“Ser vegano significa no consumir ningún alimento de origen animal: ni huevos, ni miel, ni polen”, dice Silvia Riolobos, nutricionista energética y ortomolecular, experta en Medicina Tradicional China y autora del blog Flexi Vegan Player. “Va más allá que el vegetarianismo y en general está muy ligado al movimiento ‘Animalista’. Es una filosofía de vida en la que se intenta evitar al máximo el sufrimiento y la explotación de animales para el consumo humano, ya sea con fines alimenticios, textiles o científicos”, explica. 

Qué es un ‘flexivegano’

“Un flexi-vegan es una persona que come vegano en su día a día, pero es flexible ante algunas situaciones como viajes, reuniones familiares u ocasiones en las que no hay ninguna opción vegana al alcance”, dice Riolobos. “Veganismo, saludable y ecológico no siempre van de la mano, de hecho, en algunos restaurantes veganos resulta difícil elegir un plato, ya que en la carta abundan las recetas a base de soja y gluten, por ejemplo”, apunta. Aunque actualmente se ha avanzado bastante, según esta experta, las personas que han de tener muchas comidas de trabajo o viajes se encuentran con dificultades a menudo para poder alimentarse bien durante esos días. Un ejemplo claro son los desayunos de hotel: si al menos puedes tomar gluten siempre podrás llevarte a la boca una tostada con algo de mermelada”. “Lo que transmito a mis clientes en mis consultas y talleres, es que siempre hay maneras de organizarse, pero prefiero que una persona no pase ansiedad ni hambre, ya que para mi esto es cuestión de salud, no una religión”. “La perfección no existe y tratar de alcanzarla me parece un tanto peligroso”, subraya.   

Cómo empezar 

La recomendación de Silvia Riolobos es comenzar poco a poco incrementando el consumo de frutas y verduras de agricultura ecológica y hacer comidas enteras en las que únicamente haya alimentos vegetales y crudos. “Los desayunos y las cenas pueden ser un buen punto de partida, ya que resulta fácil cambiar la mantequilla de las tostadas por un delicioso aguacate o una ensalada llena de hojas verdes, boniatos al horo y semillas para cenar en vez de latas, embutidos o quesos”. En cuanto a la proteína animal, según esta experta “lo ideal es ir espaciando su consumo y apostar por la calidad en vez de la cantidad”. “Comer más días a la semana pescado, legumbres o huevos es una forma de entrar poco a poco en el vegetarianismo, para pasar al veganismo más adelante”. “Visitar a un profesional también es de gran ayuda, ya que lo normal al principio es estar un poco perdido, cometer errores y no saber cómo sustituir los alimentos para no tener carencias”, dice. ¿No tendré carencias? “En una dieta vegana no tiene por qué haber carencias de ningún nutriente, se habla mucho de la falta de B12 pero existen alimentos vegetales que proporcionan buenas cantidades de esta vitamina, como la levadura nutricional, la spirulina o chlorella”. Como explicaba arriba, si estas opciones no son posibles de encontrar, el huevo puede ser una buena alternativa”, apunta.