¿Quién no critica a su pareja con sus amigas o su familia? Resulta algo normal y casi natural, pero debemos tener cuidado, pues se puede volver en nuestra contra. “En los momentos de vulnerabilidad, cuando estamos enfadadas, tristes, frustradas o contrariadas, todas podemos necesitar desahogarnos; buscamos a alguien que nos escuche, nos comprenda y apoye, incluso que nos haga sentir que no estamos locas, que tenemos razón, que no somos las malas de la película”, dice Ainoa Espejo, grafóloga y coach de relaciones de Aihop Coaching. A veces, esperamos un consejo, un punto de vista extra que nos ayude a ver eso que se nos escapa o razones para terminar con una relación en pareja. Pero otras veces sólo queremos despacharnos a gusto, sacar todo ese malestar que llevamos dentro para rebajar la tensión y reafirmarnos en nuestra postura.

Cómo gestionar la inseguridad de tu pareja en tu relación, cómo confiar en tu pareja, cómo saber si es el momento de romper una amistad o qué hacer cuando alguien te ignora son algunas de las numerosas razones por las que necesitamos el oído o el consejo ajeno para ayudarnos a entender cómo proceder.

Las consecuencias de hablar demasiado

Como dice Espejo, criticar a nuestra pareja para desahogarnos es algo muy humano, pero puede conllevar algunos problemas.En esa búsqueda de consuelo hablamos desde nuestra visión sesgada del asunto, influyendo en el punto de vista de esa amiga o familiar que nos está escuchando. El dolor nos impide ver con claridad, así que nos quedamos sólo con la parte de información que corrobora ese malestar. Nos fijamos en lo negativo, en lo que nos escuece, poniéndonos de víctimas”, añade. ¿El resultado? Como apunta la coach, “les damos sin querer a nuestros interlocutores una visión injusta, subjetiva e imparcial, dificultando que nos puedan dar un consejo neutro y útil sobre el problema, porque les falta información”. Y claro, generalmente nuestros seres queridos empatizan con nosotros, no quieren que suframos, se preocupan y tienden a ponerse de nuestra parte para protegernos.

“Por eso mismo, sin querer, les contaminamos con nuestras emociones manchando la opinión que tienen sobre la persona en discordia -que a menudo es nuestra pareja- ¡y luego nos sorprendemos si descubrimos que no les agrada! ¿Cómo les va a caer bien, si no ven las cosas buenas de vuestra relación, sólo los conflictos?”, dice la experta de Aihop Coaching.

Otro de los problemas es el mal trago que pasan tus seres queridos, el susto que se llevan si te ven hecha un mar de lágrimas, creyéndose que es más grave el asunto de lo que a lo mejor es, además de sentir frustración de no poder hacer nada por ayudarte.

“Por no hablar de esas veces en las que nos ponemos en bucle una y otra vez a darle vueltas al mismo asunto”, continúa Espejo. “Pedimos mil veces su opinión y, al final, hacemos lo que nos da la gana. Así, terminamos agotando la energía de nuestros amigos, faltándoles al respeto por no tener consideración hacia su tiempo y el esfuerzo que hacen por apoyarnos. Porque sin querer acaparamos el centro de atención, sólo hablamos nosotras. Absorbemos su energía como un vampiro, generando desequilibrios en la relación”. Y lo peor de quedarnos en bucle, según esta experta, es que nos desempoderamos nosotras solitas, por sobreanalizarlo todo sin pasar a la acción.

Este torbellino de pensamientos nos surge porque queremos encontrar la mejor solución y controlar bien los resultados. Así que hasta cierto punto, como dice Espejo, es bueno y natural pensar las cosas. “Pero si vemos que está suponiendo un problema para nosotras o nuestro entorno, deberíamos pedir ayuda profesional”, añade.

No hables de tu pareja
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¿Qué deberíamos guardarnos para nosotras?

“Eso depende de cada persona y del concepto de amistad e intimidad que se tenga”, dice Espejo. “Hay quienes buscan relaciones muy profundas, donde se puedan contar todo, mostrarse tal como son y darse consejos sin filtro las unas a las otras. Y hay personas más reservadas, distantes; o que simplemente conciben la amistad como algo más ligero o libre”, explica la coach, para quien no hay una regla escrita, “pero por lo general, antes de contarle nada a nadie, conviene pensar en la empatía, la reciprocidad y el futuro”.

