Hoy celebramos de nuevo el Día Internacional de la Mujer y lo hacemos, por razones obvias, sin poder salir de casa a festejar todo lo que hemos conseguido en los últimos años y a reclamar todo lo que queda por hacer. Pero este año 2021, aunque no podamos invadir las calles, el feminismo es más necesario que nunca, porque la pandemia ha golpeado, y fuerte, al proceso de igualdad de género en el que parecía que estábamos avanzando.
De hecho, la ONU es consciente de ello al elegir para la celebración de este año el lema “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”. Tal y como podemos leer en ONU Mujeres, esta jornada "celebra los enormes esfuerzos realizados por mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario y la recuperación ante la pandemia de Covid-19, y resalta las deficiencias que persisten".
La ONU recuerda que en esta batalla contra la pandemia, es fundamental tener representación en la vida pública, política y social. Pero solo hay mujeres jefas de estado o de gobierno en 22 países y únicamente el 24,9 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres. Por no hablar de la juventud porquelas mujeres de menos de 30 años de edad representan menos del 1 por ciento de los parlamentarios a escala mundial. Según indica este organismo, tardaremos 130 años en ver la igualdad de género entre jefas y jefes de gobierno.
Sin embargo, son las mujeres las que mayoritariamente han dado la cara en la pandemia, como sanitarias y también como trabajadoras de primera línea. Sin embargo, la brecha salarial sigue ahí porque los esfuerzos de la COVID-19 no han mejorado sus nóminas: ganan un 11 por ciento menos globalmente en comparación con sus homólogos masculinos.
Por no hablar de la violencia de género, que tampoco ha experimentado una pausa en tiempos de pandemia: en 2020, 45 mujeres murieron a manos de sus parejas o exparejas, y 1.079 han sido asesinadas desde el 1 de enero de 2003, desde cuando hay registros oficiales.
El cuidado en pandemia
Según la encuesta Yo No Renuncio de Malasmadres, han sido las mujeres las más afectadas por el cuidado de sus hijos a lo largo de la pandemia. Una de cada cuatro mujeres (22%) ha tenido que renunciar a todo su trabajo o parte por atenderles.
De ese porcentaje, un 21% se ha tenido que coger excedencias o días sin sueldo, un 11% ha solicitado la reducción de jornada al 100%, sin sueldo también; y un 74% ha tirado de sus días de vacaciones para poder cuidar de los pequeños en las cuarentenas preventivas. Malasmadres ha reclamado así la adopción de otras medidas de apoyo como teletrabajo obligatorio o bajas para padres o madres.
Sin embargo, la misma encuesta desvela que las empresas han denegado a un 37% de mujeres la opción de teletrabajar a pesar de realizar tareas compatibles con el trabajo a distancia. El resumen de la iniciativa de Malasmadres: que cuando un niño o niña está obligado a mantener cuarentena preventiva, son las mujeres las que se encargan de cuidarlos/as en el 80% de los casos.
El teletrabajo, explican las responsables de Malasmadres, tampoco es la solución si no viene acompañado de una flexibilidad horaria y también de la corresponsabilidad en casa, un aspecto que parecía que en pandemia estaba destinado a mejorar... pero no. El informe desvela que para el 73% de las mujeres que conviven con su pareja la corresponsabilidad se ha mantenido igual o incluso ha empeorado (11%), y solo un 14% ha mejorado.
El desempleo se ha cebado con las mujeres
En 2020, las cifras del desempleo han sido terribles para nosotras, según podemos leer en una nueva edición del informe #EmpleoParaTodas de la Fundación Adecco. Es cierto que los ERTE han sido el común denominador de un año de pandemia en el que el paro subió un 23%, lo que supuso que 724.500 personas se quedaran sin empleo.
Sin embargo, el desempleo de larga duración supone un enorme riesgo de exclusión, que se ha cebado en 2020 en mujeres mayores de 55 años y con otras barreras como la discapacidad, las responsabilidades familiares no compartidas o la violencia de género. El estudio arroja que 863.200 mujeres lleva ya más de un año buscando trabajo sin éxito, según la EPA, lo que supone un aumento del 12%, casi el doble del experimentado por los hombres (6,7%).
