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¿Qué es la ley del hielo? ¿Se puede considerar un comportamiento tóxico? ¿Qué pasa a nivel psicológico si empezamos a ignorar a una persona? ¿Por qué hay personas que aplican esta técnica? ¿En qué ocasiones se suele usar? Hablamos de todas aquellas personas que, conscientemente, te ignoran y que son incapaces de hablar contigo, mantener una relación sana y comunicarse.
Está claro que este tipo de comportamientos son muy dolorosos para las personas que lo sufren. La incomprensión por la situación que atraviesas es lógica, y el dolor de que alguien responda con su silencio a tus acercamientos, ya sea un conocido, amigo, pareja a familiar, es perfectamente comprensible.
La psicóloga Lola Valeri de Mundopsicologos.com nos explica cuáles son las consecuencias de la ley del hielo, nos aconseja técnicas para defendernos de estas conductas tóxicas y dañinas y nos enseña cómo responder a este comportamiento.
¿Qué es la ley del hielo?
“La ley del hielo implica una serie de conductas cuyo objetivo es ignorar a una persona manteniéndola apartada y alejada de cualquier tipo de comunicación. Se puede considerar una demanda de atención que hace la persona que aplica esta conducta hacia la persona que lo recibe. La causa radica en que la persona que desarrolla la ley del hielo se siente incómoda y no sabe cómo lidiar con este malestar”, explica Valeri.
Como subraya la experta de Mundopsicologos.com, se trata de un comportamiento totalmente tóxico y dañino para ambas partes:
- “Para la persona que desarrolla la ley del hielo, por provocar una desconexión forzada y por volver al patrón del autosaboteo hacia a sí misma con fracasos continuos en las relaciones
- Para la que lo recibe porque pueden activar sentimientos de inseguridad por no entender lo que ocurre, autoestima por no sentirse digna de su amistad y sentimientos de culpa por temer haber dañado los sentimientos de alguien », explica la psicóloga.
Hay que distinguir los comportamientos que forman parte de la ley del hielo, cuando voluntariamente se ignora la comunicación con la otra persona, de los momentos en los que preferimos guardar silencio para no caer en abscesos de ira, por ejemplo, tras una pelea. A veces el silencio sí ayuda en la comunicación, cuando nos damos cuenta de que discutiendo no llegamos a ninguna parte o cuando necesitamos calmarnos porque estamos tan enfadados que, si hablamos, vamos a estropearlo todo.
En cualquier caso, este trato silencioso es una forma de abuso y puede tener todo tipo de consecuencias emocionales, psicológicas y físicas. Es abusiva porque la persona que lo ejerce intenta controlar el comportamiento de otra persona con el silencio, porque no duda en manipular las emociones del otro (incluso en machacar su autoestima y validación), porque puede provocar aislamiento y depresión en la víctima y porque los estudios científicos han mostrado que, quien lo padece, no solo sufre psicológicamente sino que también experimenta dolor físico, además de problemas de salud como cambios de peso, aumento de la presión arterial y trastornos del sueño.
¿Por qué duele tanto que nos ignoren?
Está claro que todos tenemos miedo a que nos ignoren porque pensamos que es una forma de exclusión social, de que nuestra opinión no cuente, que la comunicación no sirva para nada o que no le importemos a nadie. Ante la pregunta: ¿prefieres discutir o que te ignoren? prácticamente todos elegiríamos la primera opción, pero... ¿por qué?
Un motivo es porque si nos ignoran, comenzamos a sentir dudas de autoestima. Si alguien nos ignora, es posible que pasemos a pensar qué hemos hecho mal para ello. Es un desgaste mental de órdago evaluar qué palabras, hechos o gestos han podido molestar al otro, pero el problema es que si vamos encontrando algunos nos veremos abrumados por una lista de cualidades negativas (haberse olvidado de una fecha, no escuchar al otro ante una conversación importante, etc) que seguro harán que se derrumbe la autoestima.
¿Qué pasa a nivel psicológico si ignoramos a una persona?
El rechazo, como apunta la psicóloga, es uno de los miedos más poderosos que experimentamos los seres humanos y tenemos que remontarnos a miles de años para comprenderlo. Como nos explica esta experta, “los hombres primitivos vivían en tribus para mantenerse con vida, pero si por cualquier circunstancia eran expulsados del grupo sus posibilidades de supervivencia eran muy escasas y aunque parezca extraño nuestro cerebro continúa siendo prehistórico y cree que si somos rechazados podemos morir, por lo que desencadenará un enorme malestar”.
Como añade la experta, “la neurociencia ha observado cómo este comportamiento activa diferentes áreas del cerebro, como la corteza cingulada anterior; esta estructura cerebral es la responsable del dolor físico, por lo que la persona que recibe este tratamiento puede experimentar una sensación parecida al dolor físico”.
¿Por qué hay personas que aplican esta técnica?
“Hay personas que se sienten incómodas por diferentes motivos y no saben cómo lidiar con este malestar.”, dice Valeri. Así, este comportamiento sería una manera de expresar lo que sienten, pero lo que consiguen es proyectar un gran sentimiento de culpa en quien lo recibe. “Lo que persiguen con esta conducta es descargarse de su propia culpa; como saben que lo que hacen no es inofensivo, llenan su comportamiento de justificación”, añade la psicóloga.
