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En más de una ocasión hemos hablado sobre cómo las celebridades que antaño ocultaban sus historias de amor y guardaban sus caricias para la intimidad han decidido explotar ahora el capital romántico de sus relaciones. En un momento en el que ni siquiera tener estilo es ya algo realmente complicado, pues para eso cuentan con los mejores estilistas del planeta (que nadie me odie si pregunto en alto si Zendaya es la mujer más estilosa del planeta o si sin la ayuda de su estilista, Law Roach, no caería en el hastío de los vestidos palabra de honor con peplum que inundan las alfombras rojas destinadas al bostezo), lo realmente complicado de tener en la actualidad es una relación sólida.
“En estos tiempos de hiperconexión por vías telemáticas, sentimos cada día una mayor sensación de soledad, de aislamiento. El amor romántico es hermoso y sencillo, algo que buscamos en todas nuestras interacciones (en el trabajo, con la familia, amistades, en las noticias que leemos). Ese amor sabemos que no es real o si lo es, no es sostenible por sí solo en el tiempo”, comenta Susana Ivorra, psicóloga y sexóloga experta en terapia de pareja.
Las celebs han decidido sacar partido a sus historias amorosas no sólo ya posando de forma acaramelada en la alfombra roja, sino llevando su romance a la pantalla. JLo cuenta con 'The Greatest Love Story Never Told', un documental que narra su historia de amor con Ben Affleck. Por si fuera poco, ha lanzado ‘This is Me… Now’, un álbum autobiográfico acompañado de una película en la que cuenta su incesante búsqueda del amor. Para dar forma a semejante oda a Cupido, la cantante compartió con su equipo un libro que Affleck le regaló y que se compone de sus cartas privadas, una romántica recopilación a la que él llamó 'The Greatest Love Story Never Told'. Sí: al parecer, en los romances de los famosos, cualquier carantoña ha de tener derechos de autor.
Si pensábamos que las redes sociales nos habían despojado de la intimidad, ¿qué pensamos ahora de una pareja que ha convertido su correspondencia privada en material de estudio con el que crear una nueva obra? Affleck reconoce en la cinta haber tenido que reajustar su mentalidad para asumir que sus cartas iban a ser analizadas, e incluso la socia productora de JLo, Elaine Goldsmith-Thomas, explica en la película que llegó un punto en el que no estaba del todo segura de que fuera buena idea compartir asuntos tan privados. Suponemos que al ver el cheque, cambió de opinión...
Aunque Jennifer Lopez asegura que su objetivo es hacer ver al mundo que el amor existe MEJOR-NO-DIGO-NADA, suponemos que en esta oda al romance tiene mucho que ver también el dinerito. Suspirar y querer es precioso, pero… ¿Acaso no lo es más con algunos millones de más en la cuenta? Diferente fue lo que le pasó a la que fue la pareja indie por antonomasia, la formada por Alexa Chung y Alex Turner. En la era pre-romance-performance, el músico le escribió una sentida carta de amor a la presentadora, que se olvidó el escrito en un bar. Por supuesto, alguien se hizo con la amorosa nota, que terminó en las redes sociales. Ninguno sacó provecho alguno de esa exhibición íntima, pero sin duda este es el ejemplo perfecto para ver cómo han cambiado en tan solo unos años las cosas. Ya no hace falta robar parcelas de privacidad a los famosos, porque ellos mismos se encargan de monetizarlas.
Mientras tanto, Rihanna y ASAP Rocky protagonizan el corto 'Born to Steal: Yours, Mine, Ours' como parte de una campaña de Fenty Beauty. Al final, el romance se ha convertido en el último lujo y las famosas saben cómo sacarle partido a los latidos. Por más que la docuserie de Beckham nos haga ver cómo el futbolista fue víctima de una brutal oleada de odio que al ser analizada con el paso del tiempo, retrata a David Beckham como mártir del escarnio público, ha sido su historia de amor con Victoria Beckham la que ha sido materia de aplauso y de análisis.
De hecho, sus bromas privadas ya han caído en las redes capitalistas, pues la diseñadora ha lanzado dos camisetas que capturan los memes resultantes nacidos de este documental y la pareja protagoniza para Uber Eats unos spots en los que la intimidad de su relación y sus bromas íntimas son los protagonistas. Si luego hay de por medio una hamburguesa o unas chips, nos da completamente igual: lo que los anuncios nos ofrecen en realidad es comprar un trocito de esa complicidad.
No es casualidad que suspiremos cada vez que sale una imagen de Jeremy Allen White llevando inmensos ramos de flores por la calle: pensamos que semejantes esculturas primaverales son para Rosalía, y pocas cosas son tan atractivas como ver al hombre del momento haciendo ofrendas amorosas. ¿Quizás esos ramos terminan en la encimera de su casa, ajenos a la existencia de la cantante? Puede ser, pero internet ha preferido darles un significado romántico. Si antes suspirábamos al ver los micro shorts de Milo Ventimiglia, ahora esperamos ver al protagonista de ‘The Bear’ convertido en un jarrón de flores. El nuevo sexy no es ya un buen cuádriceps, sino un buen gesto romántico. Aunque a nadie le molesta que el actor tenga unos bíceps dignos de tener DNI propio, claro...
El peligro de creernos sus cuentos de amor
El problema de estos bailes románticos en los que la narrativa es claramente subjetiva (ni amantes ni triángulos amorosos se encargan de poner zancadillas a estos storytellings orquestados por las celebridades, pues lo que sí queda reservado a la intimidad de cada pareja es precisamente lo que les hace mortales), es que tendemos a comparar nuestras historias de (des)amor con las suyas.
“Cuando comparamos no solemos hacerlo con la imagen completa, íntegra, sino que tendemos a fijarnos en lo que a nosotros nos falta y lo que otros sí tienen. Pero esas comparaciones no son justas, porque precisamente carecen de contexto. Quizá me fijo en que mi pareja no me dice cosas bonitas o palabras de amor y veo que tal pareja en redes sí hace declaraciones de amor. Sin entender tal vez que mi pareja me demuestra su amor de otras formas y que tras las palabras de esas parejas famosas puede haber mucho de real o poco. Pueden ser palabras que nacen de la culpa por haber errado, de la sobre compensación por otros motivos, o simplemente porque les es más natural demostrarse el amor con palabras”, explica Susana Ivorra.
“Esas comparaciones sin contexto, sin entender las luces y las sombras de cada relación, nos pueden generar mucha frustración, insatisfacción con nuestra propia relación, una mirada más crítica y exigente hacia nuestra pareja que nos empuja a evaluar y re evaluar si no habrá ahí fuera alguna persona "más adecuada" para mí para vivir un amor así. Antes comparábamos con las relaciones que veíamos en las películas, ahora, con lo que vemos en redes”, asegura.
Lo importante es recordar que cuando una celebridad está tras la narración de su historia amorosa, esta deja de ser objetiva, por lo que tenemos que tener cuidado de no idealizar sus románticas andaduras para evitar pensar que las nuestras son de serie B. Ademas, a veces es preferible un romance en clave Ed Wood que un 'Diario de Noa' repleto de trampillas.
