Lo realmente espeluznante/sorprendente (escoge mejor tú el adjetivo) de que 25 años después de su muerte no solo sigamos hablando acerca de Diana de Gales, sino el que continúen saliendo series, películas y libros sobre su vida, demuestra que “la princesa del pueblo” (sorry, Belén Esteban) tiene algo que nos cautiva irremediablemente. Ese elemento lo comparte con otro icono, Marilyn Monroe, y lo cierto es que ambas tienen en común no solo una polémica muerte cuya causa será siempre objeto de duda, sino una no premeditada sensualidad que los medios se encargaron de capturar para convertirlas en leyendas. Desde la icónica fotografía de Marilyn sobre una alcantarilla traicionera hasta la imagen en la que Diana, que entonces trabajaba en una escuela infantil, dejaba sin querer su silueta a la vista al posar con un diseño translúcido ante la reveladora luz del sol,, ambas tuvieron (des)afortunados accidentes que las encumbraron como ‘sex symbols’.

Un icono pop inacabable

¿Por qué seguimos obsesionados con Diana de Gales 25 años después de su muerte? “Porque es fácil identificarse con ella, aunque fuera una princesa. A diferencia de los demás miembros de la familia real, ella se abrió a la gente y demostró que, en general, también era una joven con miedos, sueños y anhelos. Mucho de esto lo conocemos por ella misma, empezando por su sueño de poder vivir un cuento de hadas hecho realidad. Muchas mujeres también conocen la sensación de no ser lo bastante buenas o lo bastante guapas, de renunciar a ellas mismas y de descuidar sus propias necesidades. Algunas lectoras se verán reflejadas en su fase de rebeldía o en su gran anhelo de amor y cariño. Podría seguir eternamente... Pero creo que son este tipo de detalles los que la hicieron tan humana y accesible. Ella era la princesa del pueblo”, explica Julie Heiland, autora de la novela sobre la historia de Lady Di ‘Reina de Corazones’ (Planeta).

diana de gales
Tim Graham//Getty Images
Diana de Gales, eterna

Con motivo del vigésimo quinto aniversario del fallecimiento de Diana, Superbritánico ha lanzado una colección inspirada en la princesa. Su creador, Daniel Vivas Tesón, nos explica por qué cree que su alma es inmortal. “Fue la primera figura pública con un impacto mediático masivo, una influencia que empezó en el mundo de la moda. Cada vestido o accesorio que llevaba en sus eventos sociales era comentado y analizado al detalle. Se ganó una muy buena reputación al crear un estilo propio que era elegante y al mismo tiempo marcaba tendencia; pero más allá de eso, Diana encontró en la ropa su medio de expresión. Pintándose las uñas de rojo, llevando un vestido negro sin medias o acudiendo a galas vestida de esmoquin, la princesa rompió con reglas manidas dentro de la realeza y, con ello, se empoderó a sí misma", asegura.

"Diana fue la primera gran influencer de la historia"


"Diana fue la primera gran influencer de la historia. Con esta lectura de los hechos es muy fácil categorizarla como una rebelde contra lo establecido, pero todo lo contrario; Diana nunca hizo gala de su rebeldía, sino de su autenticidad. Sí que es verdad que destacó por su insurgencia, pero siempre lo hizo por ser fiel a ella misma en un contexto que hacía oídos sordos a sus propias necesidades. Esa autenticidad la llevó a enamorarse y a arriesgarse en convertirse en la princesa de cuento de hadas que siempre había soñado. Su sueño se descosió junto con su matrimonio y terminó sintiéndose sola y triste por más tiempo del que desearía; pero gracias a su propia experiencia de vida, descubrió la gran necesidad del ser humano: sentirse amado”, explica el fundador de Superbritánico.

Para escribir 'Reina de Corazones', novela en la que la autora mezcla ficción con escenas y días conocidos por cualquier lector, Julie Heiland se ha documentado en profundidad. “Suelo empezar dividiendo mi investigación en dos fases. Empecé leyendo todo tipo de biografías sobre ella y también sobre los demás miembros de la familia real. La biografía ‘Diana: su verdadera historia’, de Andrew Morton, fue especialmente valiosa porque pude recurrir a sus “propias palabras” e incorporarlas en la novela. Durante la segunda fase recurro a técnicas de actuación e “interiorizo” a Diana. Para ello, vi varios documentales sobre ella que me ayudaron a sentir cómo se movía, cómo hablaba. Una conversación con un psicólogo también me resultó muy útil para entender lo mejor posible el comportamiento y los pensamientos de la princesa, pero también de Carlos”, explica.

