18 destinos para viajar sola

Islandia fue elegido el país número 1 en el índice Global State of Peace, lo cual garantiza la más absoluta tranquilidad. Y su capital, Reikiavik, es un destino apacible que merece la pena descubrir sola y con tiempo. Darte un paseo por el precioso puerto viejo, visitar la impresionante iglesia luterana de Hallgrímskirkja, disfrutar de su arte urbano, gozar en una de sus piscinas al aire libre –si el tiempo acompaña o si no eres muy friolera– o descubrir con toda tranquilidad la animada vida nocturna de la ciudad son solo alguna de las cosas que puedes hacer. Y si haces alguna excursión por el país, ten en cuenta las periódicas erupciones y terremotos (puedes consultar las alertas en www.vedur.is).

Si fuiste a Bilbao en los años 80, de niña, es posible que no reconozcas aquella ciudad oscura y contaminada en la preciosa y elegante ciudad que hoy presume de vitalidad junto al Nervión. El 'Botxo' –así es como llaman los habitantes a esta pequeña gran urbe encerrada entre montes– abre sus calles para todos: los amantes de una gastronomía exquisita que sigue marcando tendencia; los fascinados por una propuesta cultural encabezada por el Museo Guggenheim y el Museo de Bellas Artes, pero que no para ahí; a aquellos a los que les gusta pasear por calles antiguas y con encanto, Bilbao les ofrece sus céntricas siete calles... Perfecto para una escapada de fin de semana que no dejará de sorprenderte.

Dicen de esta preciosa isla que es una de las más confortables del mundo para el turista; su seguridad ciudadana es ejemplar. Así que para viajar hasta allí, de lo que debes preocuparte es, sobre todo, de tener suficiente dinero –es un destino caro–. Necesitarás prestar atención en unas carreteras en las que te pueden sorprender rebaños de ovejas, tener suerte para que una de las fallas no provoque un terremoto y cuidarte junto al mar, porque las corrientes son fuertes. Con todo eso en mente, solo queda disfrutar de un país que enamora con sus paisajes de ensueño –desde montes a desiertos–, con ciudades llenas de vida como su capital, Wellington, y con un orgulloso recuerdo de civilizaciones como los maoríes.

¿Te gusta el deporte? Formentera puede ser una buena opción para esa escapada en solitario, porque tiene numerosas vías verdes para recorrer la isla en bicicleta y porque en sus maravillosas aguas puedes practicar otras disciplinas como submarinismo, káyak, vela, windsurf... En un descanso, puedes conocer alguno de sus conjuntos históricos, recorrer alguna de sus fortalezas o dejarte asombrar por su enorme patrimonio artesanal de casas, molinos, aljibes, etc. Mención aparte merecen sus famosos faros, el de la Mola, que mencionó Julio Verne en 'Héctor Servadac' y el del Cap de Barbaria, inmortalizado por Julio Medem en 'Lucía y el sexo'.

¿Eres una romántica? Viena, con sus 27 castillos y sus 150 palacios, tiene tu nombre. Puedes seguir las huellas de Francisco José y Sisí, pasear por los seis millones de metros cuadrados del Práter -uno de los parques urbanos más hermosos del mundo-, caminar junto al Danubio mientras te da la brisa, deleitarte con tiempo en el MuseumsQuartier con alguna de las obras contemporáneas más impresionantes y dejarte las horas mirando las fachadas de los impresionantes edificios de fachada modernista que salpican toda la ciudad. Pero Viena también tiene una cara divertida y dinámica, la de alguno de sus restaurantes de factura mixta, la de sus vanguardistas clubes de ocio o la de dejarte los cuartos en mercadillos, tiendas de lujo o magníficos locales a pie de calle.

A medio camino entre Ávila, Madrid, Cáceres y Toledo, la sierra de Gredos es una de las más grandes y apetecibles del Sistema Central. Puedes elegir alojarte en cualquiera de las casas rurales de la zona, o bien en establecimientos más al uso como el Parador o los hoteles de localidades grandes (Hoyos del Espino, Barco de Ávila...). No importa la forma física en la que estés: hay senderos para todos para descubrir el fabuloso paisaje y dejarte llevar incluso hasta el mítico circo de Gredos, si lo deseas. Y, además, una motivación para tus caminatas (o para tu relax, según se mire) puede ser la exquisita gastronomía de la zona, como las patatas revolconas o los judiones del Barco. Se accede bien en coche, e incluso en autobús si no conduces.

