No cabe duda que la Costa Brava es un paraíso de ensueño plagado de parajes naturales espectaculares, cultura, gastronomía... Toda una oda al hedonismo. Es por ello que hoy os traemos una selección de pueblos más bonitos de la Costa Brava que puedes visitar. De Blanes a Portbou, si recorremos los 214 kilómetros que delimitan la Costa Brava sacaremos en claro varias cosas. La primera, que hay lugares como Cadaqués y Cala de Palafrugell que jamás pasarán de moda. Así lo sentencia la última encuesta realizada por Loneley Planet donde pedía a sus lectores que eligieran el pueblo costero más bonito de España. Por su belleza, su patrimonio y su paisaje, Cadaqués fue la clara ganadora. La segunda cosa que sacamos en claro es que el encanto de este territorio no solo entiende de salitre y vistas al mar. Prueba de ello es el atractivo que desprenden localidades como Pals y Girona. Súmale gastronomía inspirada en la bahía —y disfrutada con vistas al Mediterráneo— y tendrás la receta del éxito de uno de nuestros grandes amores de verano.

Los pueblos más bonitos de la Costa Brava

Aquí va nuestra rigurosa selección de los pueblos más bonitos de la Costa Brava. ¡Adelante!

Recorrer el 'Barri Vell' de Girona

El perfecto complemento al turismo de tumbona pasa por entregarse a una ciudad donde cultura, gastronomía e historia se palpan en cada esquina. Girona es digna candidata gracias al despliegue de patrimonio con el que cuenta: la colorida hilera de casas que asoman sobre el río Onyar, su extensa –y asombrosamente bien conservada– judería, la Catedral de Santa María de Girona, mezcla gótica, barroca y románica, el recorrido que invita a caminar sobre lo que queda de su muralla del S.XIV… Además, podrás completar la visita en cualquiera de sus museos, adentrándote en sus baños árabes o paseando bajo la sombra de los colosales plátanos que guardan el Parque de la Devesa.

Sugerencia: si viajas a Girona en otoño alójate en Casa Cacao, el último sueño de Jordi Roca, responsable de los caprichos más dulces del Celler de Can Roca. Este hotel boutique y obrador de chocolate contará con 15 habitaciones equipadas con una espléndida terraza donde desayunar, contemplar el casco antiguo de Girona y, por supuesto, derretirnos con las propuestas más golosas del chef.

De Illa Roja a Llafranch

Inmortalizar las calas más fotogénicas del Baix Empordà

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Si nuestras expectativas vacacionales son encumbradas cada año por Instagram, el Baix Empordà tiene gran parte de culpa. Empezando por el municipio de Begur, donde calas como Sa Riera y Sa Tuna nos dejan idílicas postales de casitas y barcas en una gama de tonos pastel. De entre los pueblos más bonitos de la Costa Brava, de Illa Roja a Llafranch probablemente se encuentren los parajes más espectaculares y maravillosos de Cataluña.

Apenas 14 kilómetros al volante y llegaremos hasta Calella de Palafrugell, otro puñado de casas que parecen haber encallado en la costa y que han sabido tomarse lo de “pueblo con encanto” al pie de la letra.

Y qué decir de su pedanía Llafranc...

Calella de Palafrugell y su gastronomía

Una vez en Calella de Palafrugell probar uno de nuestros restaurantes favoritos: Tragamar

El buen comer ha hecho escuela en la Costa Brava. Si al detalle de contar con uno de los mejores restaurantes del mundo, El Celler de Can Roca, le sumas todas las demás estrellas Michelin presentes en este territorio, como las que lucen Les Cols, Miramar o Bo. Tic, tendremos una galaxia de cocinas de primera división en las que quedarse a vivir. Ahora, si se trata de disfrutar de la materia prima y el sabor local en una versión menos prohibitiva y mucho más terrenal, reserva mesa en Tragamar. Cocina marinera donde no falten gambas, sardinas, anémonas, mejillones… y arroces frente al mar es la sencilla máxima que siguen. Las vistas tampoco se quedan atrás.

Cultura en la Costa Brava

Visitar la casa de Dalí en Cadaqués

Sin ánimo de desmerecer al resto, nada ni nadie encarna el sueño mediterráneo como Cadaqués, con sus calles empedradas, sus fachadas encaladas adornadas con buganvillas y sus bulliciosas terrazas orientadas al mar. Desde su paseo marítimo se aprecia la belleza de las casas blancas que bordean la bahía —algunas tan singulares como la de Serinyana— mientras parecen sostener la Iglesia de Santa María. Será obligatorio acercarnos hasta la Casa de Salvador Dalí frente a la Cala de Portlligat, una antigua casa de pescadores reconvertida en obra de arte, para disfrutar de algunas de las excentricidades más geniales del polifacético artista.

Llegados a este punto sería sacrilegio no peregrinar hasta Cap de Creus. El recorrido desde Cadaqués al faro es de poco más de 7 kilómetros (ida) por lo que es una atractiva opción a pie, mientras disfrutamos del paisaje rocoso, de las calas que van asomando, como Cala Jugadora o Cala Culip, y de las vistas desde el mirador del Paraje de Tudela.

