Muchos de nosotros estamos hartos de acudir a destinos sobrecargados de turistas, en los que no se puede disfrutar tranquilos del entorno y donde los establecimientos no son respetuosos con el medio ambiente. Muchos viajeros con conciencia establecen como prioridad a la hora de elegir su escapada un lugar que sea sostenible, que utilice producto kilómetro cero en sus ofertas gastronómicas, que preserve de todas formas sus ecosistemas acuáticos, que apueste por el transporte público.
Y para encontrar un destino que cumpla con todos estos requisitos no hace falta muchas horas de avión ni cruzar el charco. Está mucho más cerca de lo que te imaginas y se llama Suiza, a apenas dos horas de vuelo. Te va a sorprender, pues es un verdadero paraíso, un oasis europeo por descubrir cuyo turismo y entidades públicas llevan la ecología por bandera.
Hay muchos aspectos por los que Suiza se va a convertir en tu próximo destino sostenible, y te los vamos a desgranar con todo lujo de detalles, para que no te quede ninguna duda de que este verano tienes que poner rumbo al país de la Cruz Roja, la navaja, el muësli, Guillermo Tell, los relojes, el queso y el chocolate.
Un transporte respetuoso, rápido y puntual
Un 76% de la población suiza se mueve por transporte público en los 28.550 kilómetros de la red. Quizás la 'joya de la corona' sea el Grand Train Tour of Switzerland, que permite recorrer todo el país a bordo de ocho trenes panorámicos de gran recorrido cuya duración va de las 2 h y 15 min (Voralpen-Express) hasta las casi 8 h del Glacier Express. Conecta 11 grandes lagos, las cuatro áreas idiomáticas del país e incluso cinco lugares Patrimonio de la Humanidad, pero hay que precisar que la belleza no solo está en el destino final sino también en los bellísimos paisajes que atraviesan.
Lo más cómodo de todo es que esta bellísima ruta en tren se puede hacer con un solo billete, el Swiss Travel Pass, que te permite realizar trayectos ilimitados en tren, barco y autobús durante los días que está vigente. Puedes elegir entre 3, 4, 6, 8 o 15 días con precios desde los 232 francos suizos (unos 237 euros) y te da derecho a otras ventajas como uso de transporte público en más de 90 ciudades, entrada gratis a más de 500 museos o 50% de descuento en la mayoría de transportes de montaña. Para los trenes panorámicos, solo tendrás que pagar para la reserva de asientos.
Basilea, la ciudad del arte
La tradición de siglos de Basilea le ha convertido en un eje económico e industrial de Suiza. Pero los visitantes acuden a ella por las tradiciones que se mantienen en ella, por su atractivo multicultural y por su oferta arquitectónica y artística, que se ponen de manifiesto cada año en el famoso festival ART Basel.
Alguna de las mejores experiencias que puedes vivir en Basilea pasan por fijarte en los muros de la ciudad, verdadera obra de arte de creadores urbanos como Invader, Espo y Bustart o acercarte al puente Schwarzwaldbrücke o al Recinto Bell. Si vas en verano, no dejes de llevarte el bañador para darte un chapuzón en la hermosa playa fluvial de Kleinbasel (con la ciudad antigua al fondo, ¡maravilla!) o recorrer el Rin en uno de los hermosos barcos que sólo utilizan la fuerza del río para moverse.
Ginebra, estilo, precisión y naturaleza
Ginebra es una de esas ciudades que, cuando llegas, te quita el aliento. Quizás no tienes una imagen preconcebida de ella, pero sorprende por su elegancia, sus rincones, los secretos que esconde, la historia que ha tenido lugar en sus calles y... los magníficos relojes que en ella se fabrican.
Envuelta por el lago Lemán y los Alpes, es el icónico Jet d'Eau el punto más reconocido de la ciudad, una 'fuente por accidente' que propulsa 500 litros de agua por segundo a 200 km/h, llegando a una altura de 140 m. No demasiado lejos se encuentra la playa de Eaux-Vives, un lugar perfecto para pasear, ver y ser visto (y bañarse, claro). No puedes marcharte de Ginebra sin descubrir algunos de sus propuestas gastronómicas más interesantes, como sus vinos (puedes acercarte en bici eléctrica hasta alguna de las bodegas de la zona) o los chocolates de Chocolate Du Rhone.
Lucerna y la región del lago
Nostálgica e intelectual; vibrante e innovadora: Lucerna reúne todos los requisitos de la perfecta ciudad suiza, con su lago, sus montañas, su arquitectura medieval y su enorme colorido. Su emblema es el monte Pilatus (2.132 metros), al que puedes llegar con el Golden Round Trip, que se compone de un viaje en barco, seguido por el ascenso a bordo del tren cremallera más empinado del mundo y bajando en teleférico. ¿Te ha sabido a poco? Asciende hasta el monte Rigi para deleitarte en su mirador 360º.
Si las alturas no son lo tuyo, prueba a reservar una visita guiada por la ciudad para descubrir no solo sus edificios, sino otros aspectos menos conocidos de Lucerna como su relación con el agua o la historia de sus heroínas locales. Y repón fuerzas con el pan de pera, antes de adquirir una clásica navaja suiza Victorinox, que encontrarás en lña cercana Schwzy.
Friburgo
Friburgo está asociado para siempre a los queso Gruyère y Vacherin -y su degustación es una de las experiencias que no debes obviar-, una de las características que hacen de ella una 'mini Suiza', junto con sus impresionantes ciudades, lagos y ciudades. Pero no solo de queso viven el hombre y la mujer en Friburgo, sino también de riquísimos chocolates de la Maison Cailler, la primera fábrica de chocolate de Suiza, establecida en 1819.
Un ejemplo del turismo sostenible de esta zona es el Genussbüchlein, un recorrido que puedes hacer en bicicleta, coche o a pie para conocer la región del lago de Murten, conocida como la huerta de Suiza.
Zúrich
A pesar de tener apenas 500.000 habitantes, siempre figura en los primeros puestos de las mejores ciudades en calidad de vida. Y es que en ella se da la mano la creatividad, la historia, la contemporaneidad y el ritmo, que no parece detenerse nunca en Zúrich. Una manera de practicar turismo 'slow' es acudir en verano a los Badis, unos balnearios al aire libre para bañarse en el río o en el lago.
Tras recorrer su casco antiguo de callejuelas o admirarse con la arquitectura de Le Corbusier, déjate sorprender en el Turicum Gin Lab, un curioso taller sobre la ginebra más legendaria de la ciudad. Y, para más 'do it yourself', acude a la 'flagship store' de la firma de zapatillas On Running, en el barrio Zürich West, para customizar tu propio par.
Ya sabes, sostenibilidad se escribe con S de Suiza; con S de Swisstainable.
