdas, para disfrutar de un café de especialidad y uno de sus dulces caseros. Nos desviamos un poco de la ruta, y caminamos unos minutos hasta el distrito 3 para disfrutar del Hundertwasserhaus (Kegelgasse, 36-38), una serie de edificios ondulados multicolor, construidos en la década de los 80 como viviendas sociales, en la que se mezclan las viviendas, los árboles y las azoteas, y que son una auténtica obra de arte.

hundertwasserhaus
Noelia Hermida
Hundertwasserhaus en Viena.

Bajamos hasta el paseo del río para cruzar al otro lado, hasta el distrito 2, y descubrir uno de los barrios más bohemios de Viena, Leopoldstadt. La primera parada es el inmenso parque Prater, para subirnos -o simplemente disfrutar de la imagen desde el suelo- a la famosa Noria Gigante de Viena y observar una de las mejores panorámicas de la ciudad.

noria viena
Noelia Hermida
Noria de Viena.

Leopoldstadt, antiguo barrio de los judíos, es hoy una mezcla entre negocios locales y propuestas de lo más hipster. En Rochusmarket (Landstrasser Haupstrasse, 3) encontrarás puestecitos ideales para comprar productos frescos y locales, una corona de Navidad o unas preciosas flores antes de tomarte el aperitivo en la vinoteca Arrigo (puesto 33). Para la hora de la comida, reserva mesa en clásicos como el café Zartl (Rasumofskygasse, 7) o en alguno de los locales más cool de Praterstasse como Ramasuri (Praterstrasse, 19) , Goldener Papagei (Praterstrasse, 17), Mochi o Café Ansari (ambos en Praterstrasse, 15).

leopoldstadt viena
Noelia Hermida
Una de las terrazas de Paterstrasse, en Leopoldstadt.

En esa misma calle, encontrarás la casa-museo de Johann Strauss, el Balthasar Kaffe Bar (Praterstrasse, 38) o Song (Praterstrasse, 11), una de las boutiques imprescindibles de la ciudad con piezas únicas procedentes de Corea. Piérdete por sus calles anchas llenas de edificios señoriales, por sus animadas plazas, como Karmelitaplatz, y pon rumbo de nuevo al río para volver al otro lado y ver la catedral de San Esteban a la luz del día y, si te animas, subir a su torre y ver sus tejados desde lo alto.

catedral viena
Noelia Hermida
Catedral de San Esteban, Viena.

Para entrar en calor, nos dirigimos a otro de los cafés imprescindibles de la ciudad, el Café Central (Herrengasse, 14). Aunque los cafés de Viena fueron reconocidos como patrimonio cultural intangible de la Unesco en 2011 y las opciones son muchas, este es de visita obligada, ya que, además de precioso, era el café favorito del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, que vivió en la capital de Austria entre 1891 y 1938 y de muchos otros intelectuales de la época. Situado en la planta baja del Palais Ferstel, siempre hay cola en la puerta, pero vale la pena esperar. Cuando entres, te espera un salón majestuoso con bóvedas y columnas de mármol, muebles de madera oscura y oro, un piano -que un pianista suele tocar en varios pases por las tardes- y bancos tapizados en granate. Pídete su pastel del Café Central, su particular tarta Sacher o cualquiera de las delicias dulces que verás en su vitrina. Y acompáñalo con un Wiener Melange, una mezcla de café y crema de leche -a veces con nata- que te recordará a al cappuccino.

cafe central viena
Noelia Hermida
Exterior Café Central Viena.
cafe central viena
Noelia Hermida
Interior Cafe Central Viena
cafe central viena
Noelia Hermida
Columnas Café Central Viena. 

Con la merienda terminada, ponemos rumbo al mercado de Navidad más grande de la ciudad, el Wiener Christkindlmarkt, situado en Rathausplatz, delante del ayuntamiento, otro de los edificios imprescindibles y más bonitos de Viena.

mercado navidad viena
Noelia Hermida
Christkindlmarkt, delante del Ayuntamiento de Viena.