Retroceder hasta el medievo

Viajar en el tiempo a través de Pals

Viajar en el tiempo y comprobar que cada piedra, cada arco, sigue igual. Impresiona lo bien conservado que está el casco histórico de Pals, uno de los pueblos más queridos del interior del Baix Empordà. Sus calles empedradas nos marcarán el camino a seguir, empezando por la más transitada de todas ellas, su Calle Mayor, que además nos guiará hasta los rincones más coquetos: la Plaza Mayor, la Plaza de la Iglesia, y, no muy lejos, la Torre de las Horas. Merecerá la pena ascender hasta lo más alto de lo único que queda de este antiguo castillo del Siglo IX para disfrutar de unas vistas inmejorables. Sin duda, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava que podrás visitar y con el encanto añadido del medievo.

Lejos de poner rumbo a la costa, aprovecharemos que los pueblos de Peratallada y Monells están a tan solo 15 y 20 minutos en coche, respectivamente, para dejarnos seducir por la belleza en tonos ocre que todo lo invade.

Peratallada y su encanto

La villa, declarada conjunto histórico-artístico y bien cultural de interés nacional (BCIN), es uno de los núcleos más importantes de Catalunya en cuanto a arquitectura medieval. De un extraordinario atractivo y belleza, conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas, con numerosos entrantes y salientes. El recorrido por el pueblo permite descubrir diferentes puntos de vista del castillo-palacio y las murallas y un conjunto de arquitectura popular. La población se encuentra asentada toda ella, sobre la roca de gres, trabajada de diversas maneras. No hay duda de que lo más impresionante son llas murallas y el foso excavado en la roca.

En medio del corazón del Empordà y a pocos kilómetros de las mejores calas y playas de la Costa Brava, el pueblo de Peratallada se encuentra situado en la província de Girona a medio camino de Barcelona y también de la frontera francesa. La facilidad de acceso, el buen clima, la singularidad de los acontecimientos populares, la riqueza del patrimonio histórico y cultural y el amplio abanico de actividades que ofrece la zona, hacen del pueblo de Peratallada, un lugar ideal para pasar unas buenas vacaciones ya sea en pareja, con amigos, con familia o de manera individual. Aparte de sus atractivos arquitectónicos e históricos, la ciudad es reconocida por su importante oferta artesanal y sobre todo gastronómica. Los callejones del núcleo están llenos de numerosos y sugestivos restaurantes de todo tipo, que ofrecen el complemento idóneo a una visita al pueblo.

pueblos costa brava
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Monells

Monells es un pueblo medieval construido alrededor de un antiguo castillo del que sólo quedan las murallas y sus torres. Estos son de estilo románico, la plaza de l’Oli, la calle dels Arcs y algún ventanal son de estilo gótico.La Iglesia de Sant Genís es el edificio más destacado de la zona. Está documentada del siglo XI y está situada al otro lado del río, en el barrio de la riera. El templo que existe actualmente conserva la cabecera románica, la nave y el ábside gótico y el campanario de estilo barroco. También es recomendable visitar la calle dels Arcs, que es una de las calles más pintorescas del pueblo, con sus casas antiguas. Un plan ideal es pasear tranquilamente por sus calles hasta llegar a la plaza Jaume I, el escenario de un mercado muy importante que se celebraba durante la época medieval.

beautiful medieval village
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Completar el Camino de Ronda hasta S'Alguer

Si buscas playas amplias de arena fina, de las de pasear plácidamente por la orilla, quédate con la Playa de la Fosca o la de Castell de Palamós. Si en cambio prefieres una cala singular digna del mejor amanecer en las Islas Griegas, elige la que queda justo en medio: Cala S’Alguer. Esta lengua de pequeños cantos rodados y roca ha logrado que sus casitas blancas de pescadores se conviertan en todo un reclamo turístico, y es que nadie puede resistirse a retratar las puertas de colores y las barcas que reposan frente a ellas. Ubicada a las afueras de Palamós, dispone de un aparcamiento cercano desde el que ir a pie, aunque lo realmente mágico es aprovechar para recorrer un tramo del Camí de Ronda, el sendero histórico que conecta todo el litoral de la Costa Brava.

Tomar el sol bajo la muralla de Tossa de Mar

Sobre el Cabo de Tossa, otro de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, descansa el recinto amurallado declarado Monumento histórico artístico nacional que rodea a la 'Vila Vella'. En total, 300 metros de perímetro protegen esta ciudad medieval, convirtiéndose en una de las estampas más singulares de la costa catalana. Una vez admirada desde lejos, desde Lonely Planet proponen hacer un recorrido de apenas un kilómetro por su casco antiguo empezando en la Calle de La Guardia, en el barrio marinero de Sa Roqueta, para toparnos con pequeñas joyas como la capilla blanca Virgen del Socorro. Esta misma calle nos llevará hasta la muralla: torres de defensa, el Castillo de Tossa y las ruinas de la antigua iglesia gótica de San Vicente de Tossa. Las vistas durante todo el recorrido son espectaculares y con espacio para lo inesperado, como toparse con la estatua levantada en honor a la actriz Ava Gardner por haber compartido el secreto de este pueblo marinero con el resto del mundo. Como colofón, culminar con las vistas de su faro. ¿Nuestro capricho favorito? Madrugar para coger sitio en la Playa Es Codolar y recrearnos con las mil maravillas que encierra la Costa Brava dándonos un baño a los pies de la muralla.