Reina de corazones: Diana, la novela (Planeta Internacional)

Reina de corazones: Diana, la novela (Planeta Internacional)

Reina de corazones: Diana, la novela (Planeta Internacional)

9 € en Amazon

La princesa que visibilizó las sombras

Aunque en la actualidad nos hemos acostumbrado a que las celebridades visibilicen sus problemas de salud mental y sus trastornos alimentarios, sin duda fue una de las pioneras. “La bulimia comenzó la semana después de que nos comprometimos y tardaría casi una década en superarla. Mi esposo puso su mano en mi cintura y dijo: 'Oh, está un poco gordito por aquí, ¿no?' Y eso desencadenó algo en mí”, explicó sin tapujos en la famosa entrevista de la BBC.

"Narrando el cuento de una princesa infeliz se hizo más auténtica, más humana y más libre"

La forma en la que desmontó el cuento de hadas fue vital para que el mundo se enamorara de ella. “Si consiguió conectar con cientos de miles de personas en su tiempo y si lo sigue haciendo a día de hoy es porque se arriesgó a contar la verdad sobre su propia historia. Narrando el cuento de una princesa infeliz se hizo más auténtica, más humana y más libre. Diana llegó hasta los más vulnerables haciéndose vulnerable y visibilizó causas reales como la salud mental o los trastornos alimenticios. De esta manera, el pueblo se identificó con una mujer que no por vivir en un palacio tenía una vida más perfecta, sino que era conocedora de las luchas diarias de la mayoría porque las había vivido en su propia piel. El último verano de su vida Diana se hizo más auténtica que nunca. Ya divorciada y alejada de la vida en palacio, dejó de ser princesa, se liberó de sus cadenas y empezó a vivir. El gusano de seda rompió su crisálida y se convirtió en una mariposa que desplegó sus alas y voló muy alto, encontrando su hogar entre las estrellas y en la inmortalidad de su recuerdo en nuestra memoria", dice Daniel.

Un mito en tres actos

La cultura pop se nutre no solo del público, sino también de quienes dominan el discurso, y la familia real británica no hace más que alimentar este insaciable monstruo. La prensa ha consumido el relato de Diana pasando por tres fases, como ocurre en toda buena historia. Comenzó siendo un cuento de hadas en el que interpretaba a una inocente princesa, pasó a ser una víctima y para finalizar, fue y sigue siendo ensalzada como la madre perfecta y como la que habría sido sin duda una abuela modélica. Eso es lo que se esfuerzan en hacer sus hijos en las entrevistas, en las que alaban constantemente a su madre y en las que recalcan lo mucho que sus actividades filantrópicas les inspiran diariamente tanto a ellos como a sus esposas.

diana de gales
Anwar Hussein//Getty Images
Diana de Gales con sus hijos

Para finalizar, le preguntamos a la autora de ‘Reina de corazones’ si en algún momento pensó que lo mejor era dejar su memoria descansar en paz y si todavía es posible descubrir nuevas cosas de ella… “Hubo momentos en los que pensé en ello, por Enrique y Guillermo. Yo también perdí a mi madre demasiado pronto, por lo que me siento muy identificada con ellos. Sus hijos se enfrentan constantemente a rumores molestos e incriminatorios en los medios de comunicación, como por ejemplo si Harry no es realmente el hijo de James Hewitt. Pero Diana consiguió muchas cosas buenas, empezando por admitir su bulimia. Cambió la imagen de los enfermos de sida en la sociedad. Se alzó en una campaña contra las minas antipersona... Merece ser recordada. Y creo que es lo que ella querría”, comenta.

"A Diana le molestaba que Carlos no pudiera ponerse él mismo la pasta de dientes en el cepillo"

“Estoy segura de que la gente aprenderá cosas nuevas con la novela, ya sean conocimientos de fondo sobre la realeza, James Hewitt o Fergie, o simplemente pequeños detalles, como el hecho de que a Diana le molestaba que Carlos no pudiera ponerse él mismo la pasta de dientes en el cepillo, sino que necesitaba que lo hiciera un mayordomo, que tenía que medir la cantidad de pasta de dientes exacta con una regla. Sin embargo, lo especial de esta novela es, sin duda, lo cerca que se está de Diana mientras se lee. Ya hay varios largometrajes sobre ella, y todos muestran una faceta determinada de la princesa, pero leyendo esta novela puedes sumergirte de lleno en su mundo de sentimientos y pensamientos”, dice para terminar.