La experta de Aihop Coaching nos plantea algunas preguntas que pueden ayudarnos a mordernos la lengua antes de criticar sin filtros a nuestra pareja: “Esto que voy a contar, ¿cómo le va a sentar y le va a afectar a quien me escucha? ¿Ella o él también me cuenta cosas tan profundas? ¿Le doy el espacio, la atención y la confianza necesaria para expresarse y le escucho atentamente? Esto que estoy a punto de decir, ¿se puede volver en mi contra en el futuro, me arrepentiré de mis palabras? ¿Confío realmente en esta persona, me ha demostrado que será respetuosa y que no me traicionará? Como dice el proverbio árabe, “eres dueño de tu silencio y esclavo de tus palabras”. Así que mejor tomarse unos segundos para respirar profundamente y pensar antes de abrir la boca.

“También puedes aplicar el Filtro Socrático de la verdad, bondad y utilidad”, dice Espejo. ¿Cómo? Haciéndote estas preguntas: “¿Lo que voy a contar es 100% real? ¿Se lo voy a transmitir de forma objetiva y neutra? ¿Es algo positivo, constructivo, le va a aportar algo significativo a mi interlocutor?" Y por último, ¿es útil esta información? ¿De qué le servirá? ¿Puede hacer algo con ella? Verás que la mayoría de cotilleos no pasan este triple filtro.

“Recuerda que todo lo que transmites al exterior conforma tu marca personal, tu huella, lo que los demás piensan de ti”, explica la coach. “Pero también tu autoconcepto, lo que tú opinas de ti misma. Las palabras pueden ser difíciles de olvidar y tener un gran impacto a tu alrededor -y dentro de ti-. Piensa en qué tipo de persona te gustaría ser, de qué modo quieres que te recuerden, qué sensación quieres transmitir… y analiza qué tipo de comunicación tendría esa persona, qué cosas diría y qué cosas no. ¡Ahí lo tienes!”.

No hables de tu pareja
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¿Incontinencia verbal?

Hay personas que le cuentan su vida a cualquiera, que no son capaces de retener nada... “Si nos cuesta guardar un secreto, una opinión o una crítica, quizás deberíamos replantearnos los peligros que esto entraña”, dice la coach. Cuáles son?

-Genera desconfianza en los demás. Pueden pensar que si hablamos mal de nuestros seres queridos o contamos sus intimidades, también les traicionaremos a ellos en cuanto se den la vuelta.

-Damos la impresión de ser alguien cotilla, juzgona. Incluso demasiado rígidas, negativas, exigentes e imposibles de contentar, porque siempre encontramos algo mal en todo.

-Si el problema es que somos “sincericidas” porque emitimos nuestras opiniones a bocajarro sin filtro alguno, seguramente alejemos y dañemos a los demás. Además es un arma que suele esconder una falta de seguridad personal y de autoestima -aunque parezca todo lo contrario-.

-Si contamos nuestras intimidades sin medida a cualquiera, podemos dar sensación de no estar muy equilibradas y/o de tener pocos seres queridos con quienes desahogarnos. Es algo que puede incomodar, además de ponernos en peligro por dar demasiada información personal.

-Muestras "tu lado débil", das mucha información sobre ti, y puede que la otra persona lo pueda llegar a usar en tu contra, o criticarte por la espalda. Por eso es tan importante no confiar en cualquiera y seleccionar muy bien a tus amistades.

-Además, les estás dando permiso tácito para meterse en tu vida, opinar y decirte lo que tienes que hacer. Y en los casos más extremos -si tu interlocutor es muy entrometido y no respeta bien los límites- puede que incluso pretenda interferir y tomar decisiones, “mover ficha” por ti.

El lado positivo de ser muy comunicativa, como apunta Espejo, es que eres una persona abierta, con ganas de conectar con los demás. "Te abres, te dejas ayudar, muestras tu lado sensible y vulnerable -lo que suele generar ternura y acercamiento en los demás-. Además, les brindas la satisfactoria oportunidad de ser útiles, de ayudarte de algún modo. ¡Pero quizás sea bueno filtrar cuándo, cómo, con quién y sobre qué temas hablas!”, subraya.

