• La atracción -erótica, escatológica, malsana, turbulenta, psicológica- por el agujero. El poder hipnótico del vacío. Los edificios perforados de Gordon Matta-Clark. Los vestidos roídos de Comme des Garçons. La obsesión anal de Georges Bataille. El plano de la taza de café que se convierte en un ojo negro en ‘Deux ou trois choses que je sais d’elle’ (Godard, 1967). El ojo y la navaja de Buñuel. El sexo femenino, umbral de una nueva vida. Dalí, agujerando espaldas y construyendo cajones en ellas.
  • En la foto de cabecera aparecen Dalí y Gala en 1957 con Walt Disney y su esposa Lilian, en Portlligat. Los dos creadores se profesaron gran admiración; ambos crecieron con padres dominantes y madres ciegamente devotas. Tenían también en común un optimismo inquebrantable. Hitchcock propició el encuentro. Su proyecto, el cortometraje vanguardista y freudiano ‘Destino’, jamás vio la luz.
  • Las orugas, cucarachas y roedores siempre han amenazado los graneros; las hormigas buscan el grano, pero respetan el pan. Darwin las adoraba por su diligencia, organización y la capacidad de llevar una carga más pesada que ellas mismas. "El universo comienza con el pan. El pan es más antiguo que la escritura", dice Predrag Matvejevic. Todo animal que respete el pan es nuestro amigo. El pan es la gran metáfora, la hermandad, lo elemental. Requiere separar lo puro de lo impuro, y enseña paciencia.
  • En el paseo marítimo de mi infancia los niños vendían collares, postales hechas por ellos o juguetes de los que se habían cansado. Compré hace siglos un pequeño Spiderman que me dio buena suerte y sigue en mi comedor. Cuando vienen a casa amigos con hijos lo secuestran.
  • La felicidad de un tren nocturno a París. Amanecer con dolor de espalda y la vida por delante.
  • Mi ciudad ideal: tamaño mediano, cafeterías antiguas, estaciones de tren, ascensores de herrería, parques, barrenderos, un museo con ventanas altas, humo de pipa, señoras con sombrero, perrillos sin raza, mármol, edificios de dos pisos, balcones con gente mirando, hoteles familiares, fachadas con geranios y hiedra.
  • Aquella serie expositiva del Kunsthistorisches Museum de Viena, que invitaba a creadores a elegir sus objetos (históricos y actuales) preferidos. Se titulaba 'The Ancients Stole All Our Great Ideas', y algunos de los comisarios fueron Ed Ruscha, Wes Anderson o el ceramista Edmund de Waal (2La vitrina es una forma de pausar las cosas que circulan; colocas algo en una vitrina y queda brevemente ahí, en un escenario. Es una herramienta archivística, una excavación arqueológica.")
  • Para los amantes de la arquitectura de Milán, el documental ‘L'amatore’, dedicado a Piero Portaluppi (1888-1967). Rodado con material del propio arquitecto, aficionado a los 16mm. Como todos los italianos del norte con posibles, Portaluppi era encantador e indiferente, mandón, elegante, irónico, mujeriego y misógino, severo en el trabajo. Su trabajo es finísimo; uno de esos casos en los que el sentido innato del buen gusto es evidente.
  • La casa beige puede estar en Deià, el Upper East Side, México DF o Shangai. En la casa beige todo es correcto, plano, aséptico, estándar. Se han marcado todas las casillas de lo que toca. No hay carácter, ni debilidades, ni cutreces, ni rincones para ratonear. Es ese minimalismo mal entendido que no tiene nada que ver con, pongamos, John Pawson, sino con un gusto acomplejado obediente al canon de su estrato social.