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Aunque en las aplicaciones para encontrar pareja hay multitud de filtros, todavía no existe uno con el que poder conocer únicamente a personas feministas. Pese a que puedes indicar tu edad, orientación sexual y altura, entre otros aspectos, no existe forma, a no ser que decidas escribirlo directamente o hacer uso de emojis en la biografía del perfil, de hacer del feminismo una de tus claves, y lo cierto es que a la hora de ligar, este es un aspecto esencial. Tanto, que en 2014, Whitney Wolfe Herd fundó Bumble, conocido como “el Tinder feminista”, pues la emprendedora pensaba que “pese a los avances que las mujeres habían logrado en el ámbito laboral, las dinamicas de género en el universo dating seguían sumamente anticuadas”.
En una entrevista concedida a ‘Time’, explicó algunas de las claves para ligar siendo una mujer feminista. “Una de las cosas más importantes que les digo a las mujeres es que no se pierdan en una relación. Si estás dispuesta a cambiar tu forma de ser para encontrar a alguien, nunca funcionará. Muchas desean tanto tener pareja que sacrifican su propio valor, respeto y confianza en sí mismas. Ocultan lo que realmente aman y pretenden ser alguien que no son”, advierte. Señala también que la forma en la que comienza una relación es muy importante. “Si por ejemplo empiezas a salir con un hombre y tienes que esperar tres días a que te llame para planear algo, ¿cómo crees que afectará a la forma en la que interactuéis después? Él siempre tendrá el control”.
Las dating apps y el feminismo: una ¿complicada? pareja
“Antes de conectar con alguien, suelo fijarme si su perfil señala cuáles son sus intereses políticos o hobbies. Para mí son importantes el feminismo, la sostenibilidad, etc. y me gusta compartir estos aspectos con mis parejas. Si no aparece en su perfil, tengo una conversación previa para descubrir si es una persona alineada a mí. Algo muy sencillo que siempre pregunto cuando hago ‘match’ con algún chico es si tiene amigas. Creo que las amistades femeninas te otorgan una perspectiva menos sesgada de cómo funciona la sociedad”, dice Sara, una usuaria de la aplicación de 22 años.
“Creo que cuando conocemos a alguien, tendemos a dejar de lado nuestras necesidades. Es primordial darse cuenta y poner límites. Así es cómo yo he conseguido priorizarme: no dejando de lado mi vida personal, sobre todo a mis amigos, seguir quedando con ellos y cuidarles y hablar de alguna situación que nos moleste con alguien que no es tu pareja o cita, porque te ayuda a ubicar con perspectiva la dimensión de la discusión. Por supuesto, hay también que trabajar la autoestima, independencia y comunicación. Creo que las mujeres tendemos más a agradar, cuidar y satisfacer, por lo que trabajar en poner límites y ser más transparentes con nuestros sentimientos es fundamental”, indica.
Por su parte Laura, de 33 años, comparte en su perfil algunos de sus puntos de vista o posicionamientos políticos que considera importantes. ¿Un ejemplo? En su biografía incluye un corazón violeta. “Para seguir priorizando tus necesidades, hay mucho trabajo detrás. Sobre todo, de amor propio y de gestión de límites. Hay que dejar a un lado el miedo a estar sola y dejar de diluir comportamientos que nos molestan porque el resto “compensa’’. Cuando has trabajado tus límites, te sientes segura y cómoda estando soltera, y puedes ser más tajante. Si para ti el feminismo es una parte fundamental, tendrás el coraje de decir que no al encontrarte comportamientos que chocan con ello. Recuerda siempre que vendrán otras personas, que el mundo no termina en esa relación y que seguro hay alguien con quién no tendrás que adaptarte”, comenta.
El primer paso: desaprender
La dating coach feminista Robin Clark cuenta con un curso de ocho semanas llamado “Date like a feminist”, un taller que ella misma se encarga de aclarar no es para quienes busquen trucos para ligar de forma divertida, quienes quieran encontrar pareja rápido porque les angustia la soltería o quienes aspiren a tener una relación patriarcal tradicional. “Es una guía para las mujeres que quieran sentirse empoderadas para elegir a parejas que les hagan sentir respetadas. No es una clase sobre cómo conseguir a un hombre”, aclara. Sin embargo, sí es para quienes quieran aprender habilidades para conocer gente desde una perspectiva feminista, quieran dejar atrás la presión de ser elegidas y pasar a ser ser las que eligen, aquellas que quieran descubrir sus necesidades y aprender a poner límites, mujeres que quieran madurar a la hora de aproximarse al dating y a las relaciones y las que busquen relaciones ajenas a lo patriarcal.
“Mi motivación para ofrecer ‘Date Like a Feminist' es transmitir todo lo que he aprendido con el tiempo para que puedas fortalecer tu capacidad de ser una pareja comprometida contigo misma. Crecí escuchando algunos consejos sobre relaciones de la vieja escuela, como "necesitas convertirte en quien los hombres quieren que seas" y "Tu trabajo es ayudar a los hombres a crecer". Sabía que eran consejos terribles, pero estuve los primeros 25 años de mi vida teniendo citas siguiendo estas máximas, hasta que paré de hacerlo”, explica en su web la coach.
