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Nuestro encuentro tiene lugar en la maravillosa isla griega de Corfú, donde está grabando otro capítulo de su reality culinario The Life of Loi. Directa y divertida, Maria Loi es un torbellino con mucha personalidad. El objetivo del viaje es conocer las claves de su universo gastro, que triunfa en la televisión al otro lado del charco, pero para llegar hasta él hay que comenzar por su infancia, en una granja de una pequeña villa griega. "Allí empecé a trabajar la tierra con mis manos. Plantaba patatas y tomates, y me encantaba. Mi madre se puso enferma y tuvo que ir al hospital, así que, con apenas siete años, me quedé sola en casa. Como tenía hambre, me puse a cocinar. Cogí cebolla, aceite de oliva, unos vegetales y jugo de tomate e hice, sin quererlo, una salsa deliciosa. Desde ese día cocino", narra.
Muy segura de sí misma, Maria tienenun mantra que repite cada día de su vida y que cumple a rajatabla: "Da y nunca te rindas". Está considerada embajadora oficial de la cocina griega -así fue nombrada por el Club de Chefs de aquel país- y es una de las más reconocidas de la dieta mediterránea, tanto a través de su programa como de sus muchos libros, su firma de alimentos saludables (theloilife.com) y su restaurante en Manhattan, Loi Estiatorio. Griega de nacimiento y americana de adopción, tiene desde hace décadas el objetivo declarado de mejorar la alimentación de todos. Maria no ve desafíos, sino oportunidades.
Un ejemplo: para ella, según relata, el covid supuso la posibilidad de que se asentaran hábitos más sanos en todas las cocinas. Partidaria de las recetas de sus abuelos, apuesta por el uso del aceite de oliva como elemento fundamental. "Creo en una vuelta al pasado, en los platos de toda la vida, siempre con ingredientes naturales y orgánicos como hierbas, pescado, yogur o miel", afirma. Tiene totalmente prohibidos los fritos -"no son necesarios, hay otras mil formas de cocinar"– y no utiliza nunca la mantequilla en los fogones. "Debo decir que la dieta mediterránea no es una forma de comer, es un estilo de vida", resume rotunda.
Su local neoyorquino, ubicado en el 132 West 58th. Street, en pleno Midtown de la Gran Manzana, es parada obligada para locales y turistas. Su carta, cómo no, se basa en las recetas tradicionales de su tierra, aquellas que hacía su abuela en casa, simples pero muy sabrosas.
Su propuesta se centra "en una técnica sencilla de cocina, con ingredientes de temporada". Entre sus especialidades está la ensalada de pulpo, diversos pescados y la lasaña al estilo griego. Loi Estiatorio lleva abierto más de 12 años, y el secreto de su éxito es que tras las bambalinas están los mismos profesionales desde el primer día: "Me siento supersegura con ellos; no necesito estar siempre al pie del cañón. Creo ciegamente en el trabajo en equipo y delego mucho. También pienso que los clientes vienen a nuestro restaurante porque aquí se sienten como en casa; todos son igual de importantes para nosotros", argumenta. Siempre modesta, no le gusta recibir los halagos sola, ya que, sin su gente, como ella misma asegura, no habría llegado nunca donde está.
A pesar de la buena marcha de este local, no se plantea abrir otro, ni aquí ni en ningún otro lugar del planeta: "Estoy satisfecha con el que tengo, no necesito más". A Maria le apasiona vivir en Nueva York, porque su frenético estilo de vida le carga las pilas: "La Gran Manzana va rápido, pero yo más. Es una ciudad llena de energía", se ríe. Le gusta mantener una rutina, por eso cada mañana, después de levantarse, se toma un pequeño shot de aceite de oliva y sale a andar a buen ritmo, al menos una hora, a Central Park:
"Hago cardio y respiro aire puro, pero también es mi forma de meditar. Siempre voy, da igual que llueva o nieve... Además, ver el parque nevado es una de las cosas más bonitas que existen", explica.
"Soy partidaria de cocinar las recetas de siempre y usar ingredientes naturales y orgánicos. La dieta mediterránea no es una forma de comer; es un estilo de vida"
Maria siente un gran amor por su profesión, y viéndola de cerca tienes la seguridad de que nunca renunciará a su empeño de que todos aprendamos a valorar y disfrutar la comida saludable. "No se pueden poner obligaciones, lo mejor es enseñar a cambiar los malos hábitos por los buenos", apunta. Para ello aprovecha su premiado programa de televisión, que transcurre entre Nueva York y varios parajes griegos.
"Exploro el país y enseño su historia, su cocina y todo lo que ofrece. Me gusta compartir mi herencia culinaria. Además, tengo la suerte de grabar con viejos amigos, conocer otros nuevos y aprender de cada capítulo que hago", cuenta entusiasta a ELLE Gourmet. Su próximo proyecto es un juego educativo para todos los públicos, que se traducirá a diferentes idiomas. "Está muy dirigido a los más pequeños de la casa, porque pienso que hay que tratar a los niños como adultos para enseñarles a comer. Esto les ayudará", sostiene, una vez más, con seguridad.
Está claro que a Maria Loi aún le queda mucho que decir y, probablemente, todavía dará mucho que hablar. Estaremos pendiente a todo ello.