El informe de Fundación Adecco señala que, del total de 1.991.400 mujeres desempleadas en España, un 43% lleva más de un año continuado en desempleo, porcentaje superior al masculino, del 38%. Las cotas más altas de paro femenino de larga duración las encontramos entre las mayores de 55 años, de las que un 64% acumula más de 12 meses buscando trabajo.
Mucho trabajo pendiente por hacer
Este año no debería tolerarse que supusiera un frenazo en la lucha feminista por la igualdad de género; muchas entidades apuestan por seguir visibilizando estos problemas. Es el caso de la Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias (AMMDE) que junto con Appinio ha realizado una encuesta en Alemania, Francia, Reino Unido y España para ver cómo estamos en igualdad.
La encuesta arroja el espectacular dato de que un 93% de españolas se ha sentido alguna vez discriminada solo por ser mujer, mientras que el porcentaje de españoles que afirma haber sido favorecido por su género alcanza el 70%. Solo un 7% de entrevistadas afirma no haberse sentido nunca discriminada.
En la juventud parece existir un problema arraigado, porque del 32% de mujeres que asegura haberse sentido discriminada varias veces, un 50% son menores de 24 años. Los sectores donde parece haber más desigualdad son el del reparto de las tareas domésticas (54%), seguido de aspectos relacionados con el salario o el nivel de ingresos (53%) y en el cuidado de los hijos (39%).
En cuanto al sector laboral, un 70% de los encuestados considera que las empresas no hacen lo suficiente a la hora de promocionar a las mujeres, mientras que un 44% de los encuestados en España afirma que le hubiera gustado tener más apoyo por parte de la empresa a la hora de conciliar. En el año de pandemia, un 51% de los españoles afirma que se ha sentido en desventaja por ser padre o madre.
3 maneras de celebrar el feminismo desde casa
Con una nueva camiseta solidaria contra la violencia de género
Están funcionando muy bien y son estupendas: la nueva colección de la tienda del Club Malasmadres se llama 'Soy Feminista' y destina el 25% de su recaudación a la Fundación Ana Bella, creada por esta mujer superviviente, ejemplo de lucha por la igualdad y por la dignidad. Según informa la asociación, "no sólo logró romper las cadenas con su ex marido sino que ha creado un enorme movimiento de solidaridad para tender la mano a miles de mujeres víctimas de la violencia de género". Se trata de una ONG que trabaja a favor de las mujeres que han padecido violencia machista. En su historia, ha ayudado a huir a más de 35.000 mujeres y ha encontrado trabajo a 8.000.
Con un maratón gastronómico solidario vía Instagram Live
Desde primera hora de la mañana, la asociación Mujeres en Gastronomía (MEG) está celebrando un maratón solidario en su Live de su perfil de Instagram (@mujeresengastronomia) que se prolongará hasta las cinco de la tarde. El maratón dará a conocer a diferentes mujeres relacionadas con el mundo gastro (chefs, 'influencers', empresarias, dueñas de restaurantes y bodegas... que nos hablarán de sus retos en el sector, de creatividad, recetas, etc. Además, se trata de un maratón solidario puesto que por cada seguidor nuevo que consiga el perfil de @mujeresengastronomía, el agua Solán de Cabras donará una cantidad a una asociación que trabaja a favor de las mujeres vulnerables.
Escribiendo tus pensamientos feministas en este cuaderno
eBay Solidario ha presentado un cuaderno de edición limitada con ilustraciones de @naranjalidad en el que se representa a mujeres feministas icónicas de nuestra historia como Clara Campoamor, María Zambrano Gloria Fuertes o María de Maeztu. Se trata de un cuaderno que se puede adquirir en eBay Solidario por un precio de 12 euros.
La idea es visibilizar alguna de las personas que han luchado en España por los derechos de las mujeres y recaudar fondos para la organización SoulEM, que tiene como objetivo dignificar vidas a través de la formación y la empleabilidad, convirtiendo mujeres en situación de exclusión social en profesionales en diferentes oficios.
