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¿Te parece que tu pareja y tú tenéis una vida sexual escasa? No queremos recurrir al clásico "mal de mucho, consuelo de tontos", pero... Vamos a hacerlo: 'darling', no eres la única. Son muchos los estudios que señalan que la generación Z tiene menos sexo que ninguna otra, y voces como las de las cantantes Rocío Sainz y Samantha Hudson hablan de una sociedad sexocentrista que explota en capital sexual de sus componentes.
No hablamos únicamente de que el panorama sexual sea escaso, pues según el estudio paneuropeo “Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas en España y Europa” realizado por la consultora Yougov para Gleeden, sólo un 25% de españoles y españolas afirma estar realmente satisfecho con su vida sexual. El resto de españoles y españolas afirma estar simplemente conforme con ella (un 40%) o estar infeliz con su vida sexual (un 35%). Se puede concluir que “en general, el sexo no es para las parejas españolas uno de los aspectos más importantes en la relación de pareja”, afirma la sexóloga de Gleeden, Mariona Gabarra.
Por su parte el estudio de Archives of Sexual Behavior indica que los millennials tienen de media 75 veces al año, es decir, aproximadamente, cada cinco días. Llegados a este punto hemos de preguntarnos, en primer lugar, si realmente hay un número de relaciones sexuales estipulado que indica cuán saludable es nuestra vida sexual… “Se nos ha inculcado que tener relaciones una vez a la semana, como mínimo, es lo correcto. De hecho, tengo parejas que vienen a terapia que me comentan que se esfuerzan en practicar sexo incluso cuando no les apetece. Hay gente que incluso escribe en sus agendas cuándo ha tenido sexo, para que así cuando su pareja le eche en cara una baja actividad sexual, existan cifras con las que rebatir tales acusaciones…”, explica Gabarra. “El sexo, en ocasiones, se ha convertido en una obligación. Sin embargo, no tendríamos que dar importancia a los números, sino que tendríamos que equilibrar la balanza ante el deseo de ambas partes, porque suele haber una necesidad sexual diferente en las parejas. Hay que encontrar el equilibrio para que no se sienta esa carencia”.
Es por ello por lo que los sexólogos, como señala Valérie Tasso, escritora, sexóloga y Embajadora para España de la marca sueca de objetos de placer LELO, jamás dan “medidas” a la sexualidad, porque lo único que generan son presiones en las personas. “Nuestro trabajo consiste justamente en evitar estas presiones que crean más ansiedad y miedo anticipativo. Ambos son grandes enemigos de la plenitud sexual. Por lo tanto, jamás hay que ceñirse a lo numérico, en efecto. Además, lo que es poco para una pareja puede ser mucho para otra. Establecer una frecuencia “fija” en las relaciones sexuales es tratar a la gente por igual, sin tener en cuenta sus propias especificidades, o algo fundamental como es el deseo, etc. En resumen, es homogeneizar a la gente e intentar convertir algo “plástico” como es la sexualidad en un algoritmo”, advierte.
Aunque llegamos a este punto nos encantaría volver a recurrir a un estudio sesudo, confesamos haber puesto en marcha una encuesta por nuestra cuenta para saber un poco más de la vida sexual de las españolas… Y hemos de decir que es bastante más animada de lo que esperábamos, aunque absolutamente todas las que participaron y posteriormente explicaron sus respuestas, nos pidieron anonimato.
Quienes han señalado practicar sexo con sus parejas un máximo de dos veces al mes han aclarado que el motivo son los niños. “Al mes practico cero relaciones exactamente, y no: no es suficiente. Si me lo llegan a decir antes, me compro un loro”, ha asegurado una de las encuestadas. “Depende de la semana. Hay veces que de media una vez al día y otras, ni nos olemos… Depende de mi menstruación, porque estoy desajustada. ¿Es suficiente? Según la calidad, sí. Según la cantidad, tengo hijos, por lo que puedo decir que es casi un milagro que lo hagamos”, asegura otra.
“No entiendo de términos tipo “bajo”, “alto”, etc. ¿Bajo para con qué? Esa es la verdadera pregunta. También hay parejas que practican sexo menos de una vez cada seis meses… Y no pasa nada. Muchos hombres (suele ser cosa de “hombres”, aunque últimamente algunas mujeres tienen la misma petición) acuden a mi consulta para hacer terapia de pareja y me solicitan que “suba” el nivel de deseo de sus parejas. En el fondo, lo que me están pidiendo es que sus parejas estén siempre “disponibles” sexualmente. Este hecho es obviamente producto de una sociedad hipersexualizada en la que hay que “rendir” a toda costa. Hablando de “rendir”... Hoy en día, hablamos de sexualidad en términos empresariales y económicos. ¿Os habéis fijado? ¿Curioso, no? Pero hay que saber que es absolutamente “normal” (no me gusta esta palabra, pero aun así la voy a usar aquí) que en una pareja, uno tenga más deseo que el otro. No existe el “alineamiento” perfecto de los deseos, y pretenderlo es no haber entendido nada. Es muchísimo mejor tener un sexo de calidad cuando de verdad apetezca a ambos miembros de la pareja y no en función de una determinada “frecuencia” establecida por estadísticas. Las parejas que “se obligan” a seguir lo que marcan las estadísticas curiosamente suelen acabar mal”, añade Valérie Tasso.
