Las señales de que la cosa se está poniendo fea son bastante evidentes. No tienes ilusión, no sientes las mariposas en el estómago del principio, no te apetece pasar tiempo con tu pareja o te da igual lo que le suceda. Todo esto provoca un malestar y de ahí una crisis de pareja que te lleve a decidir que es el momento de poner fin a la relación.

Aunque solemos pensar que quien 'es dejado' lo lleva peor que el que 'deja', la realidad no siempre es así, según la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen. Si eres una persona responsable y con cierta empatía, al dejar al otro hemos de ser conscientes de que podemos hacerle daño, sobre todo si llevamos mucho tiempo con la parejas y/o tenemos familia en común. Y también empezar un proceso de duelo, de pérdida, porque vamos a dejar atrás a alguien a quien hemos amado.

Asimismo, el camino hasta tomar la decisión de la ruptura puede afectarnos negativamente. Cuando empiezas a sentir que algo no va bien empezarán las dudas (¿por qué me pasa esto?) y tendrás que valorar los pros y los contras de la relación. Si estás bloqueada, hay que apelar a la sinceridad, tal y como explica la experta:

"Hay que escuchar y poner nombre a las emociones que estamos teniendo, así como comprender que creencias hay detrás de las mismas, para poder entender cuáles son nuestros pensamientos, nuestros deseos y poder actuar en consecuencia, trabajando previamente los frenos o miedos que puedan estar de base".

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Consejos para que la ruptura sea menos dolorosa

Si, desde el principio del proceso de ruptura, eres sincera, será más fácil la aceptación de la situación por ambas partes y la posibilidad de quedar como amigos en el futuro, a pesar del dolor inicial que se provoque. Afrontar lo que sucede es, pues, la mejor manera de respetarse a sí mismo y también al otro. Si la ruptura, por el contrario, se ve envuelta en engaños y manipulaciones, retrasa el afrontamiento y, aunque mitiga el dolor inicial, dificulta las relaciones a medio y largo plazo.

La experta ofrece, además, estos consejos:

•Ser honestos y claros en el mensaje.

•Entender que la otra persona necesita tiempo para asimilar el cambio, por lo que es probable que busque explicaciones a lo sucedido. Si las hay, será saludable que las conozca. Es el primer paso para la aceptación y, en el caso de que el motivo tenga que ver con que ya no se quiere a esa persona para continuar el proyecto de vida, explicárselo, con cariño pero con firmeza.

•Disminuir el contacto en la medida de lo posibles hasta que ambos hayan aceptado la situación. Acordar bien los contactos tras las separación, y revisarlos para que ambos puedan aceptar y procesar la ruptura.

•Aunque tengamos dudas, tras la ruptura, no trasladarlas a la expareja, si no tenemos claro que queremos volver.

•Permitirnos sentir la tristeza y la pena de la ruptura y las pérdidas asociadas a la misma.

•No olvidar nuestro autocuidado. Siempre es positivo continuar con el ocio, las relaciones sociales y todo lo que nos produzca bienestar.