Qué se puede decir de Rosalía que no sepa ya el planeta. Mujer de gran talento, sensibilidad y carisma que la han convertido en una de las artistas más reconocidas de todo el mundo. Y es que no puede parar de cosechar éxitos y reconocimientos, de crear auténticos himnos que ya forman parte de la historia de la música y de crear un espectáculo rompedor que traslada al resto del mundo la imagen de una España creativa y poseedora de un folclore que se adapta a los nuevos tiempos.

Pero, por si fuera poco, Rosalía -o La Rosi- tiene también muy buen gusto para comer, algo que nos hace admirarla aún más. Allá donde esté, no duda en visitar los restaurantes más clásicos de la ciudad, muchos de ellos ajenos a las modas, o las tiendas más emblemáticas. Sus vueltas por el mundo las narra en galerías de Instagram que hacen las veces de guía cultural en las que casi nunca falta una referencia gastronómica, sea la que sea.

Su cumpleaños fue un claro ejemplo de ello, porque no lo celebró en un reservado de una discoteca bebiendo magnums de bebidas que llegan iluminadas por bengalas, sino que se acercó hasta la pastelería de Cédric Grolet en la Opera de París para preparar junto a él su tarta de cumpleaños: una imponente rosa hecha de frutos rojos y crema chantilly. Tarta que luego repartió entre los numerosos fans que la esperaban en la calle.

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Pero no solo eso, sino que, como estuvo alojada en el emblemático hotel Le Meurice donde el pastelero tiene también una tienda, no dudó en comprarse una caja con sus característicos dulces con forma de frutas y frutos secos como el coconut thai, la almendra gigante o el tatin pear. Y es que su adoración por la repostería es más que evidente y su Instagram es una sucesión de delicias hechas de azúcar: los hojaldres y cornetti de Cavalletti en Roma, una tarrina de helado de fresa, nata y vainilla en la cama, los dulces más raros de Japón o tomarse unas natillas de chocolate con trozos de fresa en el coche.

A veces también le gusta hacer planes caseros y se atreve con incursiones en la cocina preparando pasta casera o una tortilla de patata, bajo la afirmación: “quién dijo que no sé cocinar”. Pero lo que está claro es que allá donde va logra mimetizarse con el entorno, gastronómicamente hablando, y, si está en Suiza, se monta un picnic con una gran variedad de quesos, si viaja a Canarias no perdona unas papas con mojo verde y rojo, y cuando pisa México prueba los chapulines o el aguachile, del que se confesó adicta.

Los restaurantes que ha visitado Rosalía por el mundo

Paris

Después de la clase de pastelería avanzada junto a Cédric Grolet, se fue hasta el wine bar Folderol para seguir celebrando su 31 cumpleaños junto a su hermana Pilar Vila, Timothée Chalamet, Kylie Jenner y Jacquemus. Allí seguramente bebieran mucho vino y lo acompañaran de algún embutido y helados, sí helados, porque es la combinación característica de Folderol.

También aprovechó su visita a la ciudad de la luz para cenar en Chez l’Ami Louis, un restaurante abierto en 1924 que destaca por sus caracoles y las montañas de patatas fritas que sirven a modo de guarnición. Aquí es donde se hizo una foto al más puro estilo Amelie con frambuesas en los dedos.

Roma y Milán

Ama la pasta por encima de todas las cosas y por eso cuando está en Italia tiene clara la dieta. En Roma se tomó unos spaghetti alla Moro y lo hizo en la Trattoria al Moro, un clásico entre los clásicos con 100 años de historia, ubicado muy cerca de Fontana di Trevi. En este lugar de camareros de antigua escuela y carros de postre, son también muy característicos los involtini alla romanacon patatas y los bucatini all’Amatriciana.

En Milán se entregó a la pasta cacio e pepe, una receta típica de la zona del Lazio a base de queso pecorino y pimienta. La tomó en Cacio e Pepe Bottega Romana, que cuenta con otra sede en París; y en Da Giacomo, donde la preparan con tortelli, acompañados de gamba roja cruda, lima y bottarga (huevas de pescado saladas y secas). En este lugar uno se puede sentir como en otra época, con esos estucos, arcos y suelos de mármol y granito de diseño.

Atenas

A mediados de junio el tour la llevó hasta Atenas, donde subió al Partenón en “taconcín”, se tomó un bloody mary en una terraza y recobró fuerzas en Atlantikos, un lugar sencillo, de cocina tradicional griega en la que el pescado y marisco se impone. Así, en la comanda que publicó se podía leer: ensalada de huevo y pescado, dakos (panecillos tostados con tomate, queso de cabra, orégano, aceite y sal), ensalada de lenteja y de remolacha, anchoas marinadas, sándwich de pescado o sardinas y anchoas al horno. Casi nada.

Los Ángeles

Parece ser que esta es la ciudad en la que está ahora establecida, donde se encuentra componiendo y grabando nuevos temas. Así que, entre canción y canción, también se despeja un poco paseando por las colinas o saliendo a cenar junto al actor Jeremy Allen (The Bear, Shameless) en Little Dom’s, no sabemos si como amigos o como algo más. ¿Qué se come aquí? Siendo un restaurante italiano, lo habitual es optar por una bruschetta o calamares fritos como entrante, y después una pizza margarita, papardelle o chicken parmesana. El postre seguro que Rosalía no lo perdonó, pudiendo elegir entre una mousse de chocolate, tiramisú o helado con biscotti.


Japón

La cantante recibía tambiñen una clase magistral del chef Bayashi, una auténtica estrella de TikTok en la que une cocina y diversión. En esta 'masterclass', aprendía la receta del sashimi de salmón más brutal y excesivo que tú también puedes hacer en casa.


Madrid y Barcelona

Y terminamos con los restaurantes que nos quedan más a mano. Así, en la capital, Rosalía siente predilección por esas casas de comida castiza donde poder hincarle el diente a unas buenas bravas, croquetas, ensaladilla, albóndigas o incluso callos. Donde tomar vermú de grifo y cañas bien tiradas entre barras de mármol y claveles. Esos sitios que a ella le gustan son Casa Macareno y Bodegas El Maño, uno en Malasaña y el otro en Conde Duque, pero ambos con el mismo espíritu.

Para una cena más distendida, se rindió ante Sacha -y no nos extraña-. En esta botillería y fogón el señor Hormaechea despacha ricuras como el tuétano con Villagodio, los taquitos de merluza con mahonesa casera, la sardina con ajoblanco o la tortilla vaga con piparras (aunque ahora se vea en muchas cartas, él fue el primero en prepararla). El único plato que Rosalía mostró fue el postre, en concreto la tarta dispersa que tiene dos de los colores favoritos de la cantante: el rojo (de los frutos rojos) y el blanco (por la crema de queso).

Y terminamos este recorrido gastro made in Motomamicon Cucine Mandarosso en Barcelona donde se dejó ver a comienzos de año junto a algunos amigos. De nuevo, un restaurante italiano donde se preparan platos tradicionales a partir de ingredientes de temporada como ocurre ahora con la lasaña clásica, los ziti alla genovese, los tortelli de bacalao con crema de garbanzos, los spaghettoni con tinta de calamar o el estofado de vaca con manzana y albaricoques.