Toletum, Tulaytulah, Toledoth... La ciudad de Toledo ha tenido tantos nombres como pueblos moldearon sus calles durante siglos. Romanos, visigodos, árabes y judíos, todos contribuyeron a forjar esta ciudad Patrimonio de la Humanidad que descansa a una altura privilegiada y cuenta con el abrazo del río Tajo. No cabe duda de que estamos hablando de uno de los lugares más bonitos de Europa, digno de convertirse en tu próximo destino de vacaciones.

Algunas huellas, como los arcos del circo romano que todavía se conservan junto a la Avenida de la Reconquista, siguen siendo palpables. También las mezquitas, sinagogas y templos católicos, como el monasterio de San Juan de los Reyes, que parecen no haber envejecido ni un solo día. Un patrimonio que se entrelaza a lo largo de su casco histórico y que justifica el apelativo de ‘Ciudad de las tres culturas’, en referencia a aquellos años de pacífica convivencia entre musulmanes, judíos y católicos.

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Alberto Manuel Urosa Toledano

Si hablamos de legado inmaterial será obligatorio resucitar alguna de las infinitas leyendas románticas y dramáticas que envuelven a Toledo. Allí donde lo místico, lo tenebroso y el amor parecen ponerse de acuerdo, surgen relatos como la 'Leyenda del pozo amargo', que debe su nombre a las lágrimas amargas que con las que llenaba este pozo una judía tras caer su amado, cristiano, al pozo a manos del padre de la joven. O ‘La ajorca de oro’ de Gustavo Adolfo Bécquer, que narra el enloquecimiento de Pedro Alfonso de Orellana tras robar la ajorca que la Virgen lucía en la Catedral y que tanto ansiaba su amada.

Callejón Toledo
Daniel Viñé Garcia

Una identidad que está presente en cada callejuela, cada escudo, cada balcón, cada cobertizo y ahora también en Puy du Fou, el espectáculo nocturno que narra 1.500 años de historia entre casi doscientos actores, colosales proyecciones, trajes de época y una imponente puesta en escena. Toledo es uno de los mejores museos de España al aire libre que merece ser pateado hasta el último aliento pero por si sólo disponemos de un fin de semana, aquí van 48 horas muy bien invertidas.

Qué hacer en Toledo: viernes tarde

Acceder a la zona monumental de Toledo a lo grande significa cruzar el umbral de la Puerta de Bisagra, flanqueada por una muralla que se remonta a la época árabe. Lo primero que veremos es la parroquia de Santiago el Mayor, aunque continuaremos encarando la cuesta –parte del ADN de Toledo– hasta plantarnos frente a la Puerta del Sol de estilo mudéjar.

Puerta de Bisagra en Toledo
PHAS

En apenas cinco minutos habremos llegado a la Plaza de Zocodover, centro neurálgico y punto de encuentro en el casco histórico, no sin antes hacer una parada fugaz en el Paseo del Miradero para disfrutar de siluetas icónicas como el Hospital Tavera. Es aquí donde desembocan las escaleras mecánicas municipales de Safont, una buena opción si se ha llegado en autobús a la ciudad o si se prefiere subir sin coche.

Antiguo mercado –de las bestias en árabe–, la plaza de Zocodover ha visto cómo sus históricas transacciones comerciales hoy se ven sustituidas por las mejores terrazas y alguna tienda de souvenirs. Aquí encontraremos el obrador de Santo Tomé, donde el mazapán es algo así como una religión y, si levantamos la vista, a mano izquierda asomarán los torreones del Alcázar, probablemente el edificio que mejor encarna el ‘skyline’ toledano. Sin embargo, continuaremos por la calle Comercio –más conocida como calle Ancha y de la que puedes salir con un vestido de Zara, un queso manchego y una espada toledana sin despeinarte– hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento.

Lo más impresionante aquí es la Catedral Primada, una de las joyas monumentales de la ciudad y uno de los monumentos más bonitos de España. La que vemos hoy en día, de imponente piedra blanca y estilo gótico, comenzó a construirse en el siglo XIII. Dentro de sus puertas, arte a raudales: como el fresco que adorna la bóveda de la Sacristía, los cuadros de El Greco, Caravaggio, Tiziano y Goya que cuelgan de sus paredes o las detalladas escenas y retratos que adornan la Sala Capitular (importante: el acceso es hasta las 18:00 h).

Vista de la Catedral de Toledo
Steven Swinnen / EyeEm

Improvisar por las callejuelas de Toledo también tiene su encanto, sobre todo en los alrededores del teatro Rojas en la plaza Mayor. A pocos minutos se esconde una de nuestras vistas favoritas de la ciudad, la que se obtiene desde la azotea del hotel Carlos V. Disfrutar del atardecer sobre los tejados toledanos se convierte en un regalo y en la mejor previa a nuestra propuesta de tapeo: las mejores croquetas en taberna El Botero, probar las carcamusas de Ludeña y saborear la famosa bomba de El Trébol.

