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Qué difícil a veces, quizá ahora más que nunca, acompañar y criar a nuestros hijos adolescentes. Qué necesario, por otra parte, cuidar su salud mental en el momento y la sociedad que les ha tocado vivir. ¿Por qué tanto problemas y tanto sufrimiento en los adolescentes hoy en día? ¿Por qué su adolescencia está siendo tan difícil? ¿Cómo ayudarles a convertirse en adultos felices y sanos mentalmente? ¿Por qué los padres estamos tan sobrepasados?

Para poder responder a estas y otras preguntas que tanto preocupan a los padres de adolescentes hemos hablado con la doctora María Velasco (@dramariavelasco), psiquiatra y psicoterapeuta especialista en niños y adolescentes. Su libro, “Criar con salud mental”, es una mirada crítica a la sociedad actual, que limita y muchas veces impide la crianza invadiendo la infancia y la adolescencia. Pero esta obra también muestra que una crianza serena y feliz es posible.

¿Por qué hay tantos adolescentes con problemas?

Elle.es: Tu libro tiene un enfoque crítico con la sociedad actual. ¿Qué está ocurriendo actualmente para que haya tantos adolescentes con problemas? En este este sentido, nos quitas responsabilidad a los padres o al menos nos tranquilizas…

Dra. María Velasco: Creo que siempre se piensa que la única responsabilidad de que un niño tenga problemas de cualquier tipo (adicciones, inquietud, agresividad, falta de concentración, problemas emocionales…) es de los padres. A veces si es así, por ejemplo cuando hay una situación de violencia intrafamiliar o cuando el niño o niña tiene un cuadro depresivo porque en casa los vínculos son patológicos, los padres no están o discuten mucho. Pero la mayoría de las veces es una mezcla en la que los padres tienen dificultades personales que se ven agravadas por una sociedad que no les está ayudando. Antes, la sociedad estaba montada para que la colaboración y los cuidados estuvieran más garantizados. Dentro de los núcleos familiares, y no digo que esto sea justo, las tareas del hogar estaban divididas de una manera clara, nadie lo cuestionaba y al final los niños recibían el cariño y las atenciones que necesitaban. Ahora, tanto el padre como la madre en una familia heterosexual tradicional salen a trabajar y las necesidades de los niños, aunque los roles de género y lo que hace cada adulto en la sociedad haya cambiado, siguen siendo las mismas que hace 50 o 100 años. Antes la sociedad estaba construida de tal manera que cuidar y atender a los niños era más fácil. No había estos saltos generacionales tan grandes (me encuentro con padres que no saben hacer los deberes con sus hijos porque los hacen en un ordenador). Si vives en una ciudad como Madrid, salir es mucho más inseguro, ya no hay tantas zonas comunes ni esa comunicación vecinal que había antes. Los padres y las madres se sienten muy sobrepasados. Tardan mucho tiempo en llegar a sus trabajos y en volverá casa. Tienen vidas muy difíciles y además la sociedad se lo dificulta mucho porque tienen que estar en hiperalerta con todas las cosas de sus hijos: en la tele pueden ver lo que sea, también contenido adulto; si salen a la calle es peligroso; si están estudiando no sabemos si están viendo cosas que no deben porque están con el ordenador en su habitación... Antes la sociedad se encargaba de esos cuidados de los menores. Los padres tenían su función pero la sociedad también. Por eso creo que no se les puede echar la culpa exclusivamente a las madres o a los padres, que están sobreviviendo en una sociedad que les impone un estilo de vida muy complejo que además no ayuda a cuidar.

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¿Qué es ser padre o madre hoy en día?

Elle.es: ¿Estamos confundiendo de alguna manera las funciones del padre y la madre? ¿Qué estamos haciendo mal?

Dra. M.V.: Ser padre o ser madre hoy en día lo que implica es ejercer la función materna y paterna. Y esto ahora mismo, con la revolución del género, empieza a ser una cosa más flexible. El problema está en que la función materna se ha hipertrofiado. Se valora mucho lo que es ser madre, la función de madre, que es más de proteger, escuchar, consolar, cobijar, cuidar… Y la ejerza tanto el varón como la hembra si la pareja es heterosexual, está sobredimensionada si ves a los niños de hoy. Sin embargo, la función paterna, que tiene que ver con los límites, con el no, con el esfuerzo, con ‘hasta aquí hemos llegado’, está demonizada, nadie quiere ejercerla. Y los límites son los que nos ayudan a estar por encima de nuestros instintos y dificultades, a crecer en otros tipos de fortalezas como la responsabilidad, la voluntad y otras características tan importantes. Se confunde la función paterna con la violencia porque antes los castigos eran punitivos. Ahora mismo hay mucha función materna (tanto el padre como la madre hacen una función materna) pero la paterna no la realiza nadie o está mal vista. Y tenemos un problema porque nuestros menores están creciendo sin una de sus partes fundamentales, necesaria para tener una vida autónoma.

