¿Te atreves con un trío?
Las relaciones a tres bandas están dejando de ser una mera fantasía erótica para convertirse en una opción más de pareja. Sin llegar a tanto, tal vez sea el momento de plantearse si se trata de algo que puede reactivar tu relación de forma esporádica. ¿Sí? ¿No sabes? ¿Jamás? Tal vez este artículo te haga cambiar de opinión…
De la fantasía a la realidad
El trío es una de las fantasías más recurrentes entre los hombres y más común de lo que piensas entre las mujeres. Pero, si ya es complicado hacerlo realidad por las implicaciones emocionales que puede suponer, ¿realmente se puede plantear como forma de relación estable? De la noche de pasión loca la convivencia a tres bandas hay un gran trecho. La poligamia está permitida en el mundo árabe, pero ¿y si tú también pudieras tener dos maridos? Más personas de las que están dispuestas a reconocerlo mantienen esta forma de relación. Un de las pocas en hablar abiertamente de ello fue Concha Buika en 2006 en una entrevista concedida a El País, en la que contaba que durante dos años había vivido feliz con el padre de su hijo y otra mujer.
¿Se debe legalizar?
Como decía abiertamente Buika, “un matrimonio de tres es lo más cómodo, coherente y emocionalmente divertido que he encontrado”. Y otras muchas personas deben pensar lo mismo cuando se está reclamando la legalidad de dicha situación. Brasil ha sido el país pionero respecto al tema, donde este año se ha hecho realidad la primera unión legal entre dos mujeres y un hombre como una “unión poliafectiva estable”, como puedes ver en el artículo “Tres ya no son multitud” del número de Elle de diciembre. ¿Cuestión de apertura mental? ¿Obligación para alguno de los miembros del trío? ¿Valentía? ¿Locura y libertinaje? Nuestra opinión es que cada cual es libre de vivir su sexualidad y su vida como quiera sin ser juzgado por los demás.
Cambio de modelo familiar
Claudia do Nascimiento, la notaria y abogada que casó al trío, una cajera, una auxiliar administrativa y un arquitecto que llevaban conviviendo tres años, afirma que el concepto de familia ha cambiado y la sociedad tiene que adaptarse. Este “trío de hecho” ha abierto un debate que ya se está extendiendo a otros países. En opinión de esta notaria, quienes critican las relaciones poliafectivas sexualizan la cuestión centrándose solamente en quién tiene relaciones con quién. Pero las relaciones a tres bandas son mucho más: el trío se Sao Paulo ha firmado un acuerdo en el que se les reconoce como familia y se establecen los derechos y deberes de convivencia.
Recurrente en la literatura
La literatura erótica está plagada de tríos, como el que describe la precoz y polémica Melissa Panarello en “Tres”, un libro en el que cuenta la historia amorosa de dos hombres y una mujer. Porque, si te decidieras a hacer un trío ¿qué preferirías?, ¿dos hombres o compartir a tu pareja con otra mujer? Si te estás planteando la cuestión más allá de una simple noche loca, te recomendamos leer el libro de Melissa, en el que las cosas se complican con la llegada de un bebé.
De la armonía a los celos
Más allá de sus libros, la propia Melissa Panarello vivió una relación de tres con otros dos hombres, asentada sobre el respecto y la aceptación de la diversidad. Pero la armonía duró sólo tres meses, hasta que apareció el fantasma de los celos, la exclusividad, el sentimiento de posesión. Efectivamente, este es el mayor inconveniente a la hora de plantearse un trío estable, ya que cuando nos enamoramos de alguien queremos todo de esa persona menos compartirla con otros. Pasado el tiempo, cuando la pasión se calma, uno de los dos podría enamorarse de otra persona pero no querer excluir a la primera, lo que plantea una difícil situación. Resulta complicado imaginar una relación de tres sin que nadie sufra por ello, sobre todo porque alguno de los miembros haya aceptado solamente por no ser abandonado. Si este es el caso que se te plantea, te recomendamos no entrar en este peligroso triángulo.
¿Noche loca?
La forma menos complicada de vivir un trío es, desde luego, de forma esporádica y con desconocidos. O como un juego con tu pareja en el que admitáis a un tercero solamente durante una noche. Y aún así, nuestra recomendación es que también sea con un desconocido/a para evitar los celos e implicaciones emocionales. Si ya lleváis mucho tiempo en pareja, puede ser una forma de reactivar vuestra vida sexual. Pero no te recomendamos hacerlo si es solamente para satisfacerle a él o por miedo a perderle.
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