La decoración navideña, su tiovivo, su noria, las decenas de puestos de figuras y bolas para el árbol, las vajillas de porcelana, las prendas y complementos de lana, los productos gastronómicos más típicos, los puestos de dulces típicos, de Lángos -una especialidad húngara que consiste en una masa de harina y levadura frita, a veces también con patata, a la que se le añaden diferentes ingredientes-, de ponche y vino caliente de diferentes sabores... harán que te no te des cuenta ni de que se ha hecho de noche.

tiovivo christkindlmarkt
Noelia Hermida
Tiovivo Christkindlmarkt, en Viena.
decoración christkindlmarkt en viena
Noelia Hermida
Decoración Christkindlmarkt, en Viena.
decoración christkindlmarkt en viena
Noelia Hermida
Decoración Christkindlmarkt, en Viena.
decoración christkindlmarkt en viena
Noelia Hermida
Decoración Christkindlmarkt, en Viena.

Dejando atrás el ayuntamiento y el parlamento, nos encaminamos hacia el barrio más cool y trendy de todo Viena, Neubau. La cantidad de bares, restaurantes, cafés, tiendas de decoración y de ropa vintage, galerías de arte, tiendas de música, de productos delicatessen... que valen la pena son tantas, que es casi imposible resumirlas. Pero, te dejamos algunas pistas. Lo primero, aprovecha para recorrer su mercadillo de Navidad, que se extiende por varias de sus calles empedradas y que, además de los puestos típicos, dispone de barras y terrazas que han puesto los restaurantes y bares de la zona para la ocasión. Y aprovecha para hacer una parada en Volta Vienna (Siebensterngasse, 28), una concept store con los objetos más bonitos para la mesa y el hogar, saborea una buena cerveza artesanal en 7stern (Siebensterngasse, 19) o algo calentito en Cafe Nil (Siebensterngasse, 39) y reserva una mesa en Witwe Bolte (Gutenberggasse, 13) un restaurante en una casita con jardín con lo mejor de la cocina austríaca, o en Collina (Spittelberggasse, 12) uno de los más cool del barrio.

neubau
Noelia Hermida
Cafe Espresso, en Nebau.

Encuentra los mejores objetos de decoración con aire vintage en Felicitas (Neubaugasse, 76), párate a comprar unos quesos y unos embutidos en Leitenbauer (Neubaugasse, 71) mientras degustas una copa de su lección de vinos o elige un plato de street food acompañado de una cerveza artesana o de un vino natural en XO-Grill 1070 (Neubaugasse, 72). En la calle Burggasse, los amantes de la moda sostenible no se pueden perder Glore (Burggasse, 52-54), la música y la lectura se dan cita en Café Roza (Burggasse, 44) un café cultural, feminista y queer, encontrarás el regalo perfecto en la librería Bundchandlung (Burggasse, 40), o Die Sellerie (Burggasse, 21), una tienda de decoración ideal, una de las terrazas más apetecibles de la calle -si la temperatura lo permite- es la de Adlerhof (Burggasse, 51), la cerveza y el vino se toman en Cafe Espresso (Burggasse, 57) y para cenar, nos quedamos con Ulrich (Ulrichsplatz, 1). Su ambiente desenfadado, su luz tenue, la cocina internacional que domina su carta -desde hummus, a ensalada de burrata, hamburguesa o un entrecote "café de París"- y sus cócteles serán un broche perfecto.

ulrich viena
Noelia Hermida
Cartas Ulrich restaurante Viena.
ulrich viena
Noelia Hermida
Barra Ulrich Viena

Día 3: Budapest

A primera hora de la mañana, ponemos rumbo a Budapest. La mejor forma y más rápida de llegar desde Viena es en tren, ya que hay varias salidas a lo largo del día y el trayecto es inferior a las 3 horas. Los billetes se pueden comprar en taquilla o a través de la web (puedes consultar compañías y horarios en austrianrailways.com). La llegada es a la estación de Keleti (Kerepesi, 2-4), en Pest, porque lo primero que hay que aclarar es que la capital de Hungría son en realidad dos ciudades en una, Buda, la parte más alta, y Pest, la llanura y zona que concentra el centro histórico y los edificios oficiales; ambas están separadas por el Danubio y conectadas por diferentes puentes.

