Si no sabes dónde llevar a tu amigo el delicado, tu familia de gustos dispares o tu pareja el insaciable, el hotel Hotel InterContinental de Madrid es la respuesta. Este icónico hotel de lujo celebra cada domingo de 13.30 a 16.00 horas uno de los brunchs más variopintos, completos y entretenidos de la capital: desayuno tardío en formato buffet libre, música en directo y masterclass para todas las edades. Para niños, de repostería, para mayores, de coctelería.

La propuesta cuesta 94 € por persona (excepto los más pequeños, que disfrutan del 50 % de descuento) e incluye estaciones saladas y dulces: desde cochinillo asado y bar de sushi en vivo, hasta tartas, pastelitos y una fuente de chocolate caliente. Así, hasta llegar a las 200 referencias, nacionales e internacionales, que completan su carta.

pata de jamón brunch intercontinental
Cortesía Acción y Comumicación

El comensal puede disfrutar de una variada selección de clásicos, como tablas de patés, quesos y embutidos ibéricos, cortador de jamón, arroces y paellas, carnes (cochinillo asado al estilo segoviano, carpaccio y como novedad carnes a la brasa como lomo de vaca madurada o presa ibérica), mariscos y pescados frescos. Esto puede ir acompañado de cualquiera de las bebidas incluidas: Vermouth Zechinni de bienvenida, vinos, cervezas, cavas, refrescos y zumos.

carpaccio de calabacin tomate y queso
Cortesía de Acción y Comunicación
mesa llena de postres
Cortesía de Acción y Comunicación

Toda la oferta culinaria del hotel está dirigida por el jefe de cocina Miguel de la Fuente, que apuesta por una cocina de producto, honesta e inconformista, basada en una despensa de temporada y kilómetro cero, con influencias internacionales.

Además de la degustación, cada domingo tiene lugar una masterclass de coctelería para mayores de 18 años, mientras que los niños participan en una clase de pastelería, en la que el maestro repostero del hotel les enseñará a preparar pastas y dulces.

lobby hotel intercontinental
Cortesía de Acción y Comunicación

La experiencia se desarrolla bajo la cálida cúpula central del hotel, siempre iluminada y amenizada con música clásica en vivo.

Y así, entre el sonido del piano, la luz y el gusto, comienza un buen domingo en el Intercontinental.