Hoy, 18 de octubre, es el Día Mundial de la Menopausia, una etapa de la vida de muchísimas mujeres de la que se habla por lo general muy poco y de la que, además, prácticamente no vemos reflejo en la cultura pop. ¿Cómo debemos afrontar esta etapa? ¿Cómo puede afectar a nuestra estima que no se hable de ello?

Son muchas las ocasiones en las que, en la cultura pop, hemos visto que la llegada de la menstruación en una adolescente provoca un cambio bestial en su vida. A veces lo vemos como un momento en el que se pasa de niña a mujer (como si esto funcionase así, sin palabras) y otras, en cambio, lo vemos como un momento trascendental en el que la regla viene acompañada de poderes telequinéticos y se te concede el poder de masacrar a todo tu instituto después de que ser humillada en el baile de fin de curso (sí, estamos hablando de la película ‘Carrie’ de Brian de Palma).

Pero ¿Qué pasa cuando desaparece esa menstruación? ¿Cómo se afronta ese momento de la vida a nivel emocional, sexual y físicamente? Eso sí que no lo vemos en demasiadas películas ni series(¡por el momento!), aunque parece que está cambiando gracias a testimonios de actrices como Kate Winslet, Naomi Watts o Halle Berry todavía queda mucho trabajo por hacer.

¿Qué es la menopausia?

Según la psicóloga y sexóloga María Rubio, la menopausia “es una etapa fisiológica normal del ciclo vital de las personas que tienen vagina, útero y ovarios (hablaremos de mujeres para generalizar), en el cual dejas de menstruar (...) Lo que ocurre es que nuestra reserva ovárica se termina, los ovarios dejan de funcionar y por tanto, los niveles de estrógenos empiezan a disminuir, y esto tiene impacto a nivel físico, psicológico, emocional y sexual, y la vivencia de estos cambios van acompañados de factores sociales y culturales”.

Si a este momento de cambios (que muchas veces los cambios en sí mismos son difíciles de sobrellevar sean de lo que sean) le sumamos sentimientos de vergüenza o rechazo por cómo la sociedad nos habla de esta etapa de la vida, puede llevarnos incluso a una reducción de autoestima. Según María: “nuestra cultura va transmitiendo falsas creencias basadas en la falta de información que demonizan este momento vital natural (en otras culturas las mujeres en el climaterio ganan prestigio y poder). Tiene muy mala fama por los posibles síntomas que podemos experimentar y por ideas como que es una enfermedad, y no es así, es una etapa. Otro factor que no lo facilita es la idea social de que una mujer se acerca al éxito cuando tiene juventud y belleza, debe estar inalterable con los años por la negación y rechazo hacia el envejecimiento. Nos inculcan la idea con el inicio de la menstruación de “ya eres una mujer”, implícitamente podemos sentir que al dejar de tenerla dejamos de serlo, y no es así”.

Por suerte, son muchas las mujeres que gracias a su influencia, intentan cambiar la idea general que se tiene de esta etapa de la vida. Naomi Watts, a quien la menopausia le llegó a los 36 años aproximadamente, ha creado ‘Stripe’, una marca de remedios holísticos para los síntomas de la menopausia y sus efectos en la piel o en la vida sexual de las mujeres también con la intención de romper sus tabúes. Esto que parece algo muy de estos tiempos en los que estamos visibilizando de manera intencional todo aquello que rodea a la mujer, es muy necesario, ya que al preguntarle a la psicóloga si considera que es importante hablar de ello y visibilizar la menopausia nos responde: “Sin duda, pero hay que hacerlo adecuadamente. Para ayudar a que podamos aceptar esta nueva etapa habría que poder visibilizarla, no solo hablando de los síntomas que se pueden tener (está bien que se comenten para validar y dar espacio a las mujeres que lo experimentan así), sino también para que permitan ver este proceso como un momento de redescubrimiento, de experiencia y sabiduría, de paz y tranquilidad, de maduración… Que se vean los beneficios que entrar en este momento vital puede ofrecer”.

Tips para mejorar la autoestima

Para desarrollar nuestra autoestima durante esta etapa, la psicóloga y sexóloga nos da algunos tips que podemos poner en práctica:

  • Recordar que el cuerpo está en constante cambio toda la vida.
  • Aceptar que hay partes de mi cuerpo que no me gustan y no tengo por qué obligarme a que me gusten todas. Sobre las que no me gustan habría que redefinir para qué sirven esas partes, qué me aportan esas partes, más allá de si encaja en estándares de belleza: me sirve para disfrutar, para abrazar, para dar calor, para caminar, viajar…
  • Asociar estos cambios corporales con los cambios que hemos visto en mujeres que queremos y admiramos de nuestro entorno: si a ellas las consideramos dignas de amor y suficientes tengan el cuerpo que tengan, me merezco el mismo respeto.
  • No es recomendable realizar dietas restrictivas. Como siempre recomiendan los expertos, en esta etapa es muy importante realizar actividad física adecuada y seguir una alimentación saludable.
  • De todas formas, si ha pasado un tiempo y no hay una aceptación de la imagen corporal y está interfiriendo en el bienestar de la persona, sería recomendable que pudiese recibir ayuda psicológica.