El primer día lo dedicamos a descubrir la zona de Pest y la primera parada es el hotel en el que nos alojaremos, el W Budapest (Andrássy, 25). Inaugurado en julio de 2023, ya se ha colado en la lista de los alojamientos favoritos de la ciudad. Ubicado en el emblemático Palacio Dreschsler, declarado Patrimonio de la Unesco, ha sido cuidadosamente restaurado por los diseñadores de interiores Bowler James Brindley y Bánáti+ Hartvig, que han conseguido unir lo mejor de la tradición con la modernidad más exclusiva y que el resultado sea un hotel en el que se respira cultura, vanguardia y belleza en cada esquina.

w budapest
Noelia Hermida
Escalera, columnas y vidrieras W Budapest.
w budapest
Noelia Hermida
Pasillo W Budapest. 

Sus techos altos, sus largos pasillos, sus columnas de mármol y sus vidrieras se combinan con suelos y paredes de colores -algunos en blanco y negro rindiendo homenaje a la tradicional afición por el ajedrez de la ciudad-, mobiliario modernista, obras de arte coloristas y última generación. Sus habitaciones ejemplifican a la perfección el confort sofisticado, con los azules, el blanco y el dorado como grandes protagonistas.

w budapest
D.R.
Habitación W Budapest Hotel.

Después de dejar las maletas, tomar un café o un vino en su patio interior, cubierto con un techo de cristal a modo de vela de W Budapest, que permite que la luz invada todo el espacio y se cree un espacio íntimo pero lleno de vida; es un acierto seguro.

w budapest
Noelia Hermida
Patio interior W Budapest.

Justo enfrente del hotel, se encuentra una de las visitas obligadas de la ciudad, ya que es uno de los edificios más importantes del país, la Ópera Nacional de Hungría (Andrassy, 22). Financiada por el emperador Francisco José I, emperador de Austria, su construcción se realizó desde 1875 a 1884 y es de estilo neorrenacentista. Por ella han pasado muchos de los nombres propios de la música clásica, y llegó a rivalizar con su homónima en Viena. Así que, además de realizar una visita guiada, no pierdas la oportunidad de ver una ópera o un ballet durante tu visita. Puedes consultar los horarios y comprar las entradas en su web (opera.hu) o en la taquilla.

opera budapest
Noelia Hermida
Ópera de Budapest.

Siguiendo la avenida Andrassy, una de las principales arterias de la ciudad y en la que se encuentran todas las boutiques de lujo, restaurantes, hoteles y embajadas de casi todos los países, llegamos hasta otro de los puntos de visita obligatorio para los amantes del arte, la plaza de los Héroes, Patrimonio de la Humanidad y que acoge el un impresionante Memorial del Milenio; un conjunto de estatuas que representan a los líderes de las siete tribus magiares que fundaron Hungría.

plaza de los heroes budapest
Noelia Hermida
Plaza de los Héroes, en Pest.

Pero esta no es la única razón de llegar hasta aquí, sino que en esta plaza está también el Museo de Bellas Artes de Budapest, que posee más de 100.000 piezas que recorren toda la historia desde la antigüedad hasta nuestros días. Entre las favoritas, algunas de las joyas antiguas procedentes del Castillo de Buda. Tras recorrer los seis departamentos del museo, hacemos una parada técnica en la terraza del Alice Hotel (Andrassy, 116). Un jardín en el centro de la ciudad con una carta internacional en la que encontrarás desde hamburguesas y quesadillas, hasta pasta, ensaladas, sopas y platos vegetarianos. Cualquier opción combinará a la perfección con su amplia variedad de cócteles.

