Hace dos años por estas fechas daba por finalizado mi tratamiento para terminar con el tumor que durante un año (quizás un par más) se había colocado en mi pecho derecho. Hace dos años, cuando recién estrenaba los 22 años, me diagnosticaron un cáncer de mama estadio 3 Triple Negativo, quizás el más agresivo de todos ellos.

Durante esos casi 12 meses aprendí sobre mi misma, a convivir con un miedo que a día de hoy sigue acompañándome cuando las fechas de las revisiones se acercan. Entre todo ese viaje emocional, espiritual y de auto conocimiento, me tocó también aprender que el mundo no está preparado para facilitar esos momentos a los pacientes oncológicos.

Saber distinguir entre qué tipos de pañuelos funcionan mejor, para qué utilizar los gorros oncológicos, cómo cuidar la piel durante la quimio, cómo evitar que las uñas se caigan... Un sin fin de problemas y soluciones que aprendí sobre la marcha y que te quiero compartir para que te ahorres unas horas de búsqueda y las aproveches para descansar o para pasear si estás en los días buenos en los que la quimio te da un respiro. Espero que te sirvan y te lo pongan un poco más fácil.

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Pañuelos y gorros oncológicos

En cuanto me dieron la noticia de que tenía cáncer de mama, automáticamente mi cabeza me imaginó con aspecto de enferma y con un pañuelo en la cabeza. No te voy a engañar, por mucho que te mentalices, los primeros días cuando te veas sin tu pelo son extraños e incluso puede que ni te reconozcas en el espejo.

En ese entonces, tenía una melena larga, casi a la altura del pecho. Sabía que el paso de esa melena a estar calva iba a ser todo un drama para mi, por lo que decidí cortarme el pelo antes de comenzar con la quimio. Esta sería mi primera recomendación, un buen corte, ese corte que nunca te habrías hecho antes.

Alrededor de la tercera semana de quimio, entre la falta de energía y los vómitos, llegó el momento de recurrir a los pañuelos y gorros oncológicos. Estos últimos son perfectos tanto para dormir cuando se comienza a caer el pelo (créeme que lo agradecerás) como para proteger la cabeza, mantenerla calentita en invierno, como soporte para los pañuelos o para llevar sin más. Los más recomendados son de algodón de bambú y aunque los precios varían mucho dependiendo de donde lo compres, si te soy sincera, a mi me funcionaron muy muy bien los de Amazon.

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Si con el gorro no es suficiente para ti, hazte con unos cuantos pañuelos. Los mejores son los de algodón y cuanto más largos mejor, para que puedas variar en la forma en la que te lo coloques. Sólo utilicé pañuelos de la tienda Natura, en cuestión calidad y precio, lo mejor que probé.

Tómate tu tiempo y elige con qué te sientes más cómoda, ya sea una peluca, los pañuelos o ir con tu calva bien orgullosa. Si algo aprendí de esto es que, da igual cómo te veas siempre hay alguien observando, lo importante es que tú te veas por todo lo que eres y no por lo que representa ese pañuelo.

Micropigmentación en las cejas

Cuando me imaginaba calva lo que más miedo me daba era perder las cejas, no exagero, fue lo primero por lo que pregunté a mi oncóloga. Para evitar verme en esa situación, una de mis enfermeras me recomendó a Rocío Mariscal. Rocío fue literalmente un ángel que llegó para darme tranquilidad y colocar todas las emociones por las que estaba pasando, además de regalarme las cejas más impresionantes que he tenido en la vida.

Su consulta está especializada en estética y micropigmentación oncológica. Con ella conseguí mantener un poco a flote mi autoestima cuando perdí mi melena y me dio un poco de mi yo de antes del cáncer (aunque con mejores cejas). Estoy segura de que si te planteas realizarte la micro con Rocío, va a acabar siendo parte de tu historia y tu familia. Es recomendable realizarlo antes de que comience la quimio, pues la piel se vuelve más sensible y probablemente expulse antes la tinta, aunque tranquila porque Rocío te las repasa las veces que necesites (yo necesité tan solo dos repasos más).

Cuidado de la piel

El tema de la piel durante la quimioterapia es una lotería. Hay a quien le da por tener un brote de acné que parece que no tiene fin y hay quien acaba con la piel seca. Con la primera sesión de quimio volví a los granos de los 15 años, pero con el tiempo, se convirtió en una fuente de resequedad.

Debes de tener en cuenta que tu piel en estos momentos es/será super sensible a todo lo que te expongas. A mi me funcionó utilizar un gel limpiador con base de agua, crema de la cara para piel sensible e hidratante , mucha crema solar, mantecas para el cuerpo basadas en aceites y spray de agua termal para rehidratar continuamente y no abusar de la crema de la cara. Te dejo los productos que utilicé y mi rutina que hasta día de hoy sigue siendo la misma.

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Reductor de cicatrices

Es muy probable que durante este proceso pases por alguna que otra intervención quirúrgica. Mi cicatriz más evidente está bajo la clavícula izquierda, pues llevé durante todo el tratamiento un Port-a-Cath, un aparato que permite un acceso directo venoso para que, a través de ello poder recibir quimio sin afectar a las venas de manera directa (con el tiempo se ponen duras).

A mi esta cicatriz me encanta, no me molesta para nada y me parece hasta bonita. Pero la realidad es que proteger y cuidar estas cicatrices es muy importante, sobre todo para que se queden lo más finas posibles y pequeñitas. Para ello puedes recurrir a unos parches de silicona que reducen la apariencia de las cicatrices, además de cuidarlas del sol. Utilicé las Trofolastin, y aunque el precio pueda darte miedo, con tan solo cortar el tamaño de tu cicatriz te servirá y durará durante unas dos-tres semanas.

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Estas son algunas de las recomendaciones y trucos que me ayudaron durante mi proceso y que a la fuerza tuve que aprender sin previo aviso. Espero que te sirva esta lista de compras y que consultes con tus médicos siempre. Permítete sentir todo lo que pasa por tu cabeza, desde el enfado, la ira, la tristeza... Por muy incompatible que pueda parecerte sentir tanto a la vez, si algo aprendí es que las emociones no se dividen en buenas y malas, simplemente son emociones y durante este viaje, sentir es estar viva.