Aunque cuando los paparazzi muestran imágenes de nuevas parejas de celebs en realidad, no sabemos cuándo comenzó su historia de amor, es innegable que en el mundo de las celebridades, parece que el amor va al doble de velocidad. No nos extrañaría que mañana Taylor Swift y Travis Kelce fueran inmortalizados en unas vacaciones paradisíacas cuando el resto de los mortales tenemos miedo de proponerle a nuestra cita pasar un fin de semana a las afueras de la ciudad.

Compromisos en tiempo récord y embarazos cuando ni siquiera conocen el correo electrónico del otro son otros de los clásicos de las relaciones exprés. “Los medios de comunicación y la cultura popular nos llevan inculcando la idealización del amor instantáneo desde que éramos niñas. Cierto es que las historias que se desarrollan rápidamente suelen ser más emocionantes y atractivas, por lo que la idea del flechazo apasionado -con su toma de decisiones impulsivas-, vende mucho en las películas, canciones y libros. Sin embargo, puede crear la impresión de que las relaciones intensas son la norma, y que si la tuya no avanza rápidamente, es por falta de romance y pasión”, comenta Ainoa Espejo, coach personal y de relaciones de Aihop Coaching.

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Sin embargo, esto no sólo ocurre únicamente en la vida de los VIP, sino que cada vez es más común que las personas de a pie pisen el acelerador al conocer a alguien. La psicóloga Lara Ferreiro advierte en su libro, ‘Adicto a un gilipollas’, que hay personas que por sus perfiles, son así de base. Habla de las mujeres enamoradictas. “Cuando te encuentras en la fase de subidón con tu nueva conquista, abandonas las diferentes áreas de tu vida para estar el mayor tiempo posible con él. En ese momento inicial, tu prioridad es tu ligue. A las pocas semanas ya estáis hablando de cómo se llamarán vuestros hijos, te mudas a su piso y te presenta a sus amigos o familiares. Todo el mundo os dice que vais muy rápido, pero no hacéis ni caso. En cada nueva relación, piensas que has encontrado al hombre de tu vida, hasta que a las pocas semanas, o en menos de un año, te das cuenta de que es otro gilipollas más”, escribe.

En la primera semana, te dice que eres la mujer de su vida, que quiere casarse y tener hijos contigo

En el otro lado de la balanza están aquellos hombres a los que llama “champán”. “El cortejo es rápido e intenso. En la primera semana, te dice que eres la mujer de su vida, que quiere casarse y tener hijos contigo. Te instalas en su piso desde el primer día y dormís juntos cada noche. A las pocas semanas te presenta a sus amigos, incluso a sus padres. Te hace muchos cumplidos y regalos. Parece el hombre perfecto”, asegura. Sin embargo, advierte que lo habitual es que la intensidad dure hasta seis meses.

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Gotham//Getty Images
Taylor Swift y Travis Kelce

Pero entonces, al comienzo de las relaciones todo parece de color de rosa, por lo que hay que tener cuidado con ir demasiado rápido... ¿Cómo podemos aprender a no tomar decisiones precipitadas? “Es cierto que al principio de una relación todo parece positivo y emocionante, lo que puede fomentar que pisemos el acelerador más de la cuenta, y que esto termine pasándonos factura. Como cuando estás comiendo algo muy rico; si le das un bocado demasiado grande y no masticas, además de no saborearlo, puedes atragantarte”, explica Ainoa Espejo.

Puede que queramos sentirnos satisfechos, llenar un vacío emocional o recibir un chute de validación

¿Por qué vinculamos el romance y la pasión con hacer cosas cuanto antes? En su opinión, debe a varias razones psicológicas y culturales. “Es muy humano el deseo de emociones, frescura y novedad. Además, el entusiasmo que aportan los inicios en las relaciones, puede llevar a la creencia de que estamos destinados a estar juntos y que debemos actuar en consecuencia. Por otro lado, cuando empezamos a conocer a alguien, es natural sentirse vulnerable e inquieto, de modo que el deseo de seguridad emocional se puede ver calmado al avanzar rápidamente en la relación, resolviendo la incertidumbre inicial por la falta de control”, comenta Espejo. “También puede que queramos sentirnos satisfechos, completos; llenar rápidamente un vacío emocional, o incluso recibir un chute de validación y autoestima. Asimismo, el miedo a perder oportunidades nos puede hacer pisar el acelerador, para no dejar escapar a esa persona especial. En algunos casos, la falta de experiencia en las relaciones puede llevar a malinterpretar la intensidad inicial como un signo de amor duradero. Por no hablar del influjo socio-cultural, que a todos nos afecta. Y es que no podemos negar que vivimos en una sociedad que valora la gratificación instantánea en muchas áreas de la vida. Vivimos acelerados, todo sucede rápidamente, buscamos resultados rápidos y satisfacción inmediata”, señala, no sin comentar que el papel de la presión social y la tendencia a compararnos con otras parejas también afecta.

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David Eulitt//Getty Images
Taylor Swift viendo un partido de su actual pareja.

Cuando nos enamoramos, no es raro querer que la pareja lo sepa todo de nosotros y aprender a frenar esa necesidad imperiosa de pasar todo el tiempo junto a ella, pues la dopamina se activa. Sin embargo, hemos de tener cuidado a la hora de revelar aspectos de nosotras e intentar hacerlo cuando sean contextualmente relevantes. De esta forma, evitaremos crear una imagen idealizada o inventada de nosotras mismas que a la larga, nos pasará factura.

Cómo saber que la relación va demasiado rápido

Para finalizar, le preguntamos a Ainoa Espejo cuáles son las señales que indican que la relación va demasiado rápido. La coach las enumera después de asegurar que al igual que ocurre en un viaje en coche, si vas demasiado rápido, no ves las señales del camino, te puedes marear y te pierdes el paisaje.

  • Os estáis saltando etapas, no hace nada desde que os conocisteis y ya estáis planificando a largo plazo.
  • Las emociones son extremadamente intensas desde el principio, puede que incluso te sientas abrumada y en constante agitación, debido a la rapidez que lleváis.
  • Apenas tenéis tiempo a solas para vuestros asuntos. La relación es muy absorbente, pasáis mucho rato juntos. Puede que incluso te hayas distanciado de tus seres queridos por ello.
  • Sientes que estás perdiendo tu identidad individual; o que tu rutina y estilo de vida han cambiado drásticamente en poco tiempo.
  • No conoces lo suficiente a tu pareja, no sabes cuáles son sus valores, sus deseos, su pasado, su historia personal...
  • Te sientes presionada para tomar decisiones importantes (como mudaros juntos o comprometeros)
  • No estáis hablando abiertamente sobre lo que esperáis, deseáis u os preocupa a cada uno respecto a la relación; lo que podría llevar a malentendidos. Quizás incluso estás escondiendo tus inseguridades y preocupaciones, debido a este ritmo frenético.

Matiza, sin embargo, que cada relación es única; lo que para unos es rápido, para otra pareja podría ser adecuado. “Lo importante es ser consciente de vuestras propias necesidades y límites, y comunicaros para asegurar que ambos estéis cómodos con ello”, explica.

Taylor Swift querida, si nos estás leyendo, cuidado con entrar en la autopista demasiado rápido.