Soy una lectora obsesiva. Cualquier cosa me puede arrastrar a un bucle de lectura. ¿Una buena historia? Me paso días y noches leyendo sin parar hasta que la acabo. ¿Un buen autor? Leo todo lo que haya publicado, busco vídeos en Youtube y entrevistas en cualquier idioma para saber cómo es, dónde vive, cómo es su escritorio, su flor favorita o si tiene gato. ¿Un tema que me interese? Me pego un año buscando libros y autores que hayan escrito sobre eso, canciones, películas y hasta recetas. Hablo, escribo, leo sobre lo mismo. Meses. Desde marzo estoy en mi etapa ucraniana. Sobra decir los motivos. Quiero entender qué pasa, cómo pueden pensar, vivir y sobrevivir. De dónde vienen algunas cosas, y cómo han acabado soportando una guerra en 2022. Quiero poner luz en mi cabeza.

Mi Ucrania (Narrativa)

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He leído varios y buenos libros dentro de este bucle, pero quizás este sea el más fácil de recomendar por su sencillez. Se llama Mi Ucrania, de Victoria Belim. La autora, a la que seguía por su increíble capacidad de hablar sobre perfumes, quiere entender su pasado familiar y vuelve a su país de origen después de años viviendo fuera. En ese viaje cuenta y explica qué hay detrás de muchos eventos del siglo XX como las guerras mundiales, el comunismo o el holomodor, la gran hambruna en la que millones de personas murieron de hambre al tener que entregar sus cosechas a la Unión Soviética. Toda la historia sucede antes de la invasión rusa de 2022. Victoria recorre el país y algunas de las cicatrices familiares para entender la guerra de Crimea en 2014 y que le supone un enfrentamiento hasta con su propio tío. «Llorar un lugar es aún más difícil que llorar a una persona. Perder a un ser querido es una parte trágica pero inevitable de la experiencia humana, pero la guerra no lo es. Al ver que nuestra geografía familiar se hunde en la violencia, nos afligimos por cómo fuimos en el pasado y nos cuestionamos en qué nos hemos convertido».

Leer este libro es sentarte junto a su familia y entender los miedos que se heredan de generación en generación. Es hablar de las historias sobre las que no se pone luz y viajar por ese país que no se nos puede olvidar que, en este momento, mientras yo escribo este texto, sigue a oscuras.