Autoestima: cómo afecta en la relación de pareja

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¿Por qué es tan importante tener una buena autoestima cuando empezamos una relación de pareja? Como explica Ainoa Espejo, grafóloga y coach de relaciones, “cada uno tenemos una idea inconsciente de cuánto amor creemos merecer, y eso es lo que aceptamos”. Según la experta, esta idea se construye en gran medida según cómo nos trataron cuando éramos pequeños, y en base a la forma de relacionarse que vimos en nuestros adultos de confianza, lo que aprendimos en casa. Si te paras a pensarlo, puede que encuentres el origen de tu baja autoestima y de muchos de tus problemas de pareja en tu infancia.

Esto, como continúa, Espejo, afecta directamente a nuestra autoestima, “porque es difícil saber amarse a uno mismo si no te han querido ni te han tratado bien antes (sobre todo en la infancia)”. “Si tenemos un sentimiento de carencia en cuanto a la cantidad de amor que creemos posible recibir, seguramente ésta sea la base sobre la que asentemos nuestras relaciones, y nos acabemos conformando con quienes nos den migajas afectivas”, añade. Aprender a cuidar de tu niña interior puede ayudarte mucho a mejorar tu autoestima.

Según Espejo, puede que incluso rechacemos a quienes nos tratan demasiado bien (“con excusas como ‘es aburrido, a mí me gusta que las relaciones tengan vidilla’ -o sea, drama y conflictos-) o, en casos más extremos, que acabemos tratándoles mal a ellos, como forma de proyectar ese malestar interior propio”. Como dice el monje budista Thich Nhat Hanh ,"Tu capacidad de amar a otra persona dependiente completamente de tu capacidad para amarte a ti mismo". Aquí tienes 10 pasos para tratarte mejor a ti misma.

“Si hemos crecido en una familia en la que no había respeto, cariño, compromiso, estabilidad, buena comunicación, etc. tendremos que trabajar más a fondo tanto nuestro amor personal como las creencias y patrones nocivos sobre los que seguramente se asienten nuestras bases afectivas relacionales”. Esto, como subraya Espejo, “significa, afortunadamente, que tener un pasado duro no te condena a una vida de infelicidad, pero tendrás que enfocarte en reprogramarte y aprender cimientos más saludables sobre los que construir tu vida”.

Como recalca la coach, “tener una autoestima sana y una buena dosis de confianza personal son fundamentales para vivir felices y en paz, nos protegerán de las relaciones tóxicas, de atraer a personas tóxicas o dañinas, de idealizar a los demás y de conformarnos por miedo a la soledad”. “Además, nos ayudarán a ser capaces de mostrarnos auténticos y vulnerables en nuestras relaciones, pudiendo alcanzar vínculos profundos y genuinos”, añade.

El peligro de la baja autoestima en pareja

¿En qué puede perjudicar a la relación que uno de los dos no tenga bien la autoestima? Como dice Maxwell Maltz, “la baja autoestima es como conducir por la vida con un pie en el freno”. Como añade Espejo, “una persona sin amor propio está llena de creencias limitantes de todo tipo (‘no valgo, no soy capaz, soy feo/a, nadie me va a querer, no me puedo abrir porque me van a hacer daño, soy inferior a los demás, hay algo malo en mí y si lo descubren me abandonarán...’)”. ¿Sabes qué es la la manifestación y cómo puede ayudarte a superar tus creencias limitantes?

Estas ideas irracionales, según la coach, nos hacen sufrir y mantenernos en constante autoanálisis y tensión. “La gran inseguridad que siente quien tiene poca autoestima seguramente le lleve a querer tener el control de todo lo que pasa (¿sabes si eres una persona controladora?. Según el carácter de la persona (y más si carga con heridas emocionales -como la de abandono, traición o injusticia- o tiene un estilo de apego ansioso o desorganizado), puede fomentar que esté permanentemente a la defensiva, que sienta celos y desconfianza; provocando discusiones continuas, hostilidad y tiranteces en la pareja”, apunta.

O bien, como continúa Espejo, “en personalidades más sumisas y adaptativas se amolda demasiado y acaba siendo un calco de su pareja, alguien incapaz de tomar decisiones y de ser asertivo (por miedo a equivocarse, a incomodar, o ser ‘difícil de querer’ si defiende su opinión o necesidades)”. Al final, como apunta la experta, en estos casos “es posible que se produzca una profecía autocumplida (de tanto dudar, al final la persona termina desgastando la relación y produciendo el desenlace que tanto deseaba evitar)”.

Otros peligros de la baja autoestima, como nos cuenta la coach son: “Acabar resultando poco atractivo para la pareja, apoyarse demasiado en el otro (aquí tienes los rasgos de las personas dependientes) para sentirse seguro y amado (desgastando el vínculo y poniendo en sus manos una responsabilidad que sólo le corresponde a uno mismo), o incluso caer en manos de un narcisista que se aproveche del escaso amor propio de su pareja, pudiéndole convertir en alguien más herido e inseguro aún”

Signos qué te harán detectar que tenéis un problema de autoestima

¿No estás segura de si lo que os pasa tiene que ver con la baja autoestima de alguno de los dos? Como apunta la coach, “cada persona es un mundo y la baja autoestima puede dar la cara de diferentes maneras, pero algunas de ellas pueden ser (además de lo dicho anteriormente):

Miedo a que no te quiera si te muestras tal como eres (por eso le complaces en todo, o bien te comportas de forma huidiza, o te esfuerzas sobremanera para dar una buena imagen, ocultando tus inseguridades).
Pensamientos auto-descalificadores, tipo: ‘¿Qué habrá visto en mi?’. ‘¿Se está conformando con tal de no estar solo?’. ‘Qué suerte tengo de que me haya elegido’. ‘No soy interesante, ni suficientemente guapa, inteligente, capaz…’.
Comparación excesiva, envidia, sentirte inferior a los demás, celos, miedo a que encuentre a otra persona mejor.
Control, vigilancia, dudas constantes, necesidad de certezas, ponerle a prueba o necesitar refuerzo constante (que te diga que te quiere, que todo está bien).
Miedo a quedarte sola si te deja o a no encontrar a nadie más que te ame. ¿DE verdad estás enamorada?
Creer que tú le quieres y le necesitas más que él o ella a ti (sentimiento de carencia, de necesidad e inferioridad).
Sobre-esfuerzo constante para que la relación vaya perfecta (sorpresas, viajes, detalles, mantener la pasión por las nubes, evitar conflictos,...), con tal de no perderle haces lo que haga falta.
Problemas sexuales (evitar mostrarte desnuda, ocultarte, apagar la luz, sentimientos de culpa, ocultar tus deseos por miedo al rechazo...).
Sentirte inferior a tu pareja, dándole un gran poder sobre ti sin darte cuenta.
Creer que sólo estás completa si estás con alguien (desplazas en el otro tu valor personal), estableces la relación desde la carencia, la necesidad.
Puede que te obsesiones con la persona, que te hagas adicta a su atención o cariño (alimentando la idea de amor romántico tóxico). Estas 10 claves te ayudarán a ifentificar una relación de pareja tóxica.
Tu amor propio y seguridad personal fluctúan según las circunstancias, cómo te traten los demás, tus logros, tu aspecto físico, o lo que te suceda”.

Qué hacer si eres tú la que sufre de baja autoestima

La coach nos da estas claves y consejos si el problema lo tenemos nosotras:

Lo primero de todo, como subraya Espejo, es identificar y aceptar lo que te está pasando. Es el paso más doloroso, pero imprescindible para poder mejorar.
Deja fuera la culpabilidad y el drama, vamos a enfocarlo de forma constructiva. Es verdad que duele mucho reconocer que te has estado menospreciando toda la vida. Pero esto te permite darte cuenta de que todo parte de ti, que tú tienes el poder de cambiar esta situación, no necesitas nada más. La pareja sólo nos hace de espejo, permitiéndonos ver fácilmente lo que hay que mejorar.
Profundiza en el origen, de dónde vienen esas creencias saboteadoras, los pensamientos autodestructivos. No con la intención de culpabilizar a nadie ni sentirte víctima, sino para comprender y poder librarte de esos condicionamientos y patrones adquiridos (que si no limpias, volverán a surgir al poco tiempo).
Observa a tu alrededor, ¡cuida que no haya nadie tóxico que esté minando tu amor propio y seguridad!
Conócete, mírate por dentro, descubre quién eres, estate en conexión contigo. Cuida mucho tu diálogo interno, lo que te dices acerca de ti misma.
Sé consciente de tus limitaciones y defectos, sin machacarte con ellos. Esa es la sana autoestima: aceptarte y quererte tal cual eres, incondicionalmente.
“Lo que crees, creas”. Elige qué nueva historia quieres contarte acerca de ti misma. Coge tu libreta y respóndete: “¿Qué tipo de persona quiero ser? ¿Cómo quiero tratarme a partir de ahora? ¿Cómo quiero ser tratada? ¿Qué tipo de relaciones quiero construir? ¿Qué límites no voy a permitir que traspasen -ni lo haré yo-? ¿Cuáles son mis valores? ¿Qué virtudes tengo? ¿Qué logros he conseguido en mi vida? ¿Cómo soy -o puedo ser- en mi mejor versión? ¿Por qué razón no se me va a poder querer? ¿Qué puedo hacer para convertirme en alguien más amoroso?”
Recuerda que eres digna de amor y respeto por el mero hecho de existir.
Confía en tu neuroplasticidad. Tu cerebro es una máquina increíble, está en continua transformación. Puedes aprender nuevos hábitos y eliminar los dañinos. Quererte, valorarte y tratarte bien es un conjunto de micro-decisiones cotidianas (que puedes terminar automatizando).
Perdónate por haberte hecho daño y ten paciencia, estás en un proceso.
Perdona también a quienes no supieron tratarte con amor y cariño. Hicieron lo mejor que supieron y pudieron (seguramente ellos fueron tratados igual).
Aprende a estar sola, que puedas llegar a decir “estoy tan bien sin ti, que puedo estar contigo”. Cuando te sientes completa por ti misma, no te falta nada, y desde ese equilibrio puedes empezar una relación saludable y armoniosa con otra persona.
Si quieres lograr una autoestima sana y estable, busca ayuda profesional. Hay muchas terapias y sistemas. El coaching es una buena opción para empoderarte conectando con tus fortalezas y tu autoconocimiento.

Andy McDowell y Hugh Grant

¿Cómo ayudar a tu pareja si el problema lo tiene él?

Como dice Espejo, “puedes compartirle este artículo para que sea él/ella mismo/a quien reconozca que tiene esta área de mejora y vea cómo le va a beneficiar (a él personalmente y a la propia relación)”.

Como añade la coach, “también le ayudas tratándolo con cariño, paciencia y comprensión (siempre que esto sea mutuo y no proyecte en ti sus frustraciones)”. “Pero -por más que le quieras-, evita responsabilizarte de sus asuntos, recuerda que no eres su madre ni su terapeuta. Cuídate mucho y protégete. Porque el problema a veces no es tanto la baja autoestima en sí, sino cómo se relaciona él con esta faceta suya”, dice Espejo.

Como subraya esta coach, “si tu pareja no hace nada por avanzar, se victimiza, culpa a todos -y a ti- de sus problemas, tiene una actitud infantil tóxica y dañina; te manipula (¿sabes cómo reconocer a un manipulador emocional?), se escuda en sus problemas para conseguir lo que quiere siempre, te trata mal, con agresividad, falta de empatía, actitud egocéntrica... entonces quizá te vendría bien valorar si te conviene poner fin a esta relación”.

¿Y si es tu pareja precisamente quien te baja la autoestima?

¿Qué señales te harán darte cuenta? ¿Tal vez sea mejor alejarte de él? Como apunta Ainoa Espejo, “hay ciertos límites que no debemos permitir que nos pisoteen (y más aún si ya de por sí tienes tocada la autoestima)”. Así que, esta experta nos recomienda tener mucho cuidado si:

Te critica y/o te corrige constantemente.
Pretende llevar las riendas de tu vida. Consigue que busques su continua aprobación o tutela (es un igual, ¡no es tu padre!)
Te descalifica (en privado y puede que en público también) con comentarios despectivos, ridiculizándote con bromas hirientes, indirectas, comparaciones crueles...
¡Mucho cuidado si además lo hace utilizando información sensible tuya que le hayas compartido en secreto!
Destruye tus sueños y esperanzas futuras, haciéndote creer que está fuera de tu alcance y que eres ridícula por planteártelo.
Te hace sentir de menos, absurda, pequeñita. Le temes.

Para cambiar esta situación, como recalca la coach, no tienes que aguantarte ni tampoco confrontarte con él (peleando, gritando, exigiendo). “Es cuestión de ser asertiva y contundente, marcar límites, aprender a decir no, comunicarte firmemente y dejar de consentir lo que no te hace bien. Y, por supuesto puedes pedir ayuda, e incluso dejar esta relación sin necesidad de tener más motivos (¿te parecen pocos?)”, apunta la experta.

¿Aún tienes dudas? Espejo nos invita a hacernos las siguientes preguntas: “¿Cómo era yo antes de empezar esta relación? ¿Me siento bien a su lado la mayoría del tiempo? ¿Me estoy convirtiendo en una mejor persona o en una versión peor de mí misma? ¿Esto me funciona?”.

“Recuerda que una pareja debería ser un lugar seguro, alguien con quien sentirte a salvo, respetada y querida. Alguien que te sume, no que te reste. O aportas, o aparta”. Concluye Espejo. Por si tienes dudas, así son las parejas sanas y felices.