Tenlo claro: tú no eres tus pensamientos. Esta es una frase que enfatizan los expertos en mindfulness y meditación para hacernos entender que los pensamientos vienen y van constantemente. Y sí, pueden hacernos sufrir mucho por cosas que ni siquiera han ocurrido o no existen. Pero sólo son pensamientos, no realidades y, si consigues control sobre ellos, puedes hacer que pierdan su poder.

¿Por qué te cuesta tanto eliminar de tu cabeza los pensamientos negativos y no entrar en bucle? “Por una cuestión evolutiva y de supervivencia le hemos otorgado a los pensamientos negativos la capacidad de salvarnos de los peligros”, dice Antonio Gallego, coach, experto en mindfulness y colaborador de Petit BamBou, la app de meditación. “Si nuestros muy lejanos antepasados eran capaces de prever qué peligros acechaban a la vuelta de cada roca, podrían esa noche volver de una pieza a sus cuevas”, añade.

Según este experto, en la época en la que vivimos hoy le hemos puesto la etiqueta de “peligro” a una infinidad de cosas que distan muy lejos de ser mortales para uno mismo, por ejemplo: no responder rápido a mensajes, no cumplir con las expectativas de los demás, hablar en público, el sentimiento de soledad o no estar dentro de lo “socialmente establecido”.

La tendencia a revivir constantemente el pasado tampoco ayuda. “Si a tantos peligros ficticios le añadimos nuestra tendencia a generalizar las situaciones puntuales vividas, esto es, tener pensamientos del tipo que ‘si una vez fracasé, siempre lo haré’ o “una vez me dejaron y nunca volveré a encontrar quién me quiera”, obtenemos la tormenta perfecta”, dice Gallego. “Con semejante peso amenazado sobre nuestra mente, lo único que queda es vivir en un constate estado de alerta, tensión, sufrimiento y negatividad, aferrándonos a este estado para llegar sanos y salvos al final de día. Y consecuentemente, con una vida sin apreciación hacia todo lo bueno que nos rodea”, añade.

Bye bye pensamientos negativos
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¿Es la meditación la mejor solución?

Para desaprender algo, como explica el experto de Petit Bambou, lo primero es observar qué es aquello que hemos de transformar. “La meditación nos va a permitir posicionarnos como observadores del pensamiento, es decir, no nos identificamos con el pensamiento, de ahí la afirmación ‘tú no eres tus pensamientos’. La meditación es parte fundamental en este aprender de nuevo a relacionarnos con nuestros pensamientos y, además, para poder tener una observación clara de la realidad”.

Como dice Gallego, “la velocidad con la que vivimos hace que no nos cuestionemos esos pensamientos negativos que nos dedicamos a nosotros mismos y por lo tanto se generan emociones negativas acordes a esos pensamientos y sus correspondientes sensaciones físicas de malestar”. Por suerte, como dice este experto, “la meditación nos va a permitir poder parar, observar los pensamientos como simplemente eso, un pensamiento sin más, e incluso poder cuestionarnos ¿es cierto esto que estoy pensando? ¿tengo pruebas reales para pensar que eso es o será así? ¿me sirve de algo este pensamiento para avanzar?”.

Como te decíamos al principio, meditando no conseguirás dejar de pensar, dejar tu mente en blanco, eso es un mito, pero sí podrás quitarles su poder. “Seguramente no podamos callarlos, porque no podemos controlar qué pensamientos tener, a veces surgen y se desarrollan de forma tan espontánea que ni los vemos venir, pero podemos observarlos, desmontarlos y alejarlos de nuestro foco de atención”, subraya el experto de Petit Bambou.

mujer relajada en casa tomando una taza de te
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Tips que te ayudarán

Meditar cada día te ayudará no sólo a desmontar los pensamientos negativos sino a ir creando espacio entre ellos. Para que lo entiendas mejor, una mente llena de pensamientos negativos es algo así como un cielo nublado. A medida que avanzamos en la meditación ese cielo se va despejando y van apareciendo claros que dejan ver un fondo azul y sereno. Pero, “además de observarlos, desidentificarnos de ellos, cuestionarlos y dejarlos ir gracias a la meditación, podemos hacer lo siguiente”, dice Gallego:

Centrar la atención en la belleza de los pequeños detalles

De este modo podremos compensar el nivel de atención a lo negativo con un mayor nivel de cosas positivas ya presentes en nuestra vida.

Hacer ejercicio consciente

El movimiento activo del cuerpo ayuda a despejar la mente, reduciendo los niveles de cortisol (la hormona del estrés) en sangre y, si además, llevamos consciencia a nuestras sensaciones corporales, podremos disfrutar más ampliamente de estar en el “aquí y el ahora”.

Observar el tono en que nos hablamos

Ya que en la mayoría de ocasiones somos nuestro peor enemigo, aprendamos a observar qué nos decimos y en qué modo. Podremos cambiar el “siempre” o “nunca” por expresiones como “puede que…”, “aún no, pero casi…”. Entrenar la amabilidad con uno mismo es quizá la mejor de las formas de autocuidado que podemos integrar en nuestra vida. Si observarlo resulta difícil, escribirlo puede ser de gran ayuda.

Establecer una relación sana con uno mismo y con los demás.

Valorar y ser agradecido con lo que uno es y tiene, así como expresar ese agradecimiento y valoración en los demás, ayuda a rebajar la intensidad de los pensamientos negativos para dejar espacio a aquello que vamos haciendo crecer de forma positiva.

Psst. En Petit Bambou puedes encontrar el programa Pensamiento positivo, que consta de 10 sesiones destinadas a intentar que sientas emociones agradables a diario, que conectes con tu riqueza y te felicites por ser quien eres.