Este comportamiento, como apunta la experta, se puede observar en cualquier tipo de relación de pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo, compañeros de escuela, instituto... “El objetivo es apartar a la persona a quien se aplica la 'ley del hielo', aislarla y cerrarle todo tipo de comunicación para que la presión la desajuste y acabe satisfaciendo los intereses y necesidades de quien proyecta este comportamiento”, declara Lola Valeri.
¿Podrían tener un motivo real para ignorarme?
Si haces un ejercicio de introspección y te das cuenta de que podría haber alguna razón real para que te apliquen la ley del hielo, también será el momento de hacer tu propio 'examen de conciencia'. Mira a ver si puede venir de alguno de estos motivos:
1) No escuchas a los demás. Quizás tus amigos te han dicho que no sabes escuchar, pero sigues sin hacerlo; solo sabes hablar de ti mismo. Obsérvate cada vez que hables con un amigo y presta atención a si la conversación siempre tiende a dirigirse hacia ti. Si es así, ¡es hora de mejorar tu capacidad de escucha! Esto es muy importante para construir amistades y relaciones.
2) Necesitas muchas cosas. Si todo el rato estás pidiendo ayuda, acabarán 'pasando de ti'. No es lo mismo pedir que te echen un cable de vez en cuando que ser hiperdependiente de tus amigos. Podría ser agotador para ellos estar pendiente de ti todo el rato, relájate un poco y da un respiro a las personas que te rodean.
3) Los problemas nunca son culpa tuya. ¿Eres de las que siempre tienes excusa para todo? ¿No sabes disculparte? Quizás los demás te ignoran porque están hartos de que nunca asumas los problemas. Tu orgullo y tu ego no te van a llevar a ninguna parte. De hecho, arruinan amistades más a menudo de lo que esperas.
¿Cuáles son las consecuencias de que te ignoren?
Como nos cuenta la experta de Mundopsicólogos, las consecuencias de la 'ley del hielo’ para quien la sufre pueden ser muchas:
- Es un foco muy estresante para la persona que recibe el rechazo. En casos prolongados pueden aparecer reacciones más físicas como ansiedad e insomnio.
- La ley del hielo mantenida puede desarrollar un miedo al rechazo patológico, con crisis de desesperación en la persona que lo recibe.
- Los sentimientos de culpa, inseguridad y autoestima dañada son síntomas muy comunes para las personas que son víctimas de este trato.
- La soledad, desconexión y en casos prolongados la depresión, están relacionados con el maltrato psicológico.
- Este tipo de trato activa en la persona que lo recibe la corteza cingulada anterior, responsable del dolor físico, por lo que se pueden experimentar sensaciones parecidas al dolor físico.
Técnicas para defenderse de que alguien te ignore conscientemente y aprender a responder
“Nadie es rechazado a menos que uno se sienta rechazado, por lo que si no te sientes apartado, nunca te podrán apartar”, dice Valeri. Según esta psicóloga es importante preguntarse: ¿Cómo me siento al lado de esta persona?, ¿me siento estúpido?, ¿me siento querido?, ¿me siento cuidado?
“Si la respuesta es ‘me siento ninguneado y para nada querido’, lo mejor es no preocuparte demasiado y buscar el amor de alguien que te merezca”. Como recalca la psicóloga, “el amor está en todas partes, lo importante es que te ames y te sientas digna de amor, porque si te sientes digna de amor encontrarás el amor”. Y, como añade, “cada uno tiene que satisfacer sus propias necesidades, no es justo esperar que los demás sean adivinos y solucionen todas tus demandas, pero lo que es inaceptable es descargar tu decepción con este tipo de comportamiento”.
Si lo que deseas es llegar a un acuerdo y necesitas hablar con esta persona para averiguar lo que ocurre y llegar a un entendimiento, según la experta “puedes utilizar la comunicación no violenta, una forma de expresar tus emociones y necesidades de forma honesta; céntrate en las sensaciones, nunca en las valoraciones”. Estos con los consejos que nos da Lola Valeri si somos víctimas de ‘la ley del hielo’:
- Observar, no interpretar: Cuando veo que…, cuando me dices…, cuando haces…
- Necesidades. Describir la necesidad no cubierta.
- Pasar del tú (que tiene una connotación autoritaria) al yo, donde uno valida sus propios sentimientos. De esta manera, no utilizas los reproches: “Necesito saber que… Lo que me hace falta es que…”.
- Peticiones. Buscar un acuerdo. Las peticiones son muy interesantes porque proponen situaciones para crear cambios pero sin olvidar las necesidades: “Me gustaría pedirte…”.
- Sentimientos, lo que sentimos. Es un mensaje a partir del yo sin reproches: “Me da la impresión que… Me siento…”.
¿Y si soy yo el que ignoro?
Si practicas frecuentemente la Ley del Hielo con los demás, lo primero que tienes que tener en cuenta es que estás tratando con seres humanos que tienen emociones y sentimientos, por lo que es posible que les hieras con tu comportamiento. Se trata, básicamente, de tener un poco de cortesía.
Si ignoras a una persona porque no te gusta tener que decir que no, date cuenta de que el silencio puede en realidad herir más a esa persona, ya que se quedará esperando, colgando indefinidamente: esto aplica para los mails que no se contestan, las llamadas que no se contestan o las conversaciones que la otra persona te pide pero constantemente demoras.