Bajamos hasta orillas del Danubio para recorrer su ribera y observar la zona de Buda, con su castillo como gran protagonista, desde este lado de la ciudad. En este camino nos encontraremos con diferentes monumentos recuerdan algunos de los trágicos episodios históricos que ha vivido el pueblo húngaro, especialmente el Holocausto. De hecho, en Budapest se conserva un trozo del muro del gueto (Király, 15) en el que fueron hacinados más de 60.000 judíos en la ciudad. Volviendo a orillas del río, encontramos el conocido como Monumento de los Zapatos, inaugurado en 2005, que rinde homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

monumento de los zapatos
Noelia Hermida
Monumento de los Zapatos, Budapest.



A pocos metros, tras pasar la escultura dedicada al poeta húngaro Attila Jozsef, como representante de la poesía del país, se encuentra otro de los emblemas de la ciudad, el Parlamento. Un bellísimo edificio de estilo neogótico construido entre 1884 y 1902, fue la obra más importante de la época, ya que sus dimensiones son impactantes, más de 268 metros de longitud y 118 de anchura, convirtiéndolo en el tercer parlamento más grande del mundo, por detrás del de Rumanía y el de Argentina. Sus torres y su cúpula son, sin duda, la estampa más fotografiadas y conocida de la ciudad.

parlamento budapest
Noelia Hermida
Parlamento Budapest.
parlamento budapest
Noelia Hermida
Parlamento Budapest.
parlamento budapest
Noelia Hermida
Parlamento Budapest.

Cruzando las vías del tranvía y dejando el Parlamento atrás, encontramos otro monumento que rinde homenaje a la Unidad Nacional, un paseo de 100 metros de largo en el que aparecen grabados 12.485 nombres de asentamientos del histórico Reino de Hungría. A pocos metros hay varios cafés en los que vale la pena hacer una parada Madal Coffee (Alkotmány, 4), con sus deliciosas tartas y su café de especialidad, o Six Letter Coffee (Alkotmány, 21), en el que además de roasted coffee exquisito ofrecen matcha, limonada bio, cócteles o vinos orgánicos. Si eres de los que quiere cenar pronto, al estilo local, Mazy Greek Kitchen (Alkotmány, 19), un bistró contemporáneo con lo mejor de la gastronomía griega es una excelente opción.

Continuamos el paseo hasta llegar a la plaza de la Libertad, en la que se juntan varios puntos de interés históricos y políticos, además de importantes instituciones como la Bolsa de Valores o la Embajada de Estados Unidos (EE.UU.) como el monumento a los soldados soviéticos que liberaron a Hungría de los Nazis, la estatua en homenaje a Ronald Reagan, el presidente de los EE. UU. que provocó el fin de la Guerra Fría y, por tanto, la liberación del país húngaro del dominio de la Unión Soviética; y el polémico Monumento a la Ocupación Alemana, que recuerda a las víctimas del nazismo.

monumento victimas nazismo budapest
Noelia Hermida
Monumento a las víctimas de la ocupación alemana en Budapest.


Budapest es conocida internacionalmente por sus balnearios, destacando Széchenyi, una de las termas neogóticas más grandes de Europa con piscinas exteriores que pueden alcanzar los 40 grados, o Gellért, en el lado de Buda, inaugurados en 1918 y situados en el hotel Gellért; pero si no consigues entrada o prefieres algo más íntimo y exclusivo, de vuelta al hotel W Budapest, disfruta del Away Spa, compuesto por varias salas de masaje ocultas en las catacumbas del edificio y un salón, con una gran piscina central, envuelto en azulejos y malla dorada inspirándose en los baños termales tradicionales de la ciudad.

away spa w budapest
Noelia Hermida
Away Spa W Budapest.
away spa w budapest
Noelia Hermida
Away Spa W Budapest

Con las energías renovadas y en perfecto equilibrio, cerramos el día reservando mesa en el Nightingale by Beefbar, situado en el propio hotel y dirigido por uno de los mejores restauradores del mundo, Riccardo Giraudi, al mando del famoso Beefbar, que empezó su andadura en 2005 en Mónaco y ya posee sedes en París, Londres, Hong Kong y Dubai; y cuyo concepto se basa en una vuelta de tuerca a la cocina asiática con la mejor materia prima del mundo como protagonista. Aquí, rodeados de un ambiente elegante, lujoso y vanguardista, Giraudi ha diseñado una carta exquisita y cuidada, que ya lo ha convertido en uno de los place to be de la ciudad.

barra nightingale by beefbar budapest
Noelia Hermida
Barra Nightingale by Beefbar Budapest.
mesa en nightingale by beefbar budapest
Noelia Hermida
Mesa en Nightingale by Beefbar Budapest.

