El brócoli, también conocido como brécol, es una verdura muy sana que, entre otras muchas, tiene propiedades que ayudan a proteger a piel y los huesos. Se puede comer de muchas maneras, al vapor, cocido, rehogado... pero nosotros te proponemos una opción diferente: en pastel. Y encima es tan fácil de preparar que casi no te costará nada.

INGREDIENTES

600 gramos de brócoli, 150 gramos de espinacas frescas, 1/2 litro de leche entera, 1 gelatina neutra, 4 huevos, 30 gramos de queso parmesano, sal y pimienta.

Y ASÍ SE HACE

Comenzamos preparando el brócoli, para lo que cortamos la cabeza desgajando y consiguiendo "pequeños arbolitos", y deshechando el tronco (aunque se puede aprovechar para añadir si haces un caldo de verduras, por ejemplo). Las piezas se lavan y se ponen en una olla con agua. Y se lleva a ebullición para que se cocinen durante 5 minutos. Y se ponen en un coldor con cuidado para que escurra el agua sobrante.

El siguiente paso es poner los huevos en un bol grande, añadir la leche entera, la harina, la sal y la pimienta. Y se bate todo con energía para que los elementos de la mezcla se integren formando una especia de crema líquida que no tenga grumos.

A continuación ponemos el brecol escurrido en un molde de horno y vertemos la mezcla con los huevos de tal forma que toda la verdura quede lo más sumergida posible. Si no está del todo "tapada" no te preocupes, también sirve. Y se cubre el model con tapa o papel de aluminio.

Lo siguiente es poner el molde en una bandeja honda de horno, y se añade agua. Y se mete al horno caliente durante 50 minutos a una temperatura de 180/200 grados.

Mientras el pastel se hornea y cuaja, aprovechamos para hacer la salsa que lo acompaña. Para ello ponemos un cazo a calentar, añadimos leche, las espinacas y la sal, En otro bol pequeño con agua se mete la gelatina, y pasados unos segundos cuando esté hidratada- se añade al cazo. Y se deja en el fuego unos minutos para que la gelatina se deshaga. Luego se bate para crear una crema y con ella bañamos el pastel de brócoli, previamente desmoldado. Ya solo queda trocear ¡y comer!