Son las nueve de la mañana en Uruguay, la una de la tarde en Madrid y Pablo Vierci (Montevideo, 1950), autor de 'La sociedad de la nieve', el libro que ha adaptado J.A. Bayona para su película sobre el accidente de los Andes de 1972, me recibe por videollamada. En apenas unos instantes confirmo que es tan entrañable como parece en las fotos y que está tremendamente vinculado a la historia no solo por sus investigaciones y recogida de testimonios, sino porque es amigo de algunos de los supervivientes desde que tenía 5 años.

Fue alumno del mismo colegio de los supervivientes, el Stella Maris-Christian Brothers, e incluso jugó al rugby en el equipo accidentado. Galardonado en dos ocasiones con el segundo Premio Nacional de Literatura de Uruguay (1987 y 2004) y periodista de 'El país' uruguayo, Vierci es el responsable de esta narración desde otra óptica de una historia de vivos y muertos que cambió para siempre la manera de entender la supervivencia. Allá voy en busca de (más) respuestas.

'La sociedad de la nieve' ha captado la atención de lectores y espectadores por ofrecer una perspectiva diferente del accidente de los Andes. ¿Cómo se le ocurrió este nuevo punto de vista?

Yo conozco a estos chicos desde toda la vida, nos criamos juntos y me sentía muy cercano a ellos. Hablando con los supervivientes, con familiares y amigos que no viajaron, me di cuenta de que era muy difícil contar bien la historia desde fuera. Y como les conozco, me resultaba complicadísimo verlo desde fuera pero también lo era ponerme en el papel de cada uno de ellos, no podía trasladarme a las circunstancias de 1972. Así que se me ocurrió esa estrategia literaria del libro, ponerlos en primera persona a ellos, de forma coral, y entrelazándoles con capítulos que son como eslabones de una cadena en la que se narra lo que pasó. Al releerlo me he dado cuenta de lo poético que es 'La sociedad de la nieve' y es por el compromiso personal que tengo con la historia: sentía que estaba saldando una asignatura pendiente.

pablo vierci escritor la sociedad de la nieve
Adriana Vierci

Si en el pasado fue la parte necrofágica la que más impactó, ¿qué cree que ha sido ahora, para los jóvenes que han descubierto la historia, lo que más ha llamado la atención?

Esta historia tiene una serie de hitos que no se pueden soslayar: el accidente, la primera noche, la expedición del día 4, el pacto de entrega mutua en el que se declararon supervivientes y combustibles al mismo tiempo... Y en medio de esos hitos nos sumergimos en una reflexión de qué somos, cuál es la condición humana, la vida y la muerte, hasta dónde vale la pena sufrir, cuándo digo basta, cuánto estoy dispuesto a entregar a los otros, cuánto estoy dispuesto a reservarme para mí.

Bayona y yo nos equivocábamos cuando pensamos que la gente joven conocía esta historia por '¡Viven!' o la narración colectiva. Trabajé con él y con los productores desde 2016 en la adaptación de mi libro, muy satisfecho porque se juntaba una historia de un poder desmesurado y unos realizadores de un don artístico increíble y una enorme bondad. Y Bayona dice todos los días que yo siempre le hablaba de que íbamos a generar una ola, pero no un tsunami; y ese tsunami ha venido por los jóvenes y por el 'streaming'.

Esta película ha roto un prejuicio que teníamos con los jóvenes y es que siempre está atado a lo inmediato y lo simple, que no tiene capacidad de calado. Pero no es así. Están dispuestos también a hacer esa introspección en torno a la vida y la muerte, pero mostrándoselo de forma interesante y atractiva.

J.A. Bayona dice que yo siempre le hablaba de que íbamos a generar una ola, pero no un tsunami

Quizás el hecho de que los protagonistas fueran chavales jóvenes les ha hecho ponerse en su lugar y pensar, ¿qué me habría pasado a mí si me sucede lo mismo?

Exacto. Siempre lo hablamos con Bayona y los guionistas, es una historia de jóvenes y de cómo reacciona un grupo de jóvenes. Sin embargo es un episodio desmesurado y, como dice Roberto Canessa, un laboratorio de comportamiento humano que sucede en 1972, cuando no existían ninguna de las herramientas tecnológicas de hoy, no existía internet, y quizás era más fácil adentrarse en dilemas sobre el sentido de la vida, cuánto estoy dispuesto a entregar y cuánto me reservo para mí, hasta cuánto estoy dispuesto a sufrir... No es una historia del siglo XVIII, no es un viaje en el tiempo, es algo que ocurrió hace solo 50 años. Este de los Andes es un universo lejano, pero cercano; tienen una radio, ocurre en un avión... elementos no distantes a los jóvenes.

Una pregunta que aparece en su libro y en la película es "¿Para qué?". ¿Cree que los supervivientes obtuvieron una respuesta satisfactoria?

Todos tienen respuestas, pero veo que las han cambiado en el tiempo. Para qué estamos en la vida no puede tener una respuesta perfecta porque significaría que está congelada, que no se puede alterar. Cada respuesta que recibimos sobre la tragedia son más inteligentes que las preguntas que formulamos; yo lo estoy viendo en las aportaciones del público desde que se estrenó la película. Como dice J.A. Bayona, medio mundo se ha subido a ese avión y, como ha decidido no dar una historia cerrada, cada uno la resuelve a su manera. Yo me he hecho esas preguntas toda mi vida y siempre las respuestas han sido diferentes, y esa evolución me ha ayudado a madurar mucho en mi vida.

pablo vierci autor de la sociedad de la nieve
Andreina Monsalve

Los supervivientes tardaron muchos años en hablar de su experiencia. ¿Hicieron un pacto de silencio en la montaña?