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¿Qué es la crianza y qué supone?

Elle.es: Solemos asociar el término crianza quizá más a los bebés y a los niños, pero en tu libro lo haces extensivo también a la adolescencia, ¿Qué entiendes tú por crianza?

Dra. M.V.: “Yo por crianza entiendo estar a favor de la crianza, es decir, a ayudar nuestros hijos a construirse. Y esto se hace extensivo a la adolescencia porque en nuestra sociedad creemos que los adolescentes ya son adultos, en parte porque todos queremos ser adolecentes y en parte porque estamos ya cansados cuando llegan a la adolescencia y queremos que sean adultos independientes para poder seguir viviendo nuestra vida. Pero la realidad es que no, es que los adolescentes necesitan que sigamos siendo sus padres y sus madres, que sigamos ejerciendo esa función materna y paterna, que les cuidemos, que les miremos, que les escuchemos, que les pongamos límites de una manera diferente. Siempre digo que la adolescencia es un duelo de la infancia pero también es un duelo para los padres, que tienen que aceptar la transformación de un hijo o una hija que es un niño y se convierte en un adolescente. Hay que hacer ese duelo y encontrar esa manera distinta de relacionarse con nuestro hijo pero desde los cuidados, sabiendo que todavía le tenemos que enseñar cosas muy importantes y que necesitan que estemos a su lado.

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¿Qué necesidades tienen nuestros hijos adolescentes hoy en día?

Elle.es. ¿Por qué se enfrentan a una adolescencia tan difícil? ¿Por qué los menores adolescentes expresan tanto sufrimiento? Esta pregunta la haces en tu libro y me impresiona, la verdad.

Dra. M.V.: Nuestros hijos adolescentes necesitan las mismas cosas que han necesitado siempre: un equilibrio entre los cuidados, la mirada, la atención, el reírte por sus cosas, preocuparte por sus conjuntos, comprender que tienen una crisis que ponen en el cuerpo, que tienen problemas relacionales con sus iguales, que están en una época de sus vida en la que la exigencia académica es muy grande… Pero en el otro lado de la balanza necesitan límites y contención. Les llega la sexualidad, un montón de instintos que no saben controlar o dominar, que no conocen en sus vidas, un aumento de la impulsividad y de la agresividad, y necesitan unos límites para pensar que hay alguien que les está cuidando y conteniendo. ¿Por qué se enfrentan a una adolescencia tan difícil? Por varias cosas. Lo primero porque sus padres también quieren ser adolescentes. Ahora la sociedad tiene un mensaje muy adolescente: vive el aquí y el ahora, no te preocupes por el futuro; un mensaje de inmediatez, de conseguir la gratificación inmediata. Los adolescentes se encuentran con unos padres y unas madres que están un poco en su misma etapa vital. Además, la sociedad idealiza la juventud con anuncios que niegan el paso del tiempo, el reconocimiento de la madurez, de la vejez, las arrugas, las canas, la edadlas personas mayores son invisible para esta sociedad. Eso hace que los adolescentes tengan mucha inquietud, que vean un futuro desdibujado. ¿Hacia dónde voy si dejo de ser adolescente? Y la adolescencia es un tránsito, una época de cambio desde la infancia hasta la madurez, no una época en la que te puedas quedar. Además, creo que tiene un exceso de información por las redes, internet les abre muchos más abanicos de dudas, preguntas, cuestiones, posibles caminos… lo que en vez de tranquilizares o darles una mayor sensación de libertad, les angustia inmensamente. Si ya es angustioso tener que decidir entre dos cosas, imaginemos que tenemos que decidir entre siete. Creo que los adolescentes expresan mucho sufrimiento porque se sienten muy solos porque sus padres piensan que ya son mayores, porque la sociedad vende que todo el mundo está fenomenal. Sin hablar del sufrimiento que producen las carencias por lo que no tenemos o porque no nos va bien. Y es que en la redes sociales, con los filtros, todos somos perfectos y tenemos unos cuerpos maravillosos, lo que produce un sentimiento de aislamiento enorme en las personas. Todos tenemos problemas y miserias pero no las podemos compartir. Por todas estas cosas ahora los adolescentes lo tienen más difícil que antes, cuando la adolescencia era un período mucho más corto y definido. Ahora la adolescencia se ha alargado por ambos lados: se llega antes (se ven conductas adolescentes en niños de 10 años) y también se sale mucho más tarde por la precariedad laboral: hay gente de 27 años que sigue como adolescentes, sin autonomía, estableciendo relaciones mucho más superficiales, sin comprometerse con las cosas, con una inestabilidad emocional muy grande… síntomas o características propias de la adolescencia.