No hables de tu pareja
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Criticar entre amigas

“Todas lo hemos hecho alguna vez, pero debemos parar esta dinámica cuanto antes, porque no sólo es una falta de respeto, también es una forma de infidelidad, de falta de compromiso y honor. Por no hablar de la falta de asertividad e inmadurez emocional que supone”, recalca Espejo. Y es que, como dice esta coach, “cuando despotricas contra una amiga, puedes provocar sin darte cuenta una profunda crisis -o incluso una ruptura- en tu grupo de amigos”. “Haces que se fijen en cosas que antes no veían, o que las interpreten más negativamente de lo que lo hacían".

"Se genera mal ambiente, haces ‘mala sangre’ llenándoles de ideas preconcebidas, creando bandos. Quizá nos iría mejor a las mujeres si estuviéramos más unidas, siendo menos duras entre nosotras, sin exigirnos tanto... Si fuéramos más claras y solucionáramos nuestros problemas directamente con la persona en cuestión”. Ni una coma ni un punto que cambiar… Una idea que sin duda se vería reflejada en los mejores libros feministas y sobre el feminismo.

No hables de tu pareja
Emir Memedovski

Esto te ayudará a no contarlo todo

La experta de Aihop Coaching nos da algunas pautas para ser más prudentes a la hora de hablar a los demás mal de nuestra pareja, nuestras amigas u otras personas:

- Escribe libremente tus emociones para exteriorizarlas en intimidad.

- Si vas a llamar a alguien para desahogarte, regula tus emociones antes, no le uses como vertedero emocional.

- Piensa antes qué es lo que buscas realmente: que te escuchen, que te den la razón, que te digan “pobrecita tú, qué malo el otro”, que te abran los ojos y te llenen de valentía para tomar decisiones sin miedo ni incertidumbre, que te apoyen para hacer lo que en verdad ya has decidido hacer, que te digan las frases de madre típicas que piensas necesitas, consejos para una relación estable y feliz... O quizás busques implícitamente el permiso o el beneplácito de los demás, la aprobación ajena. O incluso eludir tu responsabilidad (“lo hago porque la mayoría me han dicho que es lo que harían ellos, así que no puede estar mal”). ¿Realmente necesitas contarlo? ¿Para qué? ¿Qué pasaría si te lo guardas para ti?

¿Cuándo sería recomendable acudir a un experto (coach o psicólogo) para contarle nuestras intimidades en lugar de a nuestras amigas o familia? “Siempre considero positivo tener un buen profesional de confianza con quien contar periódicamente, como apoyo preventivo”, dice la coach de Aiho Coaching. Y es que, como dice esta experta, “el desarrollo personal y el bienestar son trabajos de por vida, continuos”. “Si mantenemos un estado de calma y estamos conectados con nosotros mismos, será más fácil lidiar con los momentos complicados de la vida. Porque es más fácil apagar una hoja ardiendo que esperar a que esté todo el bosque en llamas”. Por eso, también conviene tener a mano libros de salud mental, depresión y ansiedad para formarnos y cuidarnos por dentro, así como ver y leer artículos y reportajes sobre salud mental.

¿Te da pudor contarle tus intimidades a un extraño? “Ten en cuenta que el profesional, si es bueno, será alguien imparcial, no te juzgará y sabrá leer entre líneas -porque las historias siempre tienen diferentes prismas-“, apunta Espejo. “Además, al no formar parte de tu círculo, no le afectará lo que le cuentes. Tus pensamientos u opiniones no van a ‘manchar’ lo que piensa de ti ni de tu entorno, no influirá en cómo te ve o te trata. No tiene opiniones preconcebidas de ti”.

Como continúa Espejo, un buen profesional será alguien que sabrá ayudarte para que tú misma soluciones tus problemas de verdad, sin condescendencia, sin sobreprotegerte. Te explicará la ansiedad como nadie te la había explicado, te mostrará cómo aprender a pensar bonito o cómo ser más feliz. “Te sacará de la ‘parálisis por análisis’ y te ayudará a encontrar la visión clara y neutra que necesitas para avanzar, empleando técnicas profesionales, herramientas útiles. Te dejará llorar y desahogarte tanto como necesites. Te hará sentir a gusto y no tendrás que preocuparte por medir tus palabras, porque te va a aceptar y recoger con cariño”. A nosotras, desde luego, nos ha convencido.

Los problemas de pareja y la solución de los psicólogos vienen de la mano, confía. Encuentra los mejores consejos para superar una ruptura amorosa, darte un tiempo con tu pareja, luchar contra los pensamientos negativos y las opiniones ajenas o consejos para mantener una relación a distancia.