Con el chef Fabio Polidori al frente de la cocina, algunos de los imprescindibles son sus Rock Corn, una tempura de maíz dulce aderezada en mayonesa picante, el kale con aguacate, parmesano y tomates cherry, su selección de rolls, su carne a la parrilla o el Salmón Unagi. De postre, el Choco Beef -un mix de brownie, mousse de chocolate y praliné- o el Pinky Winky -una mezcla de cítricos y frutos rojos de lo más refrescante.

rock corn de nightingale by beefbar
Noelia Hermida
’Rock Corn’ de Nightingale by Beefbar.
carne a la parrilla de nightingale by beefbar
Noelia Hermida
Carne a la parrilla de Nightingale by Beefbar.
salmon nightingale budapest
Noelia Hermida
Salmon Unagi Nightingale Budapest.
tarta nightingale budapest
Noelia Hermida
Choco beef Nightingale Budapest. 

Día 4: Budapest

El día comienza de nuevo a orillas del río, a los pies del puente más famoso y antiguo de la perla del Danubio, el Puente de las Cadenas, para cruzar a Buda. Inaugurado en 1849, las tropas alemanas dinamitaron esta estructura colgante de 375 metros de largo durante el asedio a la ciudad en el transcurso de la II Guerra Mundial, que fue reconstruida e inaugurada por segunda vez en 1949.

puente cadenas budapest
Noelia Hermida
Puente de las Cadenas, Budapest.

Para acceder a la parte occidental de la capital húngara se puede hacer caminando por su colina o en el funicular panorámico. Las entradas se pueden adquirir en las taquillas, situadas a la salida del Puente de las Cadenas, o en la web (bkv.hu). La primera de las paradas es el Bastión de los Pescadores, una terraza de estilo neogótico y neorrománico con siete torres, una por cada una de las tribus magiares que se establecieron en la zona, y con unas vistas privilegiadas de Pest.

bastion pescadores budapest
Noelia Hermida
Bastión de los Pescadores.

A unos pasos se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora, también conocida como Iglesia de Matías, que ha recibido varias modificaciones a lo largo de la historia, la última en el siglo XIX, y que fue el lugar de la coronación del Emperador José I y Sissi. Es, sin duda, una de las más bonitas de la ciudad y merece la pena una visita a su nave interior para observar sus frescos y vidrieras y disfrutar de un concierto de música clásica.

iglesia nuestra señora budapest
Noelia Hermida
Iglesia Nuestra Señora Budapest.

Muy cerca se encuentra la calle Uri, una hilera de casas de colores que mantiene la estructura de las calles medievales. A pocos metros, se encuentran dos opciones perfectas para el almuerzo: Pierrot (Fortuna, 14), ubicado en una casa del siglo XIII y que esconde un precioso jardín secreto, con una carta basada en la comida húngara con un twist, y Fekete Holló (Országház, 10), en el que pedir clásicos como el goulash, los patés de caza y los Schnitzels -filetes empanados y rellenos con diferentes ingredientes- acompañados de una cerveza o vino local.

restaurante buda
Noelia Hermida
Goulash y paté en el restaurante Fekete Holló, en Buda.