Lo que queda claro de sus palabras es que para tener citas siendo feminista, el primer paso es es deconstruir los aprendizajes que componen el imaginario colectivo. Así lo cree también María Esclapez, autora de la novela ‘Mujeres que arden’. “Cargamos en nuestras mochilas emocionales con creencias y mitos relacionados con las relaciones y parejas y sobre todo, relaciones basadas en creencias vinculadas al amor romántico, algo que forma parte de un conocimiento aprendido. Esto nos lleva a tener muchos problemas en las relaciones, porque son creencias que muchas veces no tienen que ver con relaciones sanas y nos llevan a dinámicas algo tóxicas y a generar vínculos sólidos creando relaciones tóxicas y dependientes”, asegura la psicóloga.
“En general, entiendo que es un trabajo de la sociedad, no sólo de las mujeres, y para poder tener un comienzo de relación sana, hay que deconstruir todo esto para integrar después nuevos aprendizajes. Necesitamos educación sexo-afectiva a todos los niveles y para todas las edades -también los adultos-, y esa educación ha de ser impartida a nivel institucional en colegios, institutos, universidades, empresas e incluso en las familias”, explica. Clark insiste precisamente en que es vital liberarse del condicionamiento de género fruto del patriarcado, y para ello hay que explorar desde la dinámica familiar y los patrones intergeneracionales hasta la codependencia.
Autoconocimiento, límites y necesidades claras y satisfechas
En sus redes sociales, Robin Clark insiste en el daño que hace a las mujeres la creencia de que han de aguantar todo tipo de situaciones de desigualdad en relaciones en las que sus necesidades no son satisfechas. “Lo único que lograrás es estar insatisfecha y tener problemas de salud ante la cantidad de cortisol que generará semejante grado de estrés. Estarás viviendo inmersa en el patriarcado, y no quieres eso. Lo que quieres es una relación saludable y segura, y para alcanzarla, te tienes que olvidar de esa imagen de la mujer cuidadora. Para que las relaciones funcionen, tenemos que dejar de esforzarnos demasiado, aclarar qué queremos y en el caso de que la otra persona no pueda dárnoslo, ser nosotras mismas y no participar en esa relación unilateral y asfixiante”, aclara.
Natalia, usuaria de 26 años de Bumble, se encuentra en ese momento. “Las gafas violetas me han ayudado a conocerme mejor y a disfrutar de la persona que me he convertido. En las relaciones he tomado confianza para preguntar en qué punto nos encontramos, por ejemplo, si alguien me parece especial, lo que me ha llevado a ser honesta y transparente con mis sentimientos en cada situación y poner límites cuando he creído necesario. Tengo claras mis prioridades en una relación y aunque soy humana y a veces pongo por delante a esas personas especiales, hay límites que no voy a mover. Es esencial comunicarse cuando estás conociendo a alguien para saber si quieres que esa persona forme parte de tu vida o si, por el contrario, descubrís que no tenéis nada en común más allá de que los dos os gusta el sushi y no soportáis a vuestros jefes”, explica a 'Elle'.
Esclapez asegura que es vital hacer un gran trabajo a nivel individual para descubrir de dónde venimos, cuál es nuestra historia y qué patrones se van repitiendo tanto en nuestras relaciones como en aquellas personas por las que nos sentimos atraídas. “Es un trabajo muy recomendable, sobre todo cuando has tenido determinadas experiencias y a partir de ahí, quieres cambiar las cosas y no repetir patrones, o te has dado cuenta de que tenías relaciones tóxicas. El amor romántico romantiza el sufrimiento. Basta con tener en cuenta el dicho “quien bien te quiere, te hará llorar”. Se basa en el sufrimiento, en alcanzar lo inacabable y en soñar con un ideal que nunca llega. Si reconoces lo que has aprendido sobre las relaciones, sobre cómo esperas que te traten y cómo esperas tratar a las otras personsa, ya llevas mucho trabajo hecho. Es un factor de protección tremendo”, asegura.
También es vital, coinciden todas las voces consultadas, que una mujer feminista establezca límites y tenga claros cuáles son los aspectos no negociables. “En las relaciones es básico tener los mismos valores o, al menos, tener la apertura mental para conocer otros diferentes y poder aceptarlos si vemos que esos nuevos valores congenian más con nosotros. Así, si tenemos como valor básico y no negociable no mentir, no podemos generar una pareja sana con un mentiroso compulsivo y tratar de enseñarle que con nuestro amor y cariño. No deja de ser otra trampa del romanticismo tóxico y machista que posiciona a la mujer como la que se tiene que sacrificar para que la rana se convierta en príncipe o, quizás, un reflejo de que tenemos la necesidad de ser salvadoras de corderos descarriados, porque nuestra autoestima está tan dañada que sólo tenemos valor si convertimos a los lobos en corderos”, indica Eva Campos Navarro, autora de ‘Y te doy mi corazón’.
“Por tanto, conocer nuestros valores y nuestros límites es básico, teniendo en consideración una cosa; decir que no a alguien que no comulga con ellos, no es no aceptarle, sino todo lo contrario. Como te acepto y sé que tú eres así, pero también me acepto y sé que soy así, no voy a entrar en el juego de cambiarte, aunque tú no lo quieras, o de cambiarme, porque eso nos llevará de cabeza a una relación disfuncional. Conocer, poner y respetar límites es parte básica de la autoestima y tan malo es ser absolutamente inflexible, con demasiados límites no negociables -lo que puede indicar demasiada autoprotección, dominación o control-, como no tener límites no negociables -lo que puede indicar falta de autoestima, de autoaceptación o autocensura-”, indica para finalizar.
Si como Chimamanda Ngozi Adichie asegura, todas tendríamos que ser feministas, es vital también ligar y buscar pareja siéndolo también.
