Una ciudad, una canción

La versión de Frank Sinatra para Nueva York es un clásico. "Quiero despertar en la ciudad que nunca duerme y ser el rey de la colina, en la cima del éxito. Mis tristezas de pueblo pequeño se esfuman...", dice la canción.

El tema original lo interpretó Liza Minelli para una película en 1977 pero fue genialidad de Sinatra convertirlo en un 'hit' que duraría intacto hasta la posteridad. New York, New York es el encargado de abrir el telón para este viaje por las BSO de 10 ciudades.

El cantautor estadounidense Scott McKenzi se hizo famoso por su tema San Francisco. Fue el único gran éxito en toda su carrera pero eso sí, esta composición se convertiría en algo más que una canción, ya que es todo un himno popular.

Bajo su letra, nos cuenta entre otras cosas que, si vamos a esta ciudad, tendremos que llevar flores en el pelo y que además, encontraremos gente de lo más amable ("If you’re going to San Francisco, Be sure to wear some flowers in your hair, If you’re going to San Francisco, You’re gonna meet some gentle people there...").

Hay multitud de canciones que hablan de nuestra capital, sin embargo, el elegido tenía que ser este autor que en tantas ocasiones le ha profesado su amor: Joaquín Sabina.

Pongamos que hablo de Madrid o Yo me bajo en Atocha son perfectos ejemplos de esa inspiración que muchas ciudades producen en los artistas y con la que crean versos empapados de sentimiento. "Su hoguera de nieve, su verbena y su duelo, su dieciocho de julio, mi catorce de abril. A mitad de camino entre el infierno y el cielo yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid", sentencia el cantautor con su letra.

La vida de noche, el consumo, el juego... Las Vegas o "la Ciudad del Pecado" ha servido en multitud de ocasiones como fuente de inspiración para todo tipo de arte. En la década de los 60 se produjo una película sobre ella, y Elvis Presley fue el encargado de dar voz al tema.

Juerga, diversión, mujeres, luces de neón... En el vídeo de Viva Las Vegas no falta de nada para El Rey sintiera la más pura esencia de esta ciudad. "Cómo quisiera que hubiera más que 24 horas en el día, porque aún si hubiera 40 más no dormiría ni un minuto..."), canta.

Si hablamos de música y de esta ciudad inglesa, ya sabemos quién tiene que estar detrás: sí, The Beatles. Son varias las menciones a la ciudad que les vio nacer pero Penny Lane es su canción de Liverpool por excelencia. Este tema fue considerado por algunos colectivos como el mejor de la historia.

Penny Lane en realidad es una calle, cercana a la casa donde John Lennon vivió sus primeros cinco años de vida. Además, cuentan que él y Paul McCartney solían encontrarse en el cruce de esta calle para coger el autobús que les llevaba al centro. Desde que se escribió el single en 1967, la calle es una de las más famosas del mundo. Psss... Algunos de los lugares que el grupo menciona, como el Barbershop, todavía existen.

Si alguien ha cantado por y para su patria es Orishas. Con temas como A lo cubano o 537 C U B A el grupo ha recorrido el mundo llevando esta canción por bandera, además de protagonizar eventos solidarios por su país con estos temas.

Mención especial se lleva en sus letras La Habana, que la "despieza" por sus diferentes territorios como Cayo hueso, Saliom Pordo o Buenavista, para extraer todo su jugo y explicar con ritmo de timbales el amor incondicional por su patria. "Mis emociones, eres tú mi Cuba, como tú ninguna", cantan.  

Cuentan que Andrés Calamaro, mientras grababa para Honestidad brutal, escribía la letra de sus canciones en el estudio rápidamente para a continuación entrar a grabar y conseguir así una honestidad y una frescura especiales. En el tema No tan Buenos Aires es el perfecto ejemplo de este método: entró a la cabina con la recién letra escrita en varios papeles que pegó al lado de su piano, y así grabó estas notas que no son sino un reflejo sociopolítico de su ciudad natal por aquel entonces (1.999).

Sin embargo, y como casi todos los que escriben sobre su ciudad, y a pesar de lo negativo, siempre terminan declarándole su amor: "Buenos Aires es mía y no la cambiaría me la quedo con toda su porquería por eso vuelvo, revuelvo un par de veces al año...", dice. 

El grupo The Clash protagoniza uno de los temas míticos que hablan en nombre de Londres: London Calling. Utilizado por los artistas como una vía de denuncia, las lyrics esconden preocupaciones como la represión de la policía, el miedo a un desastre nuclear (que tendría lugar 7 años después en el accidente de Chernóbil), la falta de trabajo... ¿Una curiosidad? Cuando la canción dice "Londres se inunda y yo vivo al lado del río" también es un miedo real: el cauce que tenía el río Támesis a principios de los 80 no era suficiente, ya que en caso de crecida, se desbordaría dejando parte de Londres inundada. 

Caetano Veloso es el encargado de rendir un precioso tributo a su ciudad: Salvador de Bahía con las notas de Faixa de Cetim. El brasileño, artífice del Tropicalismo (movimiento musical que fusionó el bossa-nova, el rock&roll y el fado portugués, entre otros) escribió esta canción en orgullo a su tierra natal.

En ella, invita a todos a conocerla por su magia y encanto y regala halagos y buenas palabras sin cesar a esta ciudad de la costa brasileña. "Bahia terra de luz e amor, foi lá onde nasceu Nosso Senhor", comienza la canción. Sin duda, no podía faltar Caetano y su Brasil en nuestra lista.

Muchos han sido los artistas que han versionado I love Paris, (original de Cole Porter), toda una oda a la ciudad del amor y que fue llevada al cine con la película que se forjó bajo el mismo título.

Elegimos la versión de la gran Ella Fitzgerald, que también se enamoró de esta ciudad, y que le dedicó este tema interpretado con gran delicadeza y alegría. En la letra se dice que da igual que sea primavera, verano o invierno: el amor por París es permanente. "I love Paris every moment. Every moment of the year. I love Paris, why oh why do I love Paris because my love is here...". Toda una declaración de amor.

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The Passenger cuenta una historia sobre la capital alemana y sobre los años en los que Iggy Pop vivió entre sus calles.

El famoso cantante de rock viajaba mucho en tren cuando residía en Berlín y la inspiración para esta canción fue sencillamente lo que iba pensando en uno de esos viajes (en la línea S1, dirección a Wansee). Psss... El "océano" al que el excéntrico actor y cantante hace mención, son los lagos por los que pasa este tren situados al suroeste de la ciudad.