Acaba de terminar el primer mes del año y es el momento de revisar cómo van los propósitos de 2024: ¿empezaste tus clases de inglés? ¿Qué tal tus entrenamientos para correr 5K? ¿Has elaborado muchos platos de comida saludable? Esperemos que sí y que los propósitos no se hayan quedado en agua de borrajas.

Para llevar a cabo lo que te propongas, no hay magia, solo adoptar ciertos pasos y buenos hábitos y, sobre todo, tener ganas de cambiar. Esto es lo que dice Miguel Navarro, CEO y fundador de Productividad Feroz, y experto en productividad y hábitos. Es un especialista en cumplir con eficacia y responsabilidad los objetivos: "Lo que no se planifica, no se hace. Y eso está más que demostrado”, asegura Navarro.

Cómo planificar nuestros objetivos eficazmente y ser más productivos

Establece rutinas de trabajo que favorezcan la concentración

Encuentra tu lugar de orden y concentración: el espacio donde trabajas ha de estar ordenado y contener algo que te aporte calma (o quita lo que no te la dé); cuida los detalles de ese sitio en el que pasas tantas horas al día. Además, rutinas de productividad como dedicar las primeras horas del día a las 'tareas roca' -las más complicadas o pesadas- o trabajar con técnicas como la Pomodoro (que sugiere alternar un trabajo intenso durante 25 minutos y descanso de 5 minutos) son claves para ser eficaz.

Limita las distracciones

Si estás cansado o desanimado, es fácil caer en el móvil, YouTube o los eternos cafés con los compañeros de trabajo, lo que seguro dificulta el buen desarrollo de la jornada laboral. Concreta ratos de descanso durante el día para focalizar los esfuerzos de trabajo en periodos concretos y ser más eficiente en ellos. Trabajar sin descansos puede ser contraproducente, sobre todo tras un periodo vacacional, y puede generar frustración. Sin embargo, con pequeñas píldoras de relax entre horas se puede solventar este problema.

Fomenta la mentalidad de crecimiento y autodisciplina

La autodisciplina es un trabajo constante y hay muchas maneras de mejorarla progresivamente, aunque la clave es comprometerse con ello. Puedes fomentarla y también la responsabilidad personal, por ejemplo, practicando el pensamiento positivo para mantener un enfoque vital optimista, realizando ejercicio físico, creando rutinas por las mañanas o fijando metas a corto plazo con recompensas.

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Equilibra tu vida

No centres toda tu vida en el trabajo: es importantísimo equilibrar esfuerzo laboral y ejercicio físico para mejorar la productividad y la claridad mental. Es estupendo dedicar energías a tu vida profesional, pero si no tienes un contrapeso acabarás desgastado. Una sesión de entrenamiento diario es una herramienta poderosa para revitalizar la mente y el cuerpo. El ejercicio libera endorfinas, mejora el flujo sanguíneo al cerebro y promueve la neurogénesis, lo que lleva a una mayor claridad de pensamiento y a una mejor resolución de problemas. Para empezar, es suficiente con hacer ejercicio dos veces a la semana, luego podremos incrementarlo según pase el tiempo y nos acostumbremos a él.

Planificación semanal

La productividad pasa por tener claro los objetivos que quieres alcanzar y planificar por adelantado toda la semana, incluso cada día. Los domingos son los días perfectos para crear un esquema de necesidades que implementaremos durante la semana para ir resolviendo todas las tareas del trabajo. Esto mismo se puede implementar cada día al final de la jornada de cara al día siguiente, introduciendo tareas más concretas y nuevos quehaceres que hayan surgido durante el día.

“Todo se basa en construir una rutina matutina, insertar el hábito de la planificación diaria, fulminar las distracciones y maximizar la capacidad de concentración, conocer la ciencia de los hábitos, aplicar mejoras en la forma de descansar, encontrar nuestro gigante interior, triplicar la velocidad de lectura y aprender las técnicas de productividad”, concluye Navarro.