Yo no estaba en el avión, solo sé lo que me contaron ellos. El pacto que ellos hicieron es no contar qué cuerpos se usaron y qué cuerpos no, ese es el pacto. Nunca lo contaron, yo no tengo la menor idea ni el menor interés en saberlo. Y también el pacto de entrega mutua: yo ofrezco mi cuerpo si muero para que tú sigas. Y todo eso cuando no existía el concepto de donación de órganos, ni de trasplantes.

No todos tardaron en hablar: por ejemplo, Nando Parrado, mi amigo desde los 5 años, siempre ha dicho que pertenece a los dos grupos, el de los muertos [en el accidente fallecieron su madre y hermana] y los vivos, que se siente en una especie de limbo. Javier Methol también habló, como Roberto Canessa, que enunció que estaba cumpliendo el compromiso de los Andes con su carrera como cardiólogo pediátrico; trabaja con niños que 'nacen muertos'. Nando escribió su libro en 2006, Carlitos Páez en 2003... y sí, otros esperaron a que se cumpliesen 30 años para hablar, para todos ellos fue como un hito.

Es cierto. Los supervivientes piensan que su necrofagia fue pionera en la utilización de órganos para salvar vidas.

Me parece totalmente disruptivo, pero es que hay un argumento cronológico. El primer trasplante cardíaco de la historia se hizo en 1967. El primer trasplante de riñón en España, en 1969; pero no hay cadáveres, es solo un órgano. La historia de los Andes adelanta un proceso común en nuestros días. Me encantaría que la corporación médica analizara en cuanto, aunque indemostrable, ayudó el hecho de que la sociedad humana aceptara la necrofagia al concepto de trasplante de órganos.

La comunidad médica debe analizar cómo la aceptación de la necrofagia ayudó a la donación de órganos

En su libro llama la atención el testimonio de Pedro Algora, que dice que no se hizo amigo de los supervivientes y que su individualismo le ayudó en las circunstancias. ¿Se puede ser individuo en una situación como esta?

En el fondo son 16 fórmulas diferentes de sobrevivir. Yo conozco a Pedro desde la infancia, estaba en un curso por debajo del mío y es una persona muy tierna y bondadosa. A veces se pone una coraza para poder seguir adelante, pero se perfora constantemente: es una persona muy inteligente. Hay diferentes fórmulas de sobrevivir y ahora, cuando le pasamos la antorcha de la historia al espectador joven, él va a encontrar su fórmula, ya no de sobrevivir a la tragedia sino de llevar adelante su vida, que es una manera de sobrevivir. Porque la vida es agridulce por definición, no es perfecta, es imperfecta, con sus éxitos y fracasos.

Los que ya tenemos unos años sí conocíamos la tragedia y los nombres de Canessa y Parrado, por ejemplo. Pero 'La sociedad de la nieve' ha convertido a Numa Turcatti, y a Enzo Vogrincic, el actor que lo interpreta, en un icono. ¿Tuvo tanta relevancia en el grupo como para ser la clave de la película?

Si lees entre líneas, verás que Numa está siempre. Está en el pacto de mutua entrega, en la expedición que comparte con Daniel Maspons, que murió después, y Gustavo Zerbino, que sobrevivió. Cuando empezamos a trabajar en la película, entendimos que había que entrar en las capas que habían sido soslayadas. Lo que había debajo del iceberg es que es una historia de 16 vivos porque hay 29 muertos, y lo que tenemos que hacer no solo es homenajearlos, sino entenderlos. ¿Cómo lograr que la historia fuera coral de verdad? Contándola desde el punto de vista de un muerto. Entonces, el punto de vista del último que muere, del héroe trágico por antonomasia, el que lo entrega todo y no llega a la orilla, es el mejor homenaje a los 29. Es la mística de un chico que entregó todo en pos de los otros.

pablo vierci la sociedad de la nieve
Netflix
Pablo Vierci, caracterizado como periodista para su cameo al final de ’La sociedad de la nieve’.

Todos los supervivientes hablan de dos claves para atravesar esa situación: el poder mental y la fuerza de la familia.

De cuál es el límite mental no puedo hablarte, porque aprendí con 22 años, cuando pasó esto, que los techos están para perforarse; no sé cuál es el potencial del ser humano. En cuanto a la familia, yo imaginé que había otras motivaciones, pero lo que les lleva a volver es el núcleo duro de sus familias. Por ejemplo, Nando Parrado; había perdido a la mitad de su familia en el accidente, pero él siempre dijo que quería volver con su padre. Todos ellos vienen de familias criadas cerca del mar, sin grandes crisis afectivas.

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¿Cómo fue la reacción de los supervivientes al ver la película?

La vimos en diferentes momentos. La primera vez, en febrero de 2023 con J.A. Bayona y luego en julio con un superviviente entonces muy enfermo que acabó falleciendo, Coche Inciarte. Luego la vieron más protagonistas y dijeron: "Por primera vez siento que vuelvo a estar en el avión, hasta huelo los olores del 72". Dicen que, de todo lo que han visto, fue lo más parecido a lo que sucedió en realidad. Y si se logró eso con los testigos vivos, es normal que se haya generado ese tsunami mundial del que habla J.A. Bayona.


'La sociedad de la nieve' está nominada a dos Oscar: Mejor película internacional y Mejor maquillaje y peluquería. Es además favorita en los Premios Goya 2024, nominada a Mejor película, Mejor dirección (J.A. Bayona) Mejor música original, Mejor montaje, Mejor dirección de producción, Mejor maquillaje y peluquería, Mejor diseño de vestuario, Mejor actor revelación (Matías Recalt), Mejor dirección de arte, Mejores efectos especiales, Mejor dirección de fotografía, Mejor sonido, Mejor guion adaptado.

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