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Meterte en la cocina, encender el horno, mancharte las manos de harina y hacer masas. ¡Nos encanta! Y lo hacemos con mucha frecuencia para regalarnos una buena pizza. Pero también sabemos que cocinar pizza -el plato más consumido del mundo- sin harina y levadura no es un sueño. Y ofrece un resultado fantástico y muy sano. Por eso hemos decidido compartir nuestras recetas de bases de pizza sin harina. Y tenemos muchos motivos para ello: son súper ricas, fáciles de preparar, y muy muy saludables,
Te aseguramos que las bases de pizza sin harina que vamos a contarte cómo elaborar van a convertirse en tu nuevo mantra pizzero y no vas a poder dejar de hacerlas todas las semanas. Y vamos a dejarte ideas también de los ingredientes con los que hacerla, pero luego ya será tu imaginación y los toppings que tengas en la nevera los que hagan el resto.
Pizza con base de calabacín y zanahoria
Utilizando como base una calabacín y zanahoria, el resultado es una versión de receta de pizza mucho más saludable que las convencionales. Una forma diferente y muy divertida de comer verduras que puedes preparar con otras variedades como la coliflor, ideal para la pizza. Además, lo mejor de todo es que se puede coronar con un montón de 'toppings'. Ella ha elegido tres ingredientes muy sabrosos, que combinan a la perfección y que le dan un aire gourmet a este plato clásico del 'fast food'. Para combinar con la base de calabacín y zanahoria, Laura Ponts se decanta unos higos, una pieza de burrata y unas lonchas de jamón ibérico. En este vídeo tienes el paso a paso detallado.
Pizza con base de coliflor
Los pasos para elaborarla son tan sencillos como triturar en un robot o en la picadora unos 600 gramos de coliflor. Luego hay que darle una cocción, que puede ser al vapor o en el microondas entre 8 y 10 minutos a máxima potencia. Y se deja atemperar unos minutos.
El siguiente paso es añadir las hierbas que mas te gusten, como albahaca u orégano (si tienes fresco mucho mejor), y añadir unos 200 gramos de un queso que te guste como parmesano, ricota e incluso manchego. Y un huevo, que servirá para unir los ingredientes. Un punto de sal es el toque final para crear la masa, que habrá que trabajar para que todo quede bien integrado. Ya solo queda ponerla sobre papel de horno, darle forma y tenerla en el horno a 200º. Allí la tendrás unos 10 minutos hasta que comiencen a dorarse los bordes pero sin tostarse. Entonces tienes que sacar la masa y a toda velocidad añadir el tomate frito y el resto de ingredientes de tu pizza. Otros 10 o 15 minutos más al horno y lista para el banquete.
El ejemplo pizza con base de coliflor más sencillo es este, de tomate y queso. Sencilla y súper apetecible.
Pizza con base de garbanzos
Esta base puedes hacerla de dos formas. Con garbanzos secos elaborando tú misma tu harina de garbanzos, para lo que necesita que sean secos y luego tamizarlos para obtener la harina con la que hacer la masa. Otra opción mucho más sencilla es utilizar garbanzos cocidos (por ti misma o en conserva, que es lo más sencillo). Si apuestas por esta opción necesitas 250 gramos de garbanzos cocidos, muy bien escurridos, que deberás machacar con esmero para hacer una pasta. Cuando esté lista hay que añadir los condimentos que más te gusten como orégano, pimentón en polvo y sal, y se añadir también un huevo para dar cuerpo y crear la masa. Se trabaja y cuando ya esté totalmente con todos los ingredientes integrados se extiende y se le da forma sobre papel de horno. Y se hornea durante unos 15 minutos hasta que esté hecha sin estar tostada. Entonces se saca del horno y se le añaden el tomate frito y el resto de ingredientes que hayas seleccionado como jamón, queso, etc. Y otros 5 minutos al horno. ¡Y lista!
Aquí tienes un ejemplo de pizza con base de garbanzos que seguro te hace la boca agua: con queso ricotta, rúcula, cebolla roja y pesto de zanahorias y queso parmesano.
Pizza con base de berenjena
Para elaborar esta base de pizza necesitas 2 berenjenas, 1 diente de ajo, 1 cebolla mediana, 2 huevos y una cucharadita de orégano. El primer paso para elaborarla consiste en triturar las berenjenas en el robot, procurando que queden lo más picadas posible. Por otro lado se pica el ajo y la cebolla, y cuando estén se mezcla con la masa de berenjena que hemos hecho anteriormente. A continuación con la ayuda de un trapo de cocina limpio y fino -donde se pone la masa envolviéndola -e incluso del colador- se estruja para quitarle toda el agua y líquidos que sea posible. Cuando menos húmeda quede, mejor. Añadimos entonces un poco de sal para que la mezcla siga expulsando agua y dejamos reposar 15 minutos. Pasado este tiempo volvemos a escurrirla para retirar del todo el agua que ha sido soltando.
El siguiente paso es añadir los huevos batidos a la mezcla y el orégano (si te gusta más otra hierba también vale). Removemos hasta que todo esté bien integrado y poner a mezcla en el horno precalentado previamente a 180º. Horneamos durante unos 7 u 8 minutos hasta que se forme una masa sólida con el huevo cuajado. Entones es el momento de poner el queso que hayas elegido y encima el resto de ingredientes de tu pizza, por ejemplo verduras, jamón cocido, carne, salmón ahumado... consejo: el tomate natural le va de miedo.
Pizza vegana con base de cúrcuma de coliflor
Esta receta no puede ser más sencilla. La base de la pizza se hace siguiendo la receta de base de coliflor que te hemos dado más arriba, pero a la hora de añadir las hierbas, se opta por la cúrcuma como ingrediente principal para que le de ese olor y sabor tan característico, que llena potencia la masa en boca o nariz de una forma espectacular. Y para darle todavía más "push" lo que hacemos en este caso es cubrir la masa de ingredientes tan sabrosos como el pimiento a la parrilla, más coliflor -que puedes poner en pequeños racimos o incluso en forma de "miga" pasada por el rallador- y queso vegano. ¡Y a disfrutar!
Pizza "veggie" con base de garbanzos
Quizás esta sea la base de pizza vegana más crujiente de todas las opciones que te estamos dando. Porque el garbanzo le da una textura cuando se hornea única. Y para llenarla de sabor y color -porque también es importante que entre por los ojos- te proponemos la siguiente idea: haz tu masa de pizza de garbanzos y corónala con rodajas de calabacín de entre medio y un centímetro de grosor que habrás pasado previamente por la plancha para cocinarlas ligeramente; tomates cherry -que en contraste de los clásicos rojos con los amarillos ofrecen una imagen irresistible- y todas las semillas germinadas como brotes frescos que te darán más "crunchy" y sabor. Imprescindible: la albahaca.
Para amantes de la comida sana
Lékué Recipiente para cocinar tortillas francesas
