• Si corres, hazlo bien.

Es poner los pies en la orilla, mirar al horizonte y respirar profundamente, y automáticamente sentirnos liberadas. Sin duda es el mejor mindfulness que existe. Sin embargo, no está exento de riesgos para nuestras piernas y pies.

Beneficios de caminar por la playa

  • Cura las heridas: Mejora y acelera el proceso de curación de la piel de los pies cuando están dañados por problemas de dermatitis atópica o psoriasis. “Se trata de patologías cutáneas que mejoran en contacto con los rayos UV. Estos inhiben la inflamación y estimulan el sistema inmunológico”, asegura Juan Carlos Montero, portavoz de Copoma (Colegio de Podólogos de la Comunidad de Madrid, tel. 915 32 60 06).
  • Tiene efecto relajante: Cuando paseamos por la playa nuestro cerebro se pone a segregar hormonas como la serotonina, las endorfinas, la dopamina, la oxitocina… Estos neurotransmisores, también conocidos como hormonas de la felicidad, hacen que automáticamente nuestro sistema nervioso se calme y sintamos bienestar, felicidad, placer y satisfacción. “El mero hecho de estar de vacaciones y pasear al aire libre, sobre todo después de un confinamiento, reduce los niveles de cortisol (estrés)”, apunta Juan Carlos.
  • Quema calorías: “Caminar 30 minutos todos los días a buen ritmo es una actividad física que requiere un esfuerzo y ayuda a quemar calorías, mejora los niveles de presión arterial, de colesterol, triglicéridos y azúcar”, según el podólogo.
  • Previene varices: “El contacto directo con la arena estimula el riego sanguíneo y mejora el flujo, lo que previene la formación de varices o la sensación de pies hinchados. Además, la arena actúa como un exfoliante natural en los pies”, asegura José Nebot, traumatólogo de los hospitales Vithas (Castellón, Valencia Consuelo y 9 de Octubre).
  • Tonifica las piernas: Si se hace dentro del agua puede ser todavía más beneficioso. "Al avanzar contra corriente se mejora el tono muscular y la acción terapéutica es la misma que recibir un masaje de compresión", apunta el doctor Nebot.
los riesgos de caminar descalza por la arena
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Perjuicios de caminar por la playa

“Existen diferencias entre caminar o correr por arena mojada que por arena seca. La mojada presenta una cierta inclinación y la seca suele presentar desniveles, siendo más fácil caminar por la arena mojada, ya que la seca implica un mayor esfuerzo”, advierte José Nebot.

  • Si lo haces sobre arena blanda: Cuando caminamos, jugamos a las palas o echamos una partidita de vóley en la arena blanda de la playa lo estamos haciendo sobre un terreno inestable e irregular. “El solo hecho de hundir los pies en la arena implica que se utilice más la musculatura para elevar la pierna, lo que lleva a un mayor desgaste muscular y de reclutamiento de fibras, necesitando más ajustes propioceptivos en las articulaciones del pie, tobillo, rodilla y cadera. Si encima los músculos no están previamente entrenados se resienten más y aflora el cansancio”, revela el Dr. Nebot.
  • Si lo hacemos por la orilla: Es cierto que en la orilla la superficie es más dura y consistente y el pie no se hunde, sin embargo estamos caminando sobre una superficie con inclinación, en ocasiones con un gran desnivel. “La orilla es un terreno irregular, por lo que, al caminar sobre ella, el peso del cuerpo no se distribuye de manera equilibrada. El peso se carga sobre un tobillo lo que provoca que el pie, para conseguir una estabilidad, adopte diferentes posturas a las habituales que pueden ocasionar esguinces, sobrecargas musculares, lumbalgias o dolor de cadera y rodilla”, advierte el traumatólogo de Vithas.
  • Si encima vas descalza: Si a esto le sumamos que vamos descalzos, las cosas se complican. “Pasamos de tener el pie encerrado en zapatos con cierto tacón a ir con chanclas planas o en el peor de los casos, descalzos. De hecho, La fascitis plantar (inflamación) es la patología estrella en verano”, según Juan Carlos Montero. Aparte de todas las piedrecitas, cantos y conchitas que te puedes ir clavando. “Las personas diabéticas pueden hacerse heridas y es más fácil que cojan una infección.”
estiramientos antes y después de caminar por la arena
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¿Cómo hacerlo de forma segura?

  • Poco a poco: Pasamos de no hacer ninguna actividad física a recorrernos la playa de lado a lado, 10 kilómetros del tirón, ahí es nada! Y la que esté libre de pecado que tire la primera piedra. “Hay que realizar paseos de manera progresiva. Empezar por 10 ó 15 minutos el primer día e ir aumentando la distancia y la intensidad gradualmente”, aconseja el podólogo.
  • Estirar es básico: “Realizar este ejercicio de forma saludable implica la preparación previa del cuerpo: no realizar grandes caminatas los primeros días y realizar ejercicios de estiramientos antes y después de cada paseo”, aconseja el traumatólogo.
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  • Calzado adecuado: Reserva el contacto directo de los pies con la arena para cuando estés en la sombrilla o bañándote, y procura caminar y jugar calzada. “Las chanclas protegen el pie de heridas, quemaduras y traumatismos mientras caminamos. Y si vamos a realizar algún deporte es mejor llevar un calzado deportivo que aporte estabilidad al pie”, aconseja Juan Carlos Montero.
  • Por el paseo marítimo: “Los pacientes que se han sometido a cirugías de cadera, tobillo o rodilla es mejor que se abstengan de dar paseos por la playa y comiencen en superficies planas”, aconseja el traumatólogo.
  • Primera y última hora: No olvides que en verano el sol está pegando de pleno, ponte protección solar alta (SPF 50), lleva sombrero o gorra y evita las horas centrales del día. “Es mejor caminar a primera hora del día o a última hora de la tarde”, aconseja el portavoz de Copoma.