Si algo te sorprenderá al llegar a la isla, son las impresionantes vistas desde el avión, donde se distinguen las altas montañas que se elevan sobre el Atlántico. Porque en La Palma podrás ir desde las playas de arena negra, hasta los 2.426 metros del Roque de los Muchachos en menos de una hora.

Allí disfrutarás de un entorno inigualable, salpicado por decenas de observatorios astrofísicos internacionales, y con las mejores vistas al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Desde lo más alto de la isla también te emocionará el magnífico tapete que conforma el mar de nubes, que no se atreven a subir hasta conquistar las cumbres. Si te apasionan las estrellas, algunas empresas especializadas pueden guiarte a través del universo desde lugares como el Gran Telescopio Canarias, el mayor del mundo.

Senderismo y relax
La Palma respira naturaleza por todas sus vertientes, lo que la ha convertido en un referente mundial para la práctica del senderismo. No es difícil que encuentres lugares en esta isla donde olvidarte de las prisas y el estrés. Sobre todo en el interior del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, un extraordinario enclave natural en el que te impresionarán sus enormes paredes verticales, el inesperado riachuelo que la atraviesa y la magia de la Cascada de Colores.

Aunque para disfrutar del agua no hay una experiencia mejor, que atravesar los túneles que te llevan hasta Los Nacientes de Marcos y Cordero. Un lugar en el que sólo los pájaros se atreven a romper el silencio y donde es posible saborear el agua en el mismo momento que nace de la montaña. En el bosque de Los Tilos, podrás pasear entre la casi extinta laurisilva, convirtiéndose tus huellas en un recuerdo inigualable.

La Ruta de los Volcanes, te llevará a través de muchos de los cráteres que dieron origen a La Palma. Un recorrido que atraviesa la zona central de la isla por la cumbre y desde donde divisarás sin demasiada dificultad El Hierro, La Gomera y Tenerife. Un sendero que te reserva para el final la costa de Fuencaliente, donde te esperan sus faros y las maravillosas salinas.

En los pequeños pueblos encontrarás también la calma que caracteriza a los palmeros. En enclaves de ensueño como las piscinas naturales de el Charco Azul o La Fajana, a través de las calles adoquinadas de Santa Cruz de La Palma, y las playas de arena negra de Los Cancajos, Puerto Naos o Charco Verde. Lugares que encierran encantadores restaurantes para que te lleves el sabor de la gastronomía de la más bonita de las Islas Canarias.