El estrecho desfiladero de Il-Siq desemboca en Petra, una espectacular ciudad esculpida en la roca por la tribu nómada de los nabateos hace 2.000 años y escondida para Occidente desde el siglo XIV hasta el 22 de agosto de 1812, cuando el explorador suizo Johann L. Burckhardt la redescubrió. Es una de las joyas del Reino Hachemita, fundado por Abdullah I tras la Segunda Guerra Mundial y una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo.

El tesoro, sepulcro real construido en el siglo I a.C. e inmortalizado por Spielberg en Indiana Jones y la última cruzada, es su monumento más importante. Junto a él, destacan obeliscos, templos, tumbas, algunas excavadas en rocas inaccesibles, un teatro, el monasterio Ad- Deir, al que se llega tras subir 800 peldaños, y el santuario de Aarón, hermano de Moisés. Estas construcciones combinan la arquitectura funeraria egipcia, el formalismo heleno y el estilo corintio romano de sus impresionantes columnas.

La ruta Omeya

Entre el desierto y el fértil valle del Jordán se encuentra la capital, Amán, antigua Filadelfia que perteneció a la Decápolis, una decena de ciudades en los confines orientales de Roma. Aquí son imprescindibles, el foro, el teatro romano y la ciudadela, con el templo de Hércules, la mezquita Al-Hussein y el palacio de los Omeya, levantado en la primera mitad del siglo VIII coincidiendo con la extensión del califato a Al-Andalus.

Lawrence de Arabia

La Autovía del Desierto conduce al imponente Wadi Rum, conocido como el Valle de la Luna, un paraje dominado por rocas monolíticas de casi 2.000 metros de altura. En este rincón el emir Faisal y Lawrence de Arabia establecieron su cuartel general para la Revolución Árabe contra los otomanos en la I Guerra Mundial.

Además, en Jordania se pueden vivir experiencias inolvidables, como dormir en un campamento beduino o flotar en las aguas del mar Muerto, a 416 metros bajo el nivel del mar y entre las ruinas de las bíblicas Sodoma y Gomorra. Otro enclave importante es el monte Nebo, desde cuya cima Moisés divisó la Tierra Prometida.
Al norte de la capital se encuentra Gerasa, una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, erigida sobre otra urbe con más de 6.500 años de antigüedad. El arco de Adriano, sus dos teatros, los templos de Zeus y Ártemis, el foro, la catedral y el hipódromo, con espectáculos de gladiadores y cuádrigas, son algunos de sus inigualables tesoros.