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¿Por qué los adolescentes expresan tanto sufrimiento hoy en día?

Elle.es: Nunca he visto tantos chicos y chicas adolescentes en mi entorno con tantos problemas, empezando por el enganche que tienen al móvil. De jovencita tuve mi época existencialista y recuerdo haber sufrido “porque mis padres no me entendían”, pero creo que no tuve tantos problemas como los que veo ahora. ¿Por qué sufren tanto?

Dra. M.V.: “Los adolescentes expresan tanto sufrimiento porque ha habido un doble movimiento en cuanto al sufrimiento humano. Por un lado hemos empezado a quitar estigma a las enfermedades mentales y al sufrimiento humano, hemos visto que muchas celebrities hablan de sus enfermedades mentales. Pero por otro lado llamamos ya a todo enfermedad mental, depresión… el lenguaje se ha psiquiatrizado y estamos haciendo que no podamos sostener sentimiento normales como la tristeza o la ansiedad en lugar de comprender que forman parte de la vida y que están para indicarnos cosas. Queremos que rápidamente nos lo quite un profesional, pedimos un tratamiento farmacológico o miramos en internet qué hacer con eso. Y el problema es que en internet hay mucha gente que no es especialista, que te dice qué hacer con ese sufrimiento. Muchos adolescentes que tienen ansiedad porque están en una situación inquietante o complicada, no patológica, miran en internet y les sale lo de hacerse autolesiones porque mitigan el malestar, pero esto implica ya patologizar algo. Toda esta información que les llega a nuestros adolescentes, en lugar de ayudarles a atravesar mejor la adolescencia, les enseña a patologizarla. Estamos patologizando el dolor que conlleva vivir.

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¿Por qué la crianza actual produce tanta ansiedad?

Elle.es: Los adolescentes sufren, pero sus padres también... Tengo varias amigas en tratamiento psicológico o terapia familiar porque no saben cómo ayudar a sus hijos con sus problemas de ansiedad, trastornos alimenticios, autolesiones…

Dra. M.V.: La crianza actual produce tanta ansiedad y tanta depresión porque la sociedad ya está montada para que tengamos ansiedad y depresión simplemente por trabajar, por la exigencia que tenemos, el afán de perfección, las idealizaciones, el consumismo, el querer hacer y experimentar frente al ser, la pérdida de valores, la soledad tan enorme que tenemos porque vivimos lejos los unos de los otros, porque no tenemos tiempo, porque no queremos hablar de problemas, porque no nos queremos mostrar como somos… Todo esto hace que enfermemos con más facilidad. Y lo mismo pasa con la crianza, porque al final la ejercemos en soledad, no tenemos un sostén, tenemos muchísima exigencia, tenemos que trabajar, tenemos que ser padres y madres perfectos y no cabe todo en una vida humana. Lo que nos hace sentirnos bien y recuperarnos no lo tenemos en nuestras vidas. Entonces es muy complicado mantenerse, al final acabas cayendo.

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Del modelo educativo protector al negligente

Elle.es: A los dos estilos educativos predominantes, el autoritario y el protector, se suma ahora el negligente… ¿Puedes explicarnos cómo es? Y, sobre todo, ¿cuál es para ti el modelo educativo ideal? ¿Con cuál te quedas?

