Estresante y con un horario esclavo. El trabajo en una redacción de noticias era para la periodista Eva Merino demasiado oprimente. Sobre todo para su espíritu inquieto y creatividad desbordante. Pero decidió jugársela pese a las dificultades económicas que conllevaban abandonar un empleo estable y montó su propia marca de ropa www.evitaloquepuedas.com. "Quería tomar mis propias decisiones. Primero estuve haciendo la prueba durante un año antes de dejar el empleo para ver si era viable. Mi casa era mi propia oficina y así me ahorraba el alquiler". Lo consiguió. Después de ocho años como autónoma ha aprendido a diversificar para asegurarse un dinero todos los meses. "Compré en Ibiza un apartamento que sirviera como showroom pero también para alquilarlo y sacarle una rentabilidad. Eso me permite vivir más holgada y también arriesgar con mis diseños, ser más libre".

El salto de Elena Díaz ha sido sin red. Ella quería ser actriz, a toda costa. Dejó un trabajo convencional de recursos humanos para encerrarse en su casa a escribir. Sin ingresos. Pero con la intención de invertir en ella misma y conseguirlo después. Ha escrito sus propias obras de teatro y las dirige y protagoniza en el Teatro Lara en Madrid, como la obra Madres. Se ha convertido en empresaria porque ella es ahora la que da trabajo al resto de actores y técnicos que la rodean. "No sólo es luchar por los sueños. El hecho de estar en el cauce ya es un éxito. Yo he intentado encajar en el trabajo de oficina, en los estándares sociales, pero no era mi sitio. Debía alinearme con mi propia verdad y dedicarle toda mi energía y decisiones al servicio de ese objetivo", explica.

Pero no es cosa de un día. Hay que transitar por un periodo de culpa cuestionándote si has tomado la mejor decisión. Son esos momentos en los que la cuenta corriente mengua y las dudas se apoderan de ti. Inés García estudió arquitectura de interiores y ha trabajado en diferentes estudios y constructoras. Pero encontró su lugar y su medio de vida como fotógrafa. Su cuenta de instagram @inesgarp se ha convertido en su marca personal y en el mejor escaparate de su trabajo. Ha hecho de su hobby su fuente de ingresos. "Fue la red social la que me llevó a dar el paso después de abrir una cuenta para mi uso personal. Empecé a colgar fotos de mis desayunos, comidas y tuvo éxito. Las marcas comenzaron a contactar conmigo para que hiciera fotos de sus productos para sus redes sociales".

Así puso en marcha su empresa de fotografía de producto y gastronómica Al fresco. Pero como todo, su trabajo también tiene una cara B. "Al principio, cometes un montón de errores a la hora de gestionar a los clientes, desde aprender a hacer un presupuesto, a poner límites en el flujo de trabajo". La parte más positiva es "que ser freelance me permite diseñar el ritmo de vida que quiero llevar. Ha habido muchos veranos y fines de semana trabajados pero después de currar mucho puedes empezar a adaptar los horarios a tu vida", explica. También puede seleccionar con quién trabaja, ¡poder elegir a tu propio jefe! e incluso colaborar con otros profesionales freelance.

Tres ejemplos de mujeres inspiradoras que han demostrado que pueden pagar sus facturas saliendo de su zona de confort. Un espejo donde mirarse para quienes todavía no se atreven a dar el salto.