Para el postre, no hay duda, nos acercamos hasta la Pastelería Ruszwurm (Szentháromság, 7), la más antigua de la ciudad y la favorita de Sissí Emperatriz. Te avisamos, no será fácil elegir entre sus pecados dulces, pero nos quedamos con la tarta Dobos, un clásico postre húngaro compuesto por finas capas de bizcocho y crema de chocolate y recubierta de caramelo. Una auténtica locura y perfecta para cargar pilas para la próxima parada, el Castillo de Buda, otro de los emblemas de Budapest y residencia histórica de la familia real húngara. Su posición privilegiada lo convirtió en blanco de diferentes ataques enemigos a lo largo de la historia, la imagen actual, de estilo neobarroco, data del siglo XIX. Además de la visita a sus patios y jardines, el complejo acoge importantes entidades como la Biblioteca Nacional, la Galería Nacional o el Museo de Historia de Budapest. Pero, aunque no entres en ninguna de ellas, merece la pena observar su exterior y sus alrededores y disfrutar de la mejor panorámica de Pest desde sus balcones.

pest desde el castillo de buda
Noelia Hermida
Panorámica de Pest desde el Castillo de Buda.

Volvemos al otro lado de la ciudad para dirigirnos a uno de los mercadillos más mágicos de Budapest, el de la plaza de Vörösmarty. Es el de mayor tamaño y en el que se pueden encontrar desde adornos navideños de todo tipo a piezas de artesanía y algunas de las recetas más típicas de la gastronomía local como salchichas de todo tipo, panes rellenos de goulash o kürt skálacs, una masa en forma de canutillo y cubierta de azúcar caramelizado que se rellena de crema de infinidad de sabores. Si levantas la vista, verás que no eres nadie si no llevas uno de estos en la mano y una taza de vino caliente.

mercadillo plaza vorosmarty
Visit Hungary
Mercadillo plaza Vörösmarty. 
dulce mercadillo budapest
FARKAS MARTON
Kürt Skálacs, dulce típico de Budapest.

Para terminar el tour navideño, caminamos hasta la Basílica de San Esteban, otra de las visitas imprescindibles de la ciudad y, además, los amantes de estas fiestas encontrarán puestos con comida y objetos de decoración, una pista de patinaje sobre hielo y un árbol gigante que crea la estampa perfecta de la Navidad.

basilica de san esteban en budapest
Geza Kurka
Basílica de San Esteban, Budapest.

Para los que busquen un plan alternativo, una visita al Café New York (Erzsébet, 9-11) siempre vale la pena, por algo es para muchos el más bonito del mundo. Su lujosa decoración y la belleza de cada uno de sus rincones te harán sentir en el interior de un palacio. Eso sí, prepárate para esperar la cola para acceder al interior porque es prácticamente inevitable.

interior cafe new york en budapest
Noelia Hermida
Interior Cafe New York en Budapest.

La última de las paradas de este viaje es en el barrio judío de Budapest, una de las zonas más animadas y cool de la ciudad. Aunque la primera parada es sin duda la Sinagoga, que merece que le dediquemos un buen rato. Al salir, podrás encontrar decenas de cafés como Dorado Café (Klauzál, 35) o Lumen (Horánszky, 5), concept stores como Printa (Rumbach Sebestyén, 10), restaurantes que sí o sí hay que probar como Dobrumba (Dob Utca, 5), otros con opciones internacionales y una atmósfera perfecta como Fausto´s (Dohány, 5), o vinotecas con música en directo y raciones perfectas compartir como Doblo Wine Bar (Dob Utca, 20); no te olvides de pedir un Tokaj, el vino dulce típico de Hungría que querrás llevarte a casa.

doblo wine bar budapest
Noelia Hermida
Doblo Wine Bar Budapest.

Para cerrar la noche o alargarla hasta el amanecer, los ruin bars del barrio judío son una parada obligatoria. Edificios ruinosos convertidos en pubs y discotecas en los que beber, bailar y disfrutar hasta que el cuerpo aguante. ¿Un imprescindible? Szimpla Kert (Kazinczy, 14), el más grande y famoso de Budapest con varias plantas, salas, barras y patios. Pero hay muchos más, como Dürer Kert (Öbol, 1), Instant-Fogas (Akácfa, 51) o Púder Bárszínház (Ráday, 8).

ruin bar budapest
Noelia Hermida
Szimpla Kert, Budapest.
ruin bar budapest
Noelia Hermida
Szimpla Kert, ’ruin bar’ de Budapest.