Dra. M.V.: "Para entender los modelos educativos hay ahora muchísimas charlas y libros sobre educación en positivo, respetuosa... En mi libro lo que hago es simplificar: hay un modelo educativo más protector, más basado en la función materna, en esta función e cuidar, de mirar, de escuchar, de reír, de compartir, de sostener; y luego un modelo más autoritario basado en la función paterna: poner límites, decir que no, ayudar a crecer, ayudar con los miedo, hacer esa diferencia entre tu mundo interno y externos, crecer en la empatía. Un buen modelo educativo para mí es un modelo que hace una balanza equilibrada entre los dos, entre el materno y el más paterno. Esto lo puede hacer una sola persona si tiene los dos modelos en la cabeza pero es más difícil. Siempre es mejor que haya una persona que haga la función materna y otra que haga la función paterna y eso se mantenga en equilibrio. Los modelos negligentes son los que están en los extremos de estos dos. Podemos tener un modelo negligente autoritario: una persona que pasa a hacer un totalitarismo, déspota, que trata a un hijo castigándole, pegándole, quitándole la comida, que no le habla, que le hace un vacío emocional, le encierra en una habitación, no le atiende… Esto lo entendemos todo. Pero el modelo negligente que más vemos ahora mismo es el que está disfrazado de sobreprotección, en el que tú invalidas a tu hijo en su desarrollo psíquico porque lo haces todo por él. Al final no le ayudas a crecer en tolerar la frustración, en que tiene que salir al mundo y hacer amigos, no le ayudas a dormir solo, a comer solo… le proteges tanto (por una necesidad tuya) que acabas patologizando al niño porque no le dejas crecer".

¿Cómo ayudar a nuestros hijos adolescentes?

Elle.es: Irritabilidad, transgresión, impulsividad, temporalidad, cambios, sufrimientos… son propios de esta edad. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos en este momento?

Dra. M.V.: “A nuestros hijos adolescentes les podemos ayudar siendo sus padres y sus madres. Sabiendo que tenemos que hace un duelo de nuestro estilo materno y paterno de la infancia y cambiar hacia un modelo adolescente en el que no damos tantas directrices. Seguimos poniendo límites pero también hay muchos acuerdos. Escucho lo que me dice mi hijo, lo entiendo, lo recapacito y hacemos un acuerdo. Por ejemplo: por mí llegarías a las nueve porque me da miedo que esté sola por la noche pero todas tus amigas llegan a las doce, así que la dejo llegar a las diez y media. Nuestros hijos necesitan que les cuidamos, que les protejamos de un mundo adulto que es muy acelerado, agresivo, egoísta, individualista, en el que hay gente que no tiene buenas intenciones. Tenemos que ir contando cómo es el mundo despacito y de una manera que puedan tolerar. Les tenemos que poner esos límites que necesitan para sentirse seguros, que sientan que hay alguien que controla la situación, porque ellos se sienten muy descontrolados. Necesitan también que les apoyemos, que les arropemos, que les abracemos cuando ellos nos lo permitan. Nuestros hijos van marcar una distancia física que no va a ser constante. Va a haber momentos en los que van a estar más infantiles y van a necesitar nuestro cariño, y otros momentos en los que no van querer estar con nosotros. Pese a eso tenemos que enseñarles que tienen una familia, que la familia sigue existiendo. Ellos están en la adolescencia pero no todo el hogar cambia por ello. Tenemos que seguir cenando juntos, haciendo planes… Vendrán con la cara torcida, pero necesitan comprobar que no sobran en la familia, que nos faltan, que hay planes que tiene que hacer por nosotros, por sus hermanos. También es muy importante que hagan ejercicio físico, también las chicas. Los adolescentes tienen un desarrollo físico enorme y el ejercicio también les ayuda con la impulsividad y los cambios físicos que sufren. También podemos ayudarles con películas o lecturas que les hagan ver otras realidades y relativizar la suya. Hay que estar muy pendientes de nuestros hijos adolescentes.

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Cómo protegerles frente al ciberacoso

Elle.es: El ciberacoso es algo a lo que están expuestos todos los adolescentes y que les hace vivir en un estado mental de hipervigilancia. ¿Cómo actuar, cómo ayudarles a defenderse de esta situación?

Dra. M. V.: El ciberacoso es algo nuevo de las redes sociales y tenemos que preparar a nuestros hijos. No podemos dar un pantalla o internet sin prepararles para lo que puedes encontrar ahí. Y si no podemos hablarle de lo que van a encontrar, si a tu hijo no le vas a habar de pornografía porque no toca, no le puedes dejar internet abierto. Según vayan creciendo y les vayamos liberando espacio tenemos que hacerlo contando con que ellos sepan lo que se van a encontrar y las consecuencias de la exposición a la violencia, el adoctrinamiento que hace la pornografía y también del ciberacoso, que lo sepan reconocer por si ellos son las víctimas o los testigos de alguien que es acosado en las redes sociales. Desgraciadamente, las leyes van por detrás de la realidad social pero eso no implica que no eduquemos bien a nuestros hijos para que puedan protegerse. Es como cuando les dejamos salir por la noche. No les dejamos salir sin más, les contamos lo que pueden hacer, que no vayan por una calle oscura, que el taxi lo cojan con amigos… Si les dejamos las redes sociales tiene que ser porque hemos hablado de lo que puede pasar dentro.

