Huir del ruido y el tráfico no es tan difícil como crees: a pocos kilómetros de la capital hay todo un mundo por descubrir. Estos son nuestros 'destinos de domingo' favoritos:

Patones de Arriba

Uno de los grandes ejemplos de lo que se conoce como 'arquitectura negra' -a base de pizarra- de la región es esta diminuta y agradable localidad que antaño contaba hasta con su propio rey, un título que se dio durante siglos al alcalde de la población y que se transmitía de forma hereditaria. Debido a la dificultad de los accesos, muchos de sus habitantes decidieron instalarse en el llano hoy conocido como Patones de Abajo. Sin embargo, merece la pena acercarse hasta este caserío elevado, especialmente si el camino se recorre andando. Allí te esperan sus calles empedradas, pero también magníficos restaurantes y terrazas en los que reponer fuerzas. Para los más aventureros, también es uno de los mejores lugares de la Comunidad para practicar la espeleología.

El Pardo

No esperes tranquilidad y un silencio sepulcral si visitas El Pardo un domingo de sol, es probable que a media ciudad se le haya ocurrido la misma idea que a ti. Sin embargo, lo que sí encontrarás es un ambiente agradable y campestre a diez minutos del centro. El Palacio del Pardo es su monumento más representativo, y también el lugar en el que se alojan los jefes de estado extranjeros de visita oficial a España. Cuando no se da esa circunstancia, este edificio del siglo XVI puede visitarse.

Pedraza

Viajar a Pedraza, en Segovia, es como trasladarse a otra época: esta villa medieval está rodeada por una muralla de defensa, con lo cual el acceso solo es posible en un punto, la Puerta de la Villa. Su plaza mayor porticada y sus bien conservados edificios son motivo suficiente para acercarse hasta aquí. Pero también su antiguo castillo, comprado por el pintor Ignacio Zuloaga en 1926 y que hoy en día hace las veces de museo del artista y, por supuesto, su Noche de las Velas. En esta celebración, llevada a cabo el primer y el segundo sábado de julio, todas las luces públicas son apagadas y la localidad entera se decora a base de velas encendidas.

San Lorenzo de El Escorial

Probablemente conozcas su espectacular monasterio construido en el siglo XVI. Aunque bien merece varias visitas, si lo que quieres es sorprenderte aléjate de este famoso edificio y descubre otros tesoros escondidos de la localidad: las Casas de Oficios -edificios de arquitectura herreriana que albergaban servicios diversos para el monasterio-, el Real Coliseo de Carlos III... Si decides acercarte al Monte Abantos, además de ejercitar las piernas descubrirás una vista impresionante desde su cima.

Buitrago del Lozoya

Esta histórica villa en la ribera del río Lozoya tiene mucho que ofrecer a viajeros: su recinto amurallado, del siglo XI, está considerado como Bien de Interés Cultural. Además de su alcázar mudéjar y su Puente Viejo, no dejes de hacer una visita a la Casa del Bosque, un palacete renacentista inspirado en las villas italianas de Palladio. Si prefieres un arte algo más cercano en el tiempo, Buitrago cuenta con su propio Museo Picasso, con las obras que donó el peluquero del pintor, natural de esta localidad madrileña.

La Hiruela

Casi en el límite noreste de la Comunidad de Madrid, el pueblo de la Hiruela se localiza en plena Sierra del Rincón, Reserva de la Biosfera por la Unesco. Sus edificaciones apenas se han transformado desde su construcción, lo que convierte a esta localidad en un interesante enclave histórico. Su tradicional colmenar fue restaurado en 2006 para mostrar al público uno de los principales motores de la economía de la villa hasta el siglo pasado: la miel. Aunque el conjunto arquitectónico merezca la pena, reserva tiempo para pasear por los alrededores de la Sierra. A poca distancia podrás disfrutar del hayedo de Montejo, espectacular con la llegada del otoño.

Manzanares el Real

Al pie de la Pedriza, no hay duda de que lo primero que llama la atención de Manzanares es su castillo medieval. El Castillo de los Mendoza es una de las fortificaciones medievales mejor conservadas de España y constituye la principal atracción turística de la localidad. Pero hay más: del 'castillo viejo' aún se conservan sus ruinas, y la Ermita de la Peña Sacra permite disfrutar de unas vistas privilegiadas de la sierra.