Coge tu coche y plántate en esta zona del sur del país vecino, una gozada para los amantes de la playa en regiones como Albufeira o Carrapateira (en la imagen), pero también para los que quieran patear pueblos con encanto o darse un buen paseo por zonas de interés natural. Es recomendable viajar en coche (aunque hay un tren regional que comunica bastantes de las ciudades del Algarve) para tener cierta libertad y poder acercarse a sitios tan alucinantes como el Parque Natural de Ria Formosa, con sus aves y sus marismas, la impresionante fortaleza de Sagres o el pueblito de Cacela Velha. ¡Ojo! Imprescindible ver la puesta de sol en el cabo de San Vicente.

Ir a las Canarias te garantiza buen tiempo todo el año, pero si además dispones de algunos días fuera de las temporadas habituales te da la posibilidad de estar rodeada de prácticamente nadie en lugares tan atractivos como las dunas de Maspalomas (en la imagen). Es también un buen destino para descansar y cuidarse, ya que tiene un buen número de spas a cual más alucinante. Y, para alucinantes, los paisajes de la isla, puesto que es Reserva Mundial de la Biosfera, o alguna de sus propuestas culturales como la Cueva Pintada o el parque arqueológico del Maipés de Agaete. Y es un destino muy adecuado si estás pensando en esa asignatura pendiente de aprender buceo...

Parece sacado de una película (y, de hecho, ha sido escenario de alguna, como 'Cristóbal Colón. El descubrimiento', con Marlon Brando), pero este pequeño castillo caracense, y el municipio en el que se encuentra, bien vale una escapada -sobre todo, si vas algo justa de dinero-. Dedica un tiempo de tu visita a recorrer este edificio que, desde su construcción en el siglo XII, pasó siete siglos albergando nobles y sobre todo a altos clérigos. El pueblo también tiene un buen puñado de monumentos de diferentes época (puedes hacer un viaje en el tiempo desde lo medieval a lo neoclásico, pasando por muestras renacentistas y barrocas) y, si aún te sobra tiempo, dedícalo a llevarte alguno de los mejores recuerdos de la ciudad: miel, alfombras, cerámica, espejos...

Antes que nada, recomendarte que alquiles un coche para recorrer a gusto esta región italiana. Quizás sea un poco estresante conducir por sus carreteras, pero valdrá la pena esa autonomía para darte el tiempo suficiente para saborear cada una de sus localidades. San Gimignano, Siena y Pisa deben ser tres puntos obligados en tu recorrido por la Toscana, pero no debes perderte tampoco la región de Maremma con sus bellísimos paisajes, el impresionante Asís o, si te atreves, hacer algún tramo de la vía Francigena, que unía Roma y Canterbury. Si no sabes conducir, elige Florencia de centro de operaciones y podrás visitar Fiesole, Prato o Lucca en tren o autobús.

Es uno de los grandes atractivos turísticos del país y uno de los lugares que se pueden recorrer perfectamente sola. Imagínate dar un paseo por los recintos de la Alhambra, jardines y palacio de Carlos V. Y luego recorrer el barrio del Sacromonte y dejarte llevar por el 'sentío'. O recorrer las callejuelas del Albaicín, Patrimonio Mundial de la Humanidad. Cuando quieras descansar un poco de la numerosa oferta cultural, aprovecha para acercarte a las calles Ángel Ganivet y Reyes Católicos para hacer algo de 'shopping'. Y si no quieres volver de tu viaje llena de bolsas pero sí con el estómago cumplido, para en cualquiera de sus bares del centro a probar sus habas con saladillas, el remojón granadino o los típicos soplillos de la Alpujarra.

¿Y por qué no descubrir sola Suiza? No está demasiado lejos y tiene todo tipo de seguridades para el turista (eso sí, para su bolsillo no, puede tener precios prohibitivos). Zúrich es la principal ciudad del país y tiene varios puntos por los que vale la pena un viaje. Por ejemplo, el Kunsthaus, un impresionante museo de arte en el que te tirarás horas viendo obras de Munch, Giacometti o Picasso; la encantadora zona de comercios y artesanos de Niederdorf; el acogedor centro de la ciudad con sus calles llenas de recovecos o el mismísimo monte Uetliberg, que emerge encima de la ciudad a casi 871 metros de altura. Una experiencia intensa.

