- En China, hay lugares donde se han registrado más de 300 solicitudes de divorcio en tres semanas.
- Según el experto consultado, uno de los factores clave es renegociar el reparto de las tareas domésticas según la nueva situación en el hogar.
"Los amores más reñidos son los más queridos". Particularmente, la frase puede sonar absurda, sobre todo en un país donde la violencia de género dejó en 2019 un total de 55 mujeres asesinadas a manos de sus parejas y exparejas, pero hoy cobra un nuevo sentido, en pleno confinamiento por el estado de alarma decretado por el coronavirus.
En China, que han pasado varias semanas encerrados para poderse defender del COVID-19, una de las consecuencias al aliviarse el confinamiento ha sido el enorme incremento de las peticiones de divorcio en varias provincias. Por ejemplo, en la ciudad de Xi'an o en una localidad de Sichuan, donde se han registrado 300 solicitudes en tres semanas.
Y es que pasar 24 horas encerrados con la persona que se quiere despierta todo tipo de tensiones, como sucede en las vacaciones de verano. Porque no es lo mismo verla un ratito cada día, a la vuelta del trabajo, y refugiarnos en ella tras una mala jornada o compartir un cine, un restaurante... que estar todo el día juntos, y en esta situación sanitaria.
"Septiembre y octubre son los meses en los que tradicionalmente se producen más divorcios en España. Las parejas pasan más tiempo juntas. Durante el año, estamos envueltos en nuestras rutinas de trabajo, deporte y demás actividades, pero la posibilidad de pasar más horas juntos, hace que nos confrontemos con la persona que nos acompaña", explica el psicólogo Francisco J. Martínez Fernández.
Y si a esto le añadimos el miedo y la tensión provocados por el coronavirus, el riesgo de que pase algo en pareja se duplica: "Tradicionalmente son dos los aspectos que principalmente ponen en riesgo a la pareja. La convivencia y la poca distancia interpersonal acentúan la conflictividad y, además, contraer una enfermedad puede llegar a desequilibrar la simetría en la pareja", explica el experto.
¿Se acabó el amor de tanto usarlo?
Cabe plantearse si la tensión empeora la relación de pareja o si solo hace emerger el desamor que ya existía. Según Martínez Fernández, "en situaciones de estrés vital, las personas nos replanteamos hacia dónde queremos ir. En estos días, mis pacientes me relatan que el encierro les hace pensar qué es lo realmente importante en sus vidas. Qué desean mantener y qué no. Re-evalúan. Y así aparece la pregunta sobre si la persona con la que están conviviendo es la persona con la que desean pasar sus días".
Le preguntamos al experto si hay factores, dentro del confinamiento, que empeoren aún más la relación de la pareja. Por ejemplo, el espacio; no es igual vivir en una casa grande que en un 'minipiso'. ¿Influye? Nuestro psicólogo responde afirmativamente: "Si las características del hábitat (por ejemplo, un apartamento pequeño) hacen que las personas deban convivir siempre en el mismo habitáculo, no se deja lugar para el distanciamiento necesario en situaciones de conflicto", explica.
¿Y tener hijos? Hay comunidades autónomas donde los niños llevan confinados tres semanas y los nervios están a flor de piel. Conciliar trabajo, familia y pareja puede resultar especialmente complicado. Los niños no siempre entienden bien el significado del coronavirus y, como dice Martínez Fernández, la desaparición del contacto social con amigos, compañeros de clase, vecinos, profesores... puede provocar "momentos de frustración y sobrecarga".
"Las escuelas hacen bien en mandar sus programas online a los padres para que puedan implementar una rutina estable durante el confinamiento. No somos impermeables al malestar de los hijos y no debemos olvidar que seguimos siendo el ejemplo en el que se miran al espejo. Si nosotros nos cuidamos adecuadamente, ellos nos imitarán", subraya el psicólogo.
Cuidar y ser cuidado
Hemos hablado de conciliar hijos, autocuidado -sobre todo si hay alguien en casa enfermo del COVID-19-, soportar la tensión en casa y empleo. Pero la situación laboral de la pareja puede ser muy distinta. Por ejemplo, uno estar en el paro y otro teletrabajar. O formar parte de esas profesiones esenciales que aún salen cada mañana a sus puestos de trabajo. O de esos empleados que han sufrido un ERTE.
Para el experto, hay muchas maneras de enfrentarse a la pérdida del empleo y, según se afronte, repercutirá o no en la pareja. "Si tu autoestima se basa en lo que has labrado en tu identidad laboral, cuando pierdes el empleo aparece un vacío difícil de completar. Si el desempleo se augura largo, aparecen la impotencia y la frustración y esto toca en la pareja. La manera en la que enfoquen el duelo de la pérdida del empleo hará que la pareja salga más reforzada o que quizá se desemboque en la separación", augura Francisco J. Martínez Fernández.
Y hablemos de otro aspecto polémico en un encierro de 24 horas por jornada y 7 días a la semana: las tareas domésticas. ¿Conviene renegociar el reparto? Para el experto es fundamental. "Este cambio de contexto hace que la familia deba sentarse a revalorizar los roles que cada uno juega ahora en el hogar. El reparto desigual del trabajo doméstico, así como la conflictividad que pueda generar, contribuyen negativamente a la satisfacción con el proyecto conyugal".
Cinco recomendaciones para que no salte por los aires tu relación
La clave para no acabar en los juzgados solicitando el divorcio cuando todo esto termine es compaginar el autocuidado y la atención mutua. Así, como consejos generales para fortalecer tu pareja el psicólogo propone:
- Establecer rutinas realistas: mantener los horarios de sueño, no sobreexponerse a noticias sobre el virus para no caer en negatividad.
- Aprender o perfeccionar algo que te apetecía pero para lo que antes no tenías tiempo: recuerda que nos enamoramos de personas a las que admiramos, que realizan actividades que nosotros valoramos.
- No olvidar obviedades como realizar ejercicio físico o mantener una correcta alimentación.
- Apoyarse en las redes sociales para hablar con familia y amigos y, si tenemos hijos, hablar con ellos e informarles de lo que sucede usando un lenguaje adecuado.
- Armarnos de paciencia y empatía, ser más respetuosos que nunca, sostenernos en el otro cuando lo necesitemos y realizar una división de los roles del hogar que los miembros del hogar consideren justa.
