Antes de invertir hay que ahorrar

Si la inversión es la guinda del pastel financiero, el ahorro es el frosting de la tarta. Y, por eso, antes de liarnos a decorar nuestra vida financiera, tenemos que asegurarnos de que tenemos suficiente frosting para cubrir la tarta entera. Pero, tranquilos, no tiene misterio, solo hay que cumplir cuatro requisitos básicos:

  1. Has hecho un presupuesto de gastos e ingresos a un año vista y no necesitas esos 1.000 para llegar a fin de mes.
  2. Además de esos 1.000 euros tienes seis meses de sueldo neto a buen recaudo en tu cuenta o en un calcetín debajo del colchón por si te vienen mal dadas.
  3. Estás ahorrando para la jubilación sin prisa, pero sin pausa.
  4. No necesitas esos mil euros para financiar tus objetivos a medio plazo como ahorrar para la entrada de una casa, tu boda, el master de tus sueños o cualquier otra meta que te hayas fijado.

Por qué solo debes invertir dinero que no necesitas en los próximos años

Si cumples estos cuatro requisitos significa que no necesitas esos 1.000 euros a medio plazo para asegurar tu bienestar financiero. Esto es importante porque, cuando uno invierte en según qué cosas, pone su dinero a merced de los mercados que en el corto plazo pueden subir o bajar mucho dependiendo del humor —sí, del humor— de los inversores. Por eso es importante no necesitar ese dinero para no verte obligado a vender en un momento en que el mercado ande de bajón incurriendo en pérdidas innecesarias. Esto, para los que queráis presumir en los zoom de los viernes, cuando andan mustios se llama bear market y bull market cuando les da subidón y no hacen más que comprar y comprar.

Nada más estallar la pandemia, por ejemplo, la bolsa se pegó un tortazo de padre y muy señor nuestro, y muchos de los que por la razón que fuera se vieron obligados a vender en ese momento sufrieron pérdidas en torno al 30-40% de su inversión. Se dice pronto. Los que pudieron —y supieron— aguantar, en cambio, o se han recuperado ya o están camino de hacerlo.

Esto de que el mercado suba y baje sin ton ni son según los inversores estén más o menos animados es lo que se llama volatilidad y, para no tener que vivir a expensas de las escaramuzas entre los gigantes de Wall Street y los foreros de Reddit, nuestra mejor estrategia es invertir siempre a largo plazo. Parece fácil, pero requiere una disciplina que muchos inversores profesionales no tienen.

Si ya sabemos que para invertir tenemos que ir a largo y que, por lo tanto, no vamos a poder disponer de nuestros 1.000 eurazos en una temporada, la siguiente pregunta que tenemos hacernos es por qué nos compensa invertir cuando, además, como veremos en la siguiente entrega de esta saga, al invertir corremos el riesgo de perder todo o parte de nuestro dinero.


No invertir también tiene riesgo

El caso es que, aunque no lo parezca, cuando optamos por dejar los ahorros en la cuenta del banco o debajo del colchón, también estamos corriendo un riesgo: el de que pierdan valor al ritmo de la inflación. Me explico.

La inflación es ni más ni menos que el valor que pierde (o gana, aunque por desgracia esto no suele pasar tan a menudo) nuestro dinero y la razón por la que mis padres se pudieron comprar una casa con jardín por 6.000 euros y a mí no me da ni para la entrada de un zulo con letrina compartida.

Una de las medidas de inflación que más se utilizan es el Índice de Precios al Consumo que mide lo que vale una cesta típica de los productos que consume el ciudadano medio en su día a día. Es decir, si el IPC sube significa que los ciudadanos de a pie tenemos que apoquinar más euros para cubrir nuestros gastos normales y, si baja, que ya os digo que no pasa mucho, significaría que, comprando lo mismo, nos sobraría más dinero a fin de mes.

Esto se traduce en que si dejas tus ahorros en la cuenta sin más van perdiendo capacidad de comprar al ritmo del IPC. Para que os hagáis una idea, el Banco Central Europeo tiene como misión en la vida mantener la inflación alrededor de un 2%, por lo que no es descabellado pensar que dentro de 10 años tus 1.000 euros podrían ser en realidad 820.

Como además el tipo de interés está tan bajo y nos dan tan poco, por no decir nada, por tener nuestros ahorros en el banco, una de las únicas formas que tenemos ahora mismo de proteger nuestro dinero contra la inflación es invirtiendo.

Sobre cómo y dónde invertir esos 1.000 euros para que la inflación no se coma nuestros ahorros hablaremos en el siguiente capítulo. Estén atentos a sus pantallas.

(Un apunte: las casas suelen aguantar bien la inflación por lo que amortizar hipoteca puede ser otra forma de evitar que tus ahorros pierdan valor. Y, ya de paso, te ahorras un pico en intereses.)

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