Si tienes ahorrado algo de dinero y (sorprendentemente) no encuentras a nadie que te acompañe a descubrir este increíble destino, no dudes en coger un avión y volar hasta Oslo, la capital del país, para conocer los de la mitad sur, por ejemplo. Los fiordos están protegidos por la Unesco y recuerdan imágenes de un pasado de película, el de un país agrícola lleno de pueblos casi aislados. Hoy todo eso ha evolucionado, pero aún puedes disfrutar de paisajes aluciantes (como este fiordo de Geirangerfjord, uno de los más conocidos), desde el barco y también a través de fabulosas rutas de senderismo, a tu aire o guiadas.

Otro destino para los que necesitarás carné de conducir: la ruta de los pueblos blancos promete muchas emociones y bonitos paisajes, pero es mucho más fácil si la haces con un coche. Con él, vete hacia el norte de la provincia de Cádiz, y comienza el recorrido en Arcos de la Frontera, Monumento histórico-artístico y quizás uno de los pueblos blancos más emblemáticos. Toma rumbo después hacia El Bosque, Prado del Rey y Ubrique, y déjate llevar no solo por el delicado urbanismo encalado sino también por su conocida artesanía. Y cuando necesites un plus de 'naturaleza', pásate por el Parque Natural de Grazalema, visita la localidad que le da nombre (en la imagen).

Quizás no es una de las ciudades más turísticas de Castilla y León, pero eso se convertirá en ventaja para que tú solita disfrutes de todos sus encantos. Por ejemplo, su catedral (en la imagen), uno de los más alucinantes ejemplos del arte gótico en España y la iglesia con las vidrieras más bonitas del país. O el panteón de la colegiata de San Isidoro, con unas pinturas románicas que no tienen nada que envidiar a la capilla sixtina. O la iglesia de San Marcos, actual Parador; o el MUSAC, cita imprescindible si te gusta el arte contemporáneo... Los amantes de Gaudí tienen en la ciudad su magnífica Casa de Botines, y si eres de las que le gusta regarlo todo con tapas y buen vino, no abandonarás el Barrio Húmedo.

Elizondo es la capital de esta región navarra, que cobró especial relevancia tras la publicación de la trilogía de Dolores Redondo. Un viaje hasta allí te hará ser consciente de su historia más cercana, la de los indianos que regresaron para remodelar sus pueblos de origen y los llenaron de caseríos y palacios de gran valor. Empieza tu visita en el mirador de Ziga para ver todo el paisaje de lo que vas a descubrir; déjate impregnar por los prados verdes, los bosques, los ríos sonoros e incluso las cuevas, donde dicen las leyendas que habitaron las conocidas brujas de Zugarramurdi. Aprovecha para hacer alguna de las rutas más alucinantes de senderismo o para volverte a casa con unas cuantas tabletas de chocolate con avellanas, una de las especialidades de la zona.

Seguro que lleva tiempo en tu lista de destinos obligados, y es cierto que no te equivocarás si visitas esta maravilla inca llamada Macchu Picchu. ¿Cuál es el problema? Que mucha gente te ha dicho "algún día" en vez de "vale, ¡vamos!". Es el momento de irte tú sola, quizás reservando un viaje organizado si eso te hace sentirte más seguro. En cualquier caso, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación recuerda la importancia de no viajar de noche, de no caminar solo y sin cobertura móvil por caminos intransitables, de cuidar nuestras pertenencias en los centros históricos y no exhibir las de más valor... Todo de sentido común, vamos.

La mayoría de las parejas vuelan hasta Cancún, pero si diriges tus pasos un poco más hacia el sur, hasta la Riviera Maya, tendrás más oportunidades de disfrutar experiencias a las que también se puedan apuntar los solteros. Alquila un coche y descubre lugares arqueológicos como Tulum Chichen Itza o Tankah, y después explora el mundo submarino de los mayas nadando en los cenotes. No dejes de visitar el templo de Kukulcan, que fue designado hace poco como una de las Nueve Siete Maravillas del Mundo y que continúa albergando ceremonias en homenaje a los dioses mayas.