Hablemos de sexualidad

También es muy importante que reclamemos que se muestre este periodo de nuestra vida en las películas y series que vemos de manera realista, o incluso que se hable de manera positiva en los titulares de prensa. Por suerte, las cosas están cambiando, tal y como pudimos ver en estas declaraciones de Halle Berry en las que habló sobre la sexualidad y la menopausia sin tapujos: "Estoy desafiando todos esos estereotipos sobre cómo tienes que verte de cierta manera o sentirte de cierta manera. Estoy en mi mejor versión ahora que tengo 56 años. Tengo más que ofrecer". Al respecto, la psicóloga María Rubio nos confirma que “la sexualidad nunca termina. (...) Podemos seguir disfrutando de ella si adaptamos nuestras prácticas eróticas a las necesidades de ese momento”.

Una vez resuelto esto, ¿Cómo podemos seguir desarrollando nuestra vida sexual cuando parece que el mundo nos dice que ya debería dejar de interesarnos? Para María Rubio, hay algunos puntos clave, siendo el principal la recomendación de acompañamiento psicológico y sexológico profesional:

  • Lo primero es aceptar que nuestra respuesta sexual ha cambiado y ese cambio es normal y natural. (...) Saber cómo funciona ahora y cómo fluctúa el deseo puede ser de ayuda. Hay dos tipos de deseo: el deseo activo y el reactivo. El activo es el que aparece de forma aparentemente espontánea y está regido sobre todo por la parte hormonal, es cuando el cuerpo te dice “necesito sexo”. Este tipo de deseo deja de estar en la menopausia (y en otros momentos vitales también desaparece), ya no vamos a experimentarlo así. Pero tenemos otro tipo de deseo, el deseo reactivo, es decir, yo en mi día a día estoy neutra, podría vivir sin sexo, pero como considero que es un área importante para mí decido conscientemente y de forma voluntaria activarlo, y aparece como respuesta al placer y la excitación sexual.
  • Dejar de enfadarme y culparme porque no me apetezca tener relaciones sexuales de forma espontánea o no pueda centrar mis relaciones sexuales en la penetración: si empieza ese círculo vicioso acabo asociando la erótica con emociones desagradables, y así seguro que no facilitamos que el deseo pueda aparecer (si es lo que quiero que pase). Igualmente, si hay disminución del deseo erótico, siempre hay que evaluar si hay otros factores implicados como la relación de pareja o mitos que puedan estar influyendo en que sea así, no siempre podemos utilizar la menopausia como chivo expiatorio.
  • La parte más importante es averiguar o recordar los motivos por los que tengo relaciones sexuales: qué espero encontrar allí, qué me aporta. Porque ahí está la clave. Reflexionar sobre experiencias sexuales donde me he sentido satisfecha, y la mayoría de veces poco tiene que ver con tener una penetración duradera o tener varios orgasmos, porque muchas recordaremos experiencias donde se ha dado eso y no fueron necesariamente relaciones satisfactorias. Sino que, muchas veces tiene que ver con valores que se cumplen: sentirme querida, deseada, conectada, haberme divertido, haber expresado… Y eso se puede conseguir de diferentes formas y prácticas.
  • Redescubrir nuestro mapa erótico: cómo nuestro cuerpo y nuestra mente cambian. Es lógico pensar que nuestras preferencias, gustos y sensaciones hayan podido cambiar, así que es momento de hacer una labor de exploración e investigación: qué me gusta ahora, qué me gusta menos ahora. Y compartirlo con la pareja (si se tiene) para saber cuáles son los caminos para llegar al placer.
  • Pautar momentos para facilitar que aparezca el deseo, tanto a solas como en compañía teniendo en cuenta qué tipo de prácticas sexuales puedo y, sobre todo, quiero llevar a cabo, sin presión por ninguna de las partes. Porque si llevo a cabo prácticas sexuales dolorosas, volveré a relacionar la erótica con malestar, y no querré repetir, lo evitaré.
  • Incluir lubricantes en relaciones sexuales y el uso de hidratantes vaginales y vulvares en el día a día: si quiero incluir prácticas sexuales genitales, vamos a echar mano de lubricantes, va a facilitar que la experiencia sea más placentera, incluso si la persona todavía puede y quiere practicar la penetración, se tienen que tener en cuenta varias pautas, y entre ellas es el uso necesario de este producto. De todas formas, recordemos que el órgano genital que nos va a asegurar el placer es el clítoris que sigue funcionando.

Y no solo esto, la psicóloga y sexóloga destaca, igual que ya lo hizo Halle Berry, que muchas mujeres refieren tener mayor satisfacción sexual durante esta etapa de la vida en comparación con las anteriores.

A pesar de que muchas mujeres quieran vivirlo con esta nueva perspectiva algunas (y sin perder el sentido del humor), como Viola Davis, no lo están disfrutando tanto: “La menopausia es un infierno. La menopausia es un agujero negro. Esto es lo que es la menopausia y es ahí donde estoy ahora mismo” - afirmó en el programa de Jimmy Kimmel, donde también contó que “había días que quería matar a su marido”. Al fin y al cabo, es normal tener cambios de humor en este momento de la vida debido al decrecimiento de los estrógenos ya que, recordemos, las hormonas son una parte clave de la regulación de nuestras emociones.

Hablar de la salud mental en la menopausia es algo sumamente relevante pero, para María Rubio no debemos olvidar que: “experimentar todo esto no tiene por qué ser necesariamente por la menopausia, hay que explorar otros factores que puedan explicar estos síntomas y la mayoría de veces no tienen que ver con únicamente con la menopausia, suelen estar implicados varios factores. Este reajuste hormonal puede influir en tener cambios de humor más bruscos, pero hay que ver qué cosas están pasando en su vida para que se sienta así y poder encontrar estrategias que ayuden con la gestión”.