Qué hacer en Toledo: sábado mañana

Recomendamos desayunar fuerte en algún imperdible como La Malquerida de la Trinidad (Trinidad, 2) antes de adentrarnos en la judería. Lo primero será avanzar entre los comercios de la Calle de Santo Tomé para llegar hasta el cuadro más famoso de Toledo, 'El Entierro del Conde de Orgaz', que El Greco comenzó a plasmar sobre las paredes de la Iglesia de Santo Tomé en 1586, una de esas obras de arte que hay que ver una vez en la vida. Con casi cinco metros de altura, es una obra única e indispensable en la historia del arte. Si queremos indagar más en la figura de este pintor, podremos hacerlo muy cerca en el Museo del Greco.

Entierro del Conde Orgaz en la Iglesia de Santo Tomé en Toledo
Mondadori Portfolio

De lleno en la judería, sus callejuelas empedradas guardan edificios que a su vez esconden interiores de belleza incalculable, como los arcos y las 32 pilastras que sostienen la Sinagoga Santa María la Blanca.

Mezquita Cristo de la Luz
Emad Aljumah

Más diáfana, la Sinagoga del Tránsito alberga el actual Museo Sefardí. Sus techos de madera y ornamentadas paredes de estilo mudéjar han logrado que esté considerada una de las sinagogas medievales más bellas y mejor conservadas del mundo. En frente queda el Paseo del Tránsito. No olvides asomarte para disfrutar de las vistas al río Tajo y a los cigarrales que brotan en la otra orilla.

Sinagoga el Tránsito
Luis Davilla

Como guinda a este despliegue patrimonial, encontramos otro de los platos fuertes de la ciudad a escasos metros: el Monasterio de San Juan de los Reyes. Construido por orden de los Reyes Católicos en el Siglo XV –aquí planeaban ser enterrados–, destaca su ornamentado y ajardinado claustro.

Monasterio San Juan de los Reyes en Toledo
Emad Aljumah

Qué hacer en Toledo: sábado tarde

Cuando el hambre acecha, nada mejor que dirigirnos a los restaurantes de moda y, con este objetivo en mente, la calle Alfileritos es muy buena opción. Justo al lado de la virgen de Alfileritos, a la que es costumbre ofrendar un alfiler si se busca pareja, encontramos Alfileritos 24, perfecto tanto para picar algo como para reservar mesa en su restaurante. Al final de la calle encontramos otro clásico toledano, La abadía, con una arquitectura de cuevas y aljibes reconvertida en comedor y una carta donde no faltan sabores tradicionales como el ciervo o la perdiz.

Si nos quedan fuerzas para retomar la ruta cultural, visitaremos la cercana mezquita del Cristo de la Luz, la cara mejor preservada del Toledo islámico gracias a un edificio construido en el año 999 que se ha ganado a pulso ser el monumento en pie más antiguo de la ciudad. También contamos con el tridente que forman las Cuevas de Hércules, las termas romanas y las bóvedas del Nuncio Viejo, aunque la mejor manera de seguir descubriendo Toledo será apuntándonos a un ‘free tour’ por los subterráneos y presidios de la ciudad o que nos descubra las historias y leyendas de los templarios.

Vista de Toledo de noche
Domingo Leiva

Nuestra idea de cena perfecta pasa por Adolfo o Aurelio, aunque también existen opciones más 'low cost' como Korokke, La Cave o la terraza de Clandestina de las Tendillas. Y, para rematar la noche, una copa en el Círculo de Arte, antigua iglesia reconvertida en sala de conciertos.

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Qué hacer en Toledo: domingo mañana

Para nuestro último día en Toledo proponemos dos opciones: visitar el Museo del Ejército que encierra el emblemático Alcázar del Siglo XVI y que sobrevivió incendios y un largo asedio durante la Guerra Civil o, si preferimos algo más de acción, lanzarnos en la tirolina urbana más grande Europa ubicada junto al puente de San Martín.

Puente de San Martín Toledo
Juana Mari Moya

No podremos marcharnos sin disfrutar de la mejor vista de la ciudad, la que se obtiene al subir hasta el mirador del Valle. Tampoco sin apuntar nuestra última recomendación culinaria, La Ermitaña, de la que no sabemos si nos enamoran más sus fogones o sus amplios ventanales con vistas a la ciudad imperial. Uno de esos restaurantes cerca de Madrid donde se come muy bien. Pero que no te abrumen todas estas opciones: lo importante, al fin y al cabo, será dejarse algo en el tintero y tener así una excusa para repetir experiencia y volver, ya sea en otra escapada exprés o en un viaje más largo para saborear al máximo la ciudad.

Vista de Toledo
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