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¿Cómo detectar un problema de ansiedad o depresión en nuestros hijos?

Elle.es: En tu libro dices que uno de cada cuatro adolescentes sufre ansiedad y depresión. También hablas del preocupante índice de suicidios… ¿Cómo detectar estos problemas en nuestros hijos? ¿Ante qué signos deberíamos acudir a un experto?

Dra. M. V.: “Yo me preocuparía ante un hijo adolescente que no se ríe, que ha dejado de hacer las cosas que le gustan, que no quiere salir con los amigos, que está estudiando menos, que saca peores notas, que está metido en su habitación, que está muy enfadado siempre, que no puede dormir, que está muy callado. O que está todo el día fuera de casa o tiene unas amistades que no nos gustan porque consumen sustancias o hacen actos delictivos. O que está mirando mucho tiempo las pantallas, o que tiene muchos miedos. Estos son los síntomas que a mí me harían pedir cita con un especialista para saber qué está pasando detrás. Muchas veces no son cosas graves y menos si se enfrentan y se tratan a tiempo. Pero es verdad que si las dejamos pueden cronificarse, complicarse con otros síntomas y llegar a problemas mucho más graves.

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Cómo ayudarles a ser adultos mentalmente sanos

Elle.es: ¿Puedes darnos algunas claves o consejos para ayudar nuestros hijos a convertirse en adultos mentalmente sanos? Me quedo con una frase de tu libro: “El primer ingrediente de la salud mental es el amor…”. ¿Crees que no les estamos dando suficiente amor a nuestros hijos o no sabemos expresarlo?

Dra. M. V.: El primer ingrediente de la salud mental es el amor. Creo que no les estamos dando la suficiente atención a nuestros hijos. El amor implica reconocer al otro como un ser distinto con necesidades distintas. Vamos tan apretados, tan acelerados, que no nos paramos a pensar qué es lo que necesita un niño o un adolescente, les imponemos unas necesidades y unas satisfacciones, cuando a lo mejor necesitan otra cosa. Hay mucha soledad en eso. Estamos poco y si estamos, es maquinando con la cabeza en otro lado cuáles van a ser nuestros próximos movimientos o metidos en el móvil. Hay poca presencia real con nuestros hijos, poco lenguaje, poco compartir de verdad. No compartir para su subirlo a Instagram sino compartir un pequeño plan (un paseo, jugar a las cartas, hablar de nuestras cosas). Tenemos poco tiempo, pocas fuerzas, estamos cansados los padres y las madres y creo que necesitamos replantearnos hacia dónde vamos como sociedad. Cada padre y cada madre se lo tiene que plantear en su casa pero creo que también hace falta un cambio social porque está claro que no podemos con todo y nuestros hijos adolescentes están expresando que las cosas no van bien con el aumento de suicidios y de las consultas de psiquiatría que hacen. Pero no vamos a pensar que el problema es de ellos, sino que ellos expresan unos síntomas que son debidos a toda una sociedad que empieza a enfermar.

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La importancia de la prevención en la salud mental

“Me gustaría resaltar que hay que trabajar en la prevención, que la salud mental es algo por lo que tenemos que luchar cada día, por lo que activamente tenemos que movernos. También, que podemos hacer una crianza en las que nos encontremos nosotros bien, en la que conservemos nuestra salud mental y en la que ayudemos a nuestros hijos a crecer con salud mental. No ayudarles para que sean felices porque esto de la felicidad es algo momentáneo, sino que tengan salud mental, que puedan ser personas adaptadas, que se sientan satisfechas, con un sentido en sus vidas, que compartan sus vidas, que puedan ser autónomos, y que a la vez estén acompañados. Creo que hay que trabajar en prevención, no cuando aparecen los síntomas y ya tenemos una enfermedad mental sino antes. Y para ello es importante tener el conocimiento suficiente para prevenir todos estos síntomas, y de ahí viene mi libro, para trabajar en prevención", dice la Dra. María Velasco.

Después de hablar con la Dra. María Velasco sobre la salud mental de nuestros adolescentes, tenemos más claro aún que Criar con salud mental” es un libro de obligada lectura para los padres y las madres de hoy en día.