La noticia del ingreso de Carmen Sevilla en estado grave a los 92 años en un hospital de Madrid ha sido un mazazo para un país que ha encontrado en la mujer con apellido geográfico un referente de empoderamiento, una sonrisa constante y en definitiva, un clásico televisivo en el que diferentes generaciones encontraron un pegamento que mantenía a la familia pegada a la televisión. Acababa de cumplir 18 años cuando debutó en el cine con un papel en 'Serenata española', convirtiéndose en una estrella internacional de la mano de su colaboración con Jorge Negrete, un abrumador éxito que hizo que se convirtiera en la actriz más aclamada. Incluso Hollywood le recibió con los brazos abiertos cuando Nicholas Ray la seleccionó personalmente para interpretar a María Magdalena en ‘Rey de Reyes’, mientras que en 1965 acudió al programa 'The Ed Sullivan Show', que por aquel entonces era como ‘El Hormiguero’ del presente. Muchos años después, en el programa ‘Sorpresa Sorpresa’, fue sorprendida con la presencia de Charlton Heston. No fueron estos sus únicos hitos internacional, pero Carmen, nuestra Carmen, siempre supo coquetear con el cine extranjero sin descuidar el español.

"Su presencia, fuerza y carisma fueron capaces de sortear cualquier tipo de convencionalismos"

Mucho antes de que hubiera una princesa de España (y hablamos de Belén Esteban, qué conste), hubo una novia de España, que no fue otra, cómo no, que Carmen Sevilla, que fue así bautizada por un país que cayó rendido ante su belleza y su simpatía. “Desde el comienzo de su carrera, realizadores y productores buscaron la mejor manera de aprovechar la explosividad de la actriz. No fueron pocos los encargos para buscarles los roles más adecuados a su también condición de cantante. Aunque la industria ofrecía unos estereotipos claros para los papeles femeninos, su presencia, así como su fuerza y carisma natural, fueron capaces de sortear cualquier tipo de convencionalismo histórico”, aseguran desde FixOlé, la plataforma que cuenta con más de 30 películas de la actriz en su catálogo.

Sororidad, fuerza y naturalidad

Carmen fue un ejemplo de sororidad, pues pese a que Lola Flores y ella eran indudablemente las dos estrellas folclóricas más sobresalientes, jamás existió rivalidad entre ellas. De hecho, en 1962 compartieron pantalla en ‘El balcón de la luna’, de Luis Saslavsky, una película en la que también participó Paquita Rico. Íntimas desde que Flores se mudara a Madrid, donde conoció a Carmen en la escuela de su padre, siempre se quisieron y admiraron.

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Slim Aarons//Getty Images
Carmen Sevilla, inmortalizada por Slim Aarons

Se alejó de su primer marido, el músico Augusto Algueró, ante sus recurrentes infidelidades, algo que entonces no era tan habitual, pues lo que se llevaba era guardar en secreto las idas y venidas de los esposos, pero Carmen siempre ha demostrado que Sevilla siempre ha tenido un color especial. Sus chapuzones en Torremolinos fueron los precursores de los posados de Ana Obregón, y Carmen siempre supo adueñarse de su sexualidad y de su sensualidad. No huía de atrevidas transparencias ni de los escotes y pese a ser un icono sexual, siempre supo rehuir las miradas machistas que querían mermar su figura por su belleza.

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Gianni Ferrari//Getty Images
Carmen Sevilla

Los millennials sabemos estos datos porque están impresos en la cultura popular, pero nuestro recuerdo de Carmen va irremediablemente ligado al Telecupón, un programa en el que la presentadora despertaba carcajadas de todos los familiares que se agolpaban alrededor del televisor para disfrutar de esa chispeante personalidad, de sus meteduras de pata (confundió, por ejemplo, a un adulto con un niño y casi se le cae la falda en directo) y de esa inolvidable imagen en la que luce zapatillas de estar por casa en el plató, hitos televisivos que hicieron de ella una figura admirada y querida por partes iguales.

Fue también un icono publicitario, siendo la primera en España que, en los años sesenta, hizo anuncios de televisión, para Coca-Cola y para Philips. Como toda estrella pop, tuvo su propio perfume homónimo de la mano de Myrurgia, frases para el recuerdo y una de las sonrisas más cálidas de la parrilla televisiva. Carmen ha logrado dominar el complicado arte de gustar a todos, y eso no se logra sólo con ovejitas, despistes en directo, salero y risas, sino con un talento inconmensurable y con un nombre que jamás olvidaremos.