Día 1: Grand Place y alrededores

Comienza tu visita en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad: la Gran Place, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y una de las plazas más bellas de Europa. De estilo gótico, a su alrededor se extienden importantes edificios como el Ayuntamiento de Bruselas, con una gran torre, o la espectacular Casa del Rey, de estilo gótico flamígero y que hoy acoge el Museo de la Ciudad.

Desde allí, sal de la plaza por la Rue de la Colline hasta llegar a la perpendicular Marché aux Herbes: allí descubrirás el comienzo de la galería comercial Saint Hubert, tu próxima parada. Esta calle comercial cerrada por una cúpula data del siglo XIX y sus tiendas y escaparates están cuidados al más mínimo detalle. Aquí encontrarás tiendas, cafeterías, sombrererías e incluso un pequeño cine. También es un buen lugar para comprar chocolates.

Bruselas cuenta con un gran número de museos que merece la pena visitar. Te recomendamos dos: el Museo Magritte, dedicado al genial pintor surrealista, y el Museo del Cómic, en un magnífico edificio de estilo Art Nouveau del arquitecto Victor Horta, que permite conocer la historia de personajes belgas de cómic tan famosos como Tintín, los Pitufos o Spirou. Tampoco te pierdas la espectacular fachada del Museo de Instrumentos Musicales, uno de los edificios Art Nouveau más famosos de Bruselas.

¿Tienes hambre? Acércate hasta la Place du Grand Sablon, una zona elegante y tranquila en la que abundan los anticuarios, las tiendas de dulces y los restaurantes más 'chic'. Te recomendamos algunos como La Perroquet (Rue de Wateeu 31) si quieres comer por poco dinero. Se trata de un restaurante de estilo bohemio cuya especialidad son las pitas de todo tipo. Si hace buen tiempo, podrás disfrutar de su agradable terraza. Para disfrutar de la gastronomía belga, acércate hasta el restaurante Au Vieux Saint Martin (Place du Grand Sablon 38). No dejes la zona sin echar un vistazo a Wittamer, una chocolatería familiar con más de cien años de andadura (Place du Grand Sablon 6-12-13).

Con el estómago lleno, vamos a visitar la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, un impresionante edificio de estilo gótico, considerado como el principal templo católico del país. Desde allí, ha llegado el momento de visitar uno de los emblemas de la ciudad: la escultura del Manneken Pis, entre las calles Rue de L'etuve y Rue du Chene, a pocos pasos de la Grand Place. Aprovecha el momento para degustar otro de los dulces típicos del país: el gofre (waffle). No te resultará difícil encontrar un puesto en el que los vendan, al módico precio de un euro cada uno. Aunque si lo tuyo es la sofisticación, déjate caer por Godiva, frente al Manneken Pis. Podrás comprar para llevar un cucurucho de fresas bañadas en chocolate (aunque el capricho será algo más caro: unos seis euros).

¿Sabías que también existe la versión femenina del Manneken Pis? Se llama Jeanneke Pis y la encontrarás algo más escondida, en el callejón Impasse de la Fidélité. Por cierto, una vez allí te encontrarás a las puertas de la cervecería Delirium, la más famosa de la ciudad y con el récord Guinness a la mayor variedad de cervezas: disponen de más de tres mil. Sería una pena no entrar a degustar alguna...

Día 2: la cara B

Si bien el primer día lo hemos pasado en el centro de Bruselas, en el segundo tomaremos el metro o el tranvía para conocer otras atracciones turísticas: el Atomium es uno de los grandes símbolos de la ciudad, casi el equivalente belga de la Torre Eiffel. Este edificio creado para la Exposición Internacional de 1958 se encuentra cerca de la estación de metro de Heisel y su interior puede visitarse. Junto con el cercano parque Mini Europe (una colección de 350 maquetas a escala 1/25 de los principales monumentos europeos) constituye un plan perfecto para los más pequeños.

Otra posible visita es el Parlamento Europeo (paradas de metro Maelbeck o Schuman). Disponen de dos recorridos guiados al día de lunes a viernes (consultar su página web para más información).

Si ninguna de estas opciones te llama la atención, te proponemos la ruta por las fachadas de cómic. Se trata de un interesante recorrido por diversos murales alrededor de la ciudad que representan escenas de los cómics belgas más famosos (más información).

Sea cual sea tu eleción, te proponemos que finalices el día con una cena por todo lo alto. Déjate caer por la animada zona de la Bolsa de Bruselas, donde descubrirás que, lejos de ser una ciudad aburrida, la capital belga está rebosante de vida.¿Nuestras apuestas? El local de moda es Le Fin de Siècle (Rue de Chartreux, 9), de atmósfera acogedora. Eso sí: siempre hay cola.

Dónde alojarse

Hotel Metropole (5 estrellas): A todo lujo, desde 150 €/noche. (De Brouckèreplein 31) Metropole

Hotel Meininger (3 estrellas): 'Trendy' y económico, desde 60€/noche. (Quai du Hainaut 33) Meininger Brussels