Creo que no hay una sola razón por la cual las personas cada vez tenemos menos sexo en nuestro día a día. De hecho, la mayoría de personas creemos que los demás están teniendo más sexo de lo que realmente tienen. Por un lado, tenemos que tener en cuenta los cambios relacionales que está habiendo en los últimos años. Los objetivos que tenemos hoy en día son muy diferentes a hace años. Por otro lado, cada vez más gente está aceptando aspectos de sí mismos como su orientación sexual, como es el caso de las personas asexuales o arománticas. Por último, estamos viviendo un momento crítico en cuanto a salud mental en los jóvenes y adultos. Hay números altísimos de ansiedad y depresión en toda la población, y eso afecta de manera grave a nuestra libido", explica por su parte Erika Lust.
Seguimos con las voces de las encuestadas. “Una o dos veces a la semana. Para mí es suficiente, porque voy mal de tiempo. Pero para él no lo es, y últimamente se está quejando, algo que por cierto me quita las pocas ganas que me quedan… Estoy pensando en optar por el celibato”, ¿bromea? otra de las encuestadas. Aquí encaja a la perfección el libro ‘Replantearse el sexo: una provocación’, en el que Christine Emba dice que es la hipersexualización social la que nos fuerza a sentirnos culpables por no tener sexo o porque tengamos que satisfacer “un apetito que tiene que ser satisfecho por encima de todo reproche”.
Lo que queda claro es que efectivamente, cada vez tenemos menos sexo. Cuando preguntamos a Valerie Tasó por qué, asegura que aunque existen muchos motivos, quiere destacar uno en particular. “Con el pretexto de que estamos todas/os liberadas/os, la sexualidad ha perdido algo de misterio y todo se ha desvelado sin ningún tipo de pudor. Obviamente, este modelo de sociedad es mucho mejor, en mi opinión, que el anterior, que era más represivo, pero eso no significa que haya que mostrarlo absolutamente todo. Para disfrutar de una sexualidad plena, muy placentera, necesitamos de algo “escondido”. Es la única manera de generar morbo y el morbo es fundamental para ponernos a tono”, indica la sexóloga.
“Hablar con naturalidad de sexo es muy importante. Otra cosa es “banalizarlo”. Cuando se banaliza algo, ya no nos sorprende y hasta perdemos interés en él. Es el caso, por ejemplo, de la violencia que está por todas partes en las películas y/o series. Nos hemos hecho inmunes a ella. Ya ni nos choca. Pues en la sexualidad humana pasa lo mismo. Al banalizarla como hace mucha gente, ya no hay morbo. Si no hay morbo, hay una pérdida de interés, la cual lleva a priorizar otras cosas que ya no tienen nada que ver con la sexualidad”, asegura.
Mariona Gabarra asegura que tenemos que luchar para ver el sexo como algo positivo. “En la cama pensamos que si no hay orgasmo, si no duramos cierto tiempo o si tardamos en llegar al éxtasis, las cosas no van bien, y por eso no nos dejamos llevar. Es entonces cuando el sexo es casi un problema en las parejas. Una de las bases para que la sexualidad no se muera en las parejas es que nos expliquen que en todas las fases de nuestra vida hay altibajos. A los tres años, cuando baja un poco la intensidad, la gente te dice que es normal, pero no es verdad: es una crisis y hay que reactivar las relaciones. Tiene que haber comunicación, no tenemos que conformarnos. Si te acuestas una vez al mes o menos con tu pareja, es un problema, porque te está costando tener intimidad y complicidad”, señala.
“El verdadero baremo a tener en cuenta para medir la salud de una pareja es si esta pareja va a acudir a un terapeuta y participar activamente o no para que, si bien su salud está bien, pueda estar mejor. No tendrá miedo a comunicar de manera asertiva con el otro. Cuando una pareja acude a mi gabinete pero uno de los dos tiene claro que se va a separar porque, para él, el sexo es inexistente, en general no suele participar en la terapia, no comunica: solo reprocha y pone pegas a todo”, añade Valérie.
El que en Reddit existan espacios llamados DeadBedrooms, es decir, Camas Muertas, en los que internautas hablan de las lagunas sexuales de su actividad entre sábanas en pareja, deja claro que nos encontramos ante una recesión libidinosa en la que las redes sociales, el estrés y la falta de comunicación tienen mucho que ver. ¿Crees que tu vida sexual con tu pareja no es lo suficientemente animada? Aquí un consejo para finalizar: cuéntaselo.
