Con el invierno a la vuelta de la esquina, la plataforma de alojamientos Airbnb ha dado a conocer cuáles son los destinos nacionales de moda para la próxima estación. La mayoría de ellos son ciudades de lo más turísticas, como Sevilla, Córdoba, Cáceres, Málaga o Bilbao; otras con una pujanza intermedia entre los visitantes locales y extranjeros, como Vigo, Ávila, Murcia y Guadalajara y, finalmente, una enorme sorpresa.

Porque entre este listado de ciudades deseadas y reservadísimas por los huéspedes españoles de Airbnb ha aparecido un destino del País Vasco completamente inesperado. Lejos de la renovada Bilbao, la señorial Donosti o la verde Gasteiz, entre las ciudades tendencia del invierno aparece Irún, una localidad guipuzcoana fronteriza con Francia.

Tras Donosti, Irún es, tras San Sebastián, de la que dista 20 minutos en coche, la segunda ciudad más poblada de la provincia, con 65.000 habitantes. Vale la pena darse un paseo por su casco antiguo, muy vinculado al Camino de Santiago, y visitar uno de sus monumentos imprescindibles, la ermita de Santa Elena, del siglo XIV, situada a orillas del río Estebenea.

La arquitectura religiosa de Irún tiene otros dos importantes ejemplos: la parroquia de Nuestra Señora de Juncal, datada entre los siglos XVI y XVII, con estilos artísticos muy variados, y la ermita de San Marcial, que se construyó en el siglo XVI para conmemorar la victoria del ejército contra los franceses. A pesar de solo abrirse un día al año (el 30 de junio, festividad local), hay que subir al monte homónimo en el que se erige para contemplar el maravilloso paisaje.

ermita de santa elena irún
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En cuanto a la arquitectura civil, hay tres visitas imprescindibles en Irún. El Palacio de Arbelaiz, una casa solariega de portada barroca donde se alojaron, entre otros reyes, Carlos IV o Felipe V; el Palacio de Urdanibia, de 1612 y de estilo renacentista e imponente y finalmente el Hospital Sancho de Urdanibia, de 1644, en cuya parte trasera se halla la sala de exposiciones Menchu Gal, un punto obligado para los amantes del arte contemporáneo.

Si buscas información sobre la vinculación de Irún al mar, pásate por el Museo Romano Olasso, que toma el nombre del antiguo puerto romano ubicado allí, del que aún se pueden ver algunas huellas. En ese espacio descubrirás todo lo que los romanos hicieron por estas tierras.

bahia de txingudi irun
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Vista aérea de la desembocadura del Bidasoa, en la bahía de Txingudi, cercana a Irún.

Para recorrer el pasado industrial de Irún, nada mejor que acercarse al coto minero de Ingurutzeta, con sus baterías de hornos espectaculares. Desde los tiempos de los romanos, los minerales de Aiako Harria fueron aprovechados por el hombre, pero fue a principios del siglo XX cuando la zona de los montes de Irún tuvo su mayor actividad minera. De las galerías de Meazuri, Meagorri, Aitzondo y Basakaitz se extraía el carbonato de hierro que era calcinado en los hornos de Irugurutzeta con el fin de convertirlo en óxido y aumentar así su ley metálica.

Si buscas disfrutar de la naturaleza, dirígete a la bahía de Txingudi, donde podrás practicar senderismo en un camino de 14 kilómetros desde el Chateau D'Abbadie en Hendaya hasta el Faro de Higer en Hondarribia, bordeando la playa, la bahía, el río, atravesando el Irún romano, las marismas, el Casco medieval de Hondarribia y el puerto hasta llegar a playa. Dentro de la bahía se halla el Parque Ecológico Plaiaundi, con gran valor ecológico y punto de paso para aves migratorias.

¿Te parecen pocos atractivos para viajar este invierno?