Pocas personas hay en España fichadas por la NBA y que ostentan un anillo G-League, la segunda división de la liga de baloncesto norteamericana. Lorena Torres (Ibiza, 1981) puede presumir de ambas cosas. Su madre le cuenta que, desde muy pequeña, estaba claro que lo suyo era el deporte. Con cuatro años ya iba a gimnasia. Luego pasó a la natación sincronizada que «estimuló mi parte creativa y valores muy asociados al deporte, como la disciplina, el espíritu de sacrificio y el compromiso». Con ella, además, descubrió el deporte de élite y se quedó fascinada para siempre.

Sin embargo, y pese a que formó parte de la generación de Gemma Mengual, a los 19 años se retiró. «Me di cuenta de que yo era buena, pero no era top y preferí priorizar mis estudios», resume. No estaba destinada a ser deportista profesional, sino a convertirse en la encargada de darles alas a los y las deportistas. De lograr, a través de la atención personalizada y tecnológica más avanzada, desarrollar su rendimiento hasta límites insospechados.

Ya lo ha hecho con campeones como Joel Embiid, Ona Carbonell o Pau Gasol. Y lo sigue haciendo como coordinadora de rendimiento de la Federación Española de Baloncesto y como directora de rendimiento en la agencia You First. Su labor, básicamente, consiste en aplicar sus conocimientos científicos, tecnológicos y de Big Data para, de una forma individualizada, alcanzar nuevos límites. «Mi afán es pensar de forma diferente y buscar las estrategias para seguir superando los límites del potencial humano, para ir por delante», admite. No ha sido un camino fácil porque se trata de una disciplina poco conocida, pero desde luego su nombre ya resuena con éxito en ella.

«Me dijeron claramente que siendo mujer iba a ser muy difícil que llegara a los primeros equipos»

El techo de cristal

Primero probó suerte en nuestro país. Tras acabar la carrera, dos másters y estar a punto de terminar su doctorado, Torres entró en uno de los clubes españoles más importantes del mundo, pero se dio de bruces con un techo de cristal. En pleno siglo XXI, comprendió que, simplemente por su sexo, no sería promocionada. «Disfruté mucho trabajando allí, en la cantera del baloncesto, pero quería evolucionar y entendí que allí no iba a poder. Me dijeron claramente que siendo mujer iba a ser muy difícil que llegara a los primeros equipos», explica. Tras meditarlo, decidió no continuar.

No se equivocaba, en poco tiempo recibió una llamada de la NBA. Por eso, remarca que «en Estados Unidos trabajan más la igualdad y la inclusión y dan más oportunidades que lo que veo en el deporte profesional masculino español. Creo que estaría bien garantizar que se dieran esas oportunidades a gente en situación desfavorecida. Y en sectores como el deporte profesional, la mujer está desfavorecida». Por eso, no duda en suspender en igualdad al deporte de élite masculino, «sólo hay que ver los banquillos y las juntas directivas».

La ventaja tecnológica

Otra diferencia que encuentra es que «aquí no se utiliza la tecnología que se está utilizando en Estados Unidos». Como razones, apunta que quizá sea por un tema económico, no por falta de interés. «En Estados Unidos las ligas son súper rentables, el deporte da mucho dinero y aquí a veces es deficitario. Pero la verdad es que esa tecnología ayuda que haya más espectáculo y a aumentar los beneficios. Hay que verla como una inversión, en vez de como un coste», sugiere.

Tras brillar en la NBA, volvió a España de la mano de Sergio Scariolo, el seleccionador de baloncesto de España, que conocía su trabajo. «Mi papel en la selección es introducir información y tecnología de forma objetiva, para que quienes toman decisiones puedan tener todos los datos posibles», explica Torres, mientras que en la agencia You First «consiste en sacar todo lo que pueda ayudar al deportista a rendir más y mejor, durante más tiempo». Para lograrlo, utiliza ciencia y tecnología de vanguardia.

«El futuro va hacia una tecnología muy pequeña o invisible, en accesorios y prendas, lo que llaman wearables. También hay un boom del reconocimiento facial con Inteligencia Artificial, eso va a permitir saber muchas cosas de una persona. Habrá un auge de la biotecnología y la bioinformación para analizar sistemas complejos de patrones de comportamiento», dice, « aplicado al deporte, puede dar una ventaja competitiva crucial y mejorar al propio atleta. Creo que vamos a ver batirse grandes récords».

Pero sabe que el camino es largo. «Mi mayor reto es que los deportistas y las entidades sigan viendo el potencial que tiene dedicar importancia a todos esos aspectos que tienen margen de mejora, como los planes individualizados, la nutrición, la suplementación, la preparación mental, la innovación y el descanso, que es fundamental, es el pilar de la recuperación», apunta.

Afán de superación

Ese afán de superación considera que es algo que todos podemos aplicar en nuestra vida. «Sólo necesitas tener claro qué quieres conseguir, tu propósito o motivación. Una vez tienes definido eso, establece objetivos más pequeños, genera hábitos para lograrlos y sé fiel a esa combinación de valores y hábitos. Refuérzate cuando haces las cosas bien y no te castigues si no lo logras, porque el fallo forma parte del aprendizaje. Nunca lo olvides, todo suma», recomienda. También reconoce ser de las que celebran a lo grande las victorias. «Hay quien dice que hay que mantener el mayor equilibrio posible. Yo creo que hay que aprender a gestionar racionalmente las derrotas, reflexionar y aprender. Pero también dejar que te inunden las emociones positivas cuando ganas porque es muy difícil lograrlo, hay mucho esfuerzo detrás», analiza.

En su trabajo, se relaciona con deportistas de todos los sexos y aunque asegura que «la concentración, la disciplina y el esfuerzo son los mismos», reconoce que «las formas de hablar, las bromas, son diferentes. No es negativo, simplemente distinto», dice, y recalca que ella no suele estar en los vestuarios masculinos. «Muchas veces lo veo escrito, como si fuera algo destacable, pero es una metáfora. Sí, las mujeres pueden trabajar con equipos masculinos de élite. Como ocurre al revés. Sólo hace falta que te den una oportunidad», recuerda, «pero eso no significa que andes paseándote por los vestuarios».

Leyendo su currículum, dos cosas llaman la atención de Lorena. Uno, su espectacular trayectoria profesional. Dos, que es una mujer muy valiente. «Me encanta que me digas eso, porque el coraje es uno de mis valores pilares. Yo voy siempre con todo, aunque sea muy difícil», asegura. Así, arriesgando y entregándose por completo, reconoce que ha triunfado. «Claro que sí, puedo decir que he sido directora de rendimiento de un equipo de la NBA», admite esta mujer que ha rechazado ya cuatro ofertas de equipos de la Premier League, y afirma que «en el deporte y la mayoría de veces en la vida, las cosas importantes sólo se pueden conseguir si trabajas en equipo». Su consejo para aprender a hacerlo es «cuidar la comunicación y el respeto, los dos son fundamentales en un equipo, como que todos